Historias Cortas De Omegaverse Y Mpreg. .

Capítulo 10

-Me voy a casa, si quieres avisarle a mi jefe que deje el trabajo hazlo -Jael tomo a su hijo en brazos y a su esposa de la mano y empezó a caminar hacia la puerta dispuesta a sacar a su hijo de este lugar tan toxico.

-Espera -los hombres de Max se pusieron frente a Jael impidiéndole el paso-. Deja que te lleven al aeropuerto, Max veía que no había manera de que el otro hombre se quedara ni un minuto más en su casa.

-No, un amigo está viniendo por nosotros.

-¿Amigo? -Max masco la palabra con los celos a flor de piel.

-Si, gracias por el alojamiento -los hombres de Max seguían si dejarlo irse-. Tu, que tanto amas a tu jefe, dile que no siga interfiriendo con mi vida -se dirigió a Mallory, esta fingió Inocencia pero ambos sabían de lo que estaban hablando por lo que la mujer tocó el brazo de Max. Jael solo quería sacar a su hijo de allí porque tan mala, manipuladora y terrible persona que Mallory era, también era sumamente inteligente y si Max aún no unía puntos sobre Maxi si el niño se quitaba los lentes de sol de Jelina que estaba usando como un juego y además se quitaba el gorrito de la chaqueta, entonces la mujer podría fácilmente reconocer las facciones de Max en Maxi.

-Dejalo, conseguiré a quien quieras para ti -ella susurro con dulzura.

-No te necesito para eso -Max se soltó-. Déjenlo ir, esta no es la última vez que nos vemos -Mallory creyó que era una amenaza, por su parte Jael sabía que no lo era.

-Cuidate Max -Jael salió con su familia de ese lugar, quería huir de allí lo más rápido posible, Mallory era peligrosa. Puede ser que el que tuviera la fama de mafioso, asesino y en general criminal fuera Max, pero Mallory era más peligrosa que el por qué actuaba en las sombras guiada únicamente por sus propios intereses.

-¿Estas bien? -Jelina tomó al niño.

-No.

-Lo siento ¿No deberías estar molesta por encontrar a tu esposo con otro tipo? -intentó aligerar la situación.

-Bueno, "mi esposo" y yo tenemos mucho en común, como el hecho de que a los dos nos gustan las bananas -ella sonrió-. No es tu culpa Jael, naciste así y no es algo malo, no te embarazaste como un plan malvado y no me arrastraste a esto a la fuerza. Me case contigo porque te quiero, no de forma romántica, sexual o como hombre pero te quiero y eres mi familia, después de todo si el día que te conocí no te hubieras sentado conmigo yo habría vuelto a casa a usar la soga que había dejado preparada en la sala porque ya no soportaba la presión ni la soledad y no sentía que mis problemas tuvieran solución. Me salvaste porque me demostraste que el amor y la amistad sin interés si existe.

-Y después de evitar que hicieras una locura te amarre con un hijo.

-Me amarre sola -ella sonrió, no era mentira después de decidir que tendría el bebé Jael había estado muy asustado y sin saber que hacer ya que del padre no quedaba rastro alguno, poco antes de que Maxi naciera Mallory había aparecido amenazando e intentando matar a Jael por lo que Jelina decidió que no lo iba a dejar sólo. Después de todo ya había estado con el durante todo su embarazo, un día mientras veían las noticias el apuesto rostro de Max había aparecido bajo un reportaje que decía que aunque el perfil del hombre era el de un empresario e inversionista todo eso era una fachada para ocultar el negocio real y poco legal del magnate. Teniendo un nombre ambos se habían dispuesto a encontrarlo para decirle sobre Maxi topandose con su nada amable asistente, esta había dejado en claro que no los dejaría verlo por lo que ambos lo habían seguido en una ocasión en la que lo vieron entrar solo a un edificio, era raro que el hombre no trajera un séquito con el por lo que los creyeron que era su oportunidad de hablar con él. Había sido un error, cuando ellos entraron se habían encontrado a Max disparandole a un tipo mientras el hombre pedía perdón, Max le había disparado sin ningún remordimiento y después se había dirigido a la salida dejando en claro que lo que se decía de él no era mentira, Jelina recordó todo esto mientras los 3 volaban de vuelta a casa-. No puede ser -la mujer miró la puerta de su casa.

-¿Qué hace aquí? -Jael se preguntó viendo a Max parado frente a la casa ubicada en una zona muy alejada de casi todo-. ¿Que haces aquí? -Jael se bajó de auto.

-Estaba paseando por aquí y decidí pasar a verte.

-¿Como llegaste antes que nosotros?.

-Tome mi avión privado.

-Por supuesto -Jael no se perdió a los hombres fuertemente armados que lo acompañaban-. ¿Que quieres?.

-Me debes una cita.

-No tengo tiempo.

-No te lo pregunté, tienes dos opciones, vienes a 2 citas conmigo o me soportas en tu casa.

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