Capítulo 10

Lisa

Éste día ha pasado de todo, pero sin dudas lo mejor fue que Máximo se cruzara en mi camino. He comido más que nunca, tomado un baño y dormí en una cama espectacular.

No podría estar mejor aunque tenga mucho dolor y deba hacer reposo. Aunque se que el amor para mí no existe y que otro matrimonio no tendré se que la mujer que se case con Máximo será la más feliz del mundo, es un buen hombre.

Creía que la gente rica y poderosa era mala con los de clases inferiores y que toda su vida pagaban para que los demás los atiendan pero aquí estoy yo en reposo en una mansión siendo atendida por un hombre que tiene poder y dinero a manos llenas. Él me despertó hasta de madrugada para darme las medicinas que dejó el médico.

Descansé muy bien, me desperté temprano porque lo escuché levantarse para ir a trabajar seguro, me trajo un desayuno delicioso y con variedad de cosas. Me dejó en el celular agendado su número personal para que por cualquier problema o cosa que necesite lo llame y el número de uno de los guardias de seguridad por si algo necesito con urgencia.

Puse un canal de música en la televisión y configure el teléfono, lo único que pude hacer es cambiar el fondo de pantalla y el tono de llamada. No puedo ni tomarme una fotografía porque mi rostro se ve terrible.

Al mediodía uno de los guardias de seguridad me trajo el almuerzo ya que su jefe tiene algunas reuniones y no puede venir personalmente. Un mensaje llegó antes de comenzar a comer y era Máximo "Que tengas buen provecho. Tengo mucho trabajo, nos vemos más tarde. Si algo de lo que ordene para ti no es de tu agrado puedes pedir lo que desees. En 10 minutos debes tomar la medicina, no lo olvides. Un beso"

"Gracias Máximo todo se ve delicioso, no te preocupes que no olvidaré la medicación. Nos vemos más tarde" Le respondí y dejé el teléfono a un lado para comenzar a comer

Me di una ducha luego de comer y usé algunos de los productos para el cabello. Al salir me sentía renovada. Me puse una crema en el rostro que me dejó el médico, un pijama y me fui a la cama nuevamente.

Al atardecer Máximo regresó, a la noche cenamos juntos y vimos una película.

-Tú rostro se ve mejor ahora con la pomada que te recetó el doctor, ¿Te duele?

-Me molestan los labios al comer o tomar algo caliente pero ya se me pasará

-Seguro que si, ¿El abdomen como lo sientes ahora?

-Me duele bastante pero con los analgésicos se me calma mucho el dolor

-Para nuestra boda ya no recordarás nada de esto ya verás

-Espero recuperarme rápido, no me gusta tomar medicinas

-Aveces es necesario y antes de que lo olvide quiero que comiences a tomar esto- me extendió un frasco- son vitaminas y se que te harán bien y que te hacen falta, no te has alimentado bien

-Se que no me he podido alimentar correctamente, trabajaba muchas horas por un salario mínimo y la comida. Se que tu jamás pasaste necesidades pero no sabes lo afortunado que eres de tener la vida que tienes. Es duro no tener un plato de comida en la mesa y tener hambre

-Jamás volverás a pasar necesidades, ¿Lo sabes? Nunca más

-Estare en deuda contigo para siempre

-Miralo como favor por favor. Siendo mí esposa yo seguiré ganando dinero porque la empresa será completamente mía, de lo contrario no tendría ésta posición

- Tengo una duda y me gustaría que me respondieras ¿Por qué yo? ¿Por qué me elegiste para ser tu esposa?

-El día de la lluvia te vi, me acerqué y te hablé. Fuiste la primera y única mujer en no darme ni la hora, me ignoraste por completo, te investigué y supe que además eras una mujer trabajadora. No me exiges amor, tampoco pretendes atarme a ti y se que cuando nuestro divorcio llegue no me ocasionaras problemas ni tampoco me pedirás más de lo que te daré

-No te recuerdo, ese fue un pésimo día para mí

-¿Quieres contarme?

-Me traicionaron y de la peor manera, solo eso puedo decirte, es algo demasiado personal y privado

-Espero algún día puedas confiar en mí

Me dio culpa que sintiera que no confiaba en él pero es un tema demasiado privado porque sería contar que entregué mí virginidad a una persona a la que la palabra hombre le queda grande y lo peor, que mí madre apostó y fue su idea que todo sucediera.

Luego de eso hablamos poco más y se fue a dormir, nuevamente me despertó de madrugada para que tomara la medicina. Lo único bueno del día en el que me enteré de la apuesta fue Máximo, de no ser por el no sabría lo que sería de mí.

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