Capítulo 20

Lisa

Desde que le conté a Máximo sobre la apuesta que destrozó aún más mí vida y acabó con lo único valioso que podría me sentí más expuesta que nunca, vulnerable y avergonzada

Me juré nunca más llorar por esto pero fue lo primero a lo que fallé.

Él me inspira confianza pero es un hombre, no es correcto decirle mí única relación sexual pero la situación lo ameritaba. Me puse furiosa, me dió mucha rabia tener que decirle porque no aceptaba un no como respuesta.

Él me escuchó y no hizo comentarios al respecto gracias a Dios.

Se que el tiempo pasa y necesita una respuesta pero ¿Estoy lista para enfrentar a esos hijos de puta como otra mujer? Ahora tengo dinero, poder y respaldo pero por dentro sigo siendo la misma niña indefensa y asustada

Hoy es cuando debemos dormir juntos, me acosté y me dormí casi de inmediato. Sentí que me giró o quizás sea yo quien se dio vuelta, la verdad no lo sé pero muero de sueño. Debí despertar para hablar sobre su fiesta de cumpleaños

Lo pensaría, él se que me brindará apoyo y seguridad pero no sé qué debo de hacer. Volví a dormir pero me desperté abrazada a él y no de una manera normal sino que hasta con las piernas. Me asusté tanto que casi caigo de la cama pero me atrapó y me acomodó en sus brazos y me dijo que solo quería dormir así.

Su tono no admitía negativas y su cuerpo es tan caliente que no pude negarme, siempre fui tan friolenta. Cuando creí que dormía me pegué más a su cuerpo y lo abracé aún más, me separaría luego antes de que el despertara.

Me desperté sintiendo algo en mí cabello y mí nuca, abrí los ojos y él estaba muy cerca mío y estaba acariciando mí cabello. Es una sensación nueva sentir eso, siempre mí pelo recibió tirones. Sentía una sensación de tranquilidad y mis ojos querían cerrarse.

-Dormimos mucho, suéltame debemos levantarnos- hablé pero quería quedarme en la cama

-Solo relájate, no iré a trabajar

-Igual debemos levantarnos

-¿Te pone nerviosa estar así conmigo?- el sonreía

-No digas tonterías

-Yo creo que sí- dijo eso y su rostro se acercó más al mío, podía sentir su aliento en mi piel

-No, aléjate y déjame levantarme

-¿Que harías si te beso ahora?

-No es necesario, no hay gente aquí

-¿Y si solo deseo un beso de buenos días?- giré un poco mi rostro y besé su mejilla

-Listo, ya tienes tu beso de buenos días

-No creo que un esposo crea que eso sea un beso

Me dió un beso en la mejilla, en la comisura de mis labios y finalmente apoyó sus labios sobre los míos mientras aún acariciaba mi cabello. Quise apartarme pero no me lo permitió, movió un poco sus labios sobre los míos, algo muy suave y luego besó mi labio inferior muy delicadamente. Debía apartarme pero también una parte de mi quería sentir aquello nuevo y desconocido.

-Buenos días- dijo al apartarse de mi- al menos pude darte un beso de buen día aunque no haya recibido respuesta

-¿Por qué haces esto?

-Porque es lo normal y porque cuando te presente a mi familia no creo que se conformen con un beso así- dijo dándome un suave toque en mis labios

-¿Que quieres decir?

-Que si te beso te pones incomoda y tú cuerpo se tensa. Tienes que estar relajada y dejar que te bese llegado el momento, lógicamente responder

-Entonces puedes abrazarme y nada más

-Conozco a mi familia, no creerán que somos algo si no pueden ver algo de cariño o al menos besos. Toma esto como una práctica, no te tocaré ni haré nada que te incomode pero debes corresponder, ¿De acuerdo?

Bajé mi mirada y pensé en sus palabras, tenía razón. No sería creible que cada vez que me diera un beso yo me apartara, además un beso no significa nada ni dos ni tres, no por eso se propasara ni querrá llegar más lejos

-¿Entiendes lo que te digo? No es creible nuestro matrimonio si no soportas tenerme cerca, ¿Ves? Ya estás alejándote de nuevo

-No lo hago a propósito- volví a acercarme y lo miré a los ojos

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