—No te soporto —farfulló Erena, molesta, luego de toda una tarde escuchar de malas bromas y las risas de ese hombre que, a sus ojos, seguía pareciendo un adolescente molesto.
Pero Alonso no era lo único que la tenía molestaba, también le molestaba lo mucho que los gemelos se habían adaptado a ese hombre al que parecían adorar a pesar de recién conocerlo.
Sin embargo, lo entendía bien, un padre era algo que sus hijos habían deseado tener siempre, o al menos lo habían hecho desde que tomaron conciencia de que casi todos los niños tenían uno y ellos no y, como si eso no fuera poco, ese hombre seguro parecía genial a sus ojos cuando había llegado con auto incluido, cartera libre y todos los regalos que un niño desea obtener.
Y aun entendiéndolo le molestaba demasiado.
—No te enojes, Ere —pidió Alonso llegando hasta ella—, es que, te juro que no sé cómo, pero se descompuso;y la verdad es que sus risas son super contagiosas.
La mencion rodo los ojos.Ella sabía bien lo contagiosa que era la risa de esos dos, tanto que muchas veces ni siquiera pudo regañarlos debido a que terminó riéndose como una tonta también por sus travesuras y ocurrencias.
—Solo basta —pidió la mujer—, deja de seguirles el juego o no van a parar.Y te juro que me tienen loca.No quiero ser el padre malo solo porque apareciste siendo más bueno que yo.
—Yo no creo ser mejor padre que tú —aseguró Alonso, que sobre todas las cosas respetaba todo el esfuerzo que esa mujer había tenido que hacer para ser la madre que era ahora.
—A sus ojos —indicó la chica—.¿Cómo crees que nos veremos cuando tú eres el que les regaló cosas y yo quien se las va a castigar porque me tienen loca?
—Supongo que tienes razón —concedió Alonso, entendiendo el punto de la mujer.
Sin embargo, había algo que no logró entender: ¿cómo es que le enojaba lo que sucedía?
Es decir, tan solo se estaban riendo de cualquier cosa, incluso lo que ella les decía... Ah, posiblemente ese era el problema, que se rieran de ella en lugar de con ella.
Y, con esa conclusión en la mente, Alonso tuvo la peor idea de la vida, decidió incluirla en un ambiente que la otra detestaba por completo.
Envalentonado por la idea de que era una gran idea lo que se le había ocurrido, Alonso levantó en brazos a la joven, que le miró horrorizada y de verdad molesta, y la llevó hasta la cama donde Damián y Fabián brincaban empujándose y golpeándose con las almohadas
» ¡Bolita a mamá!—gritó el hombre luego de prácticamente aventarla sobre la cama.
Pero, al ver que los gemelos no hacían lo que él pedía, sino que le miraban demasiado sorprendidos, entendió que el colérico rostro de la mujer era algo a lo que debía hacerle frente solo.
Erena le miró furiosa.Que le hubiera levantado en brazos había sido una gran sorpresa, pero que la aventara a la cama como si fuera cualquier trapo viejo la había hecho molestar enserio.
Sentía la rabia arderle en el estómago, y sus manos y rostro se calentaron tanto que pudo sentir como su respiración incluso quemaba el interior de su nariz.
Alonso le miró como perdido, y ella no atinó a hacer más que arrancarle la almohada de las manos a uno de sus hijos, luego de eso le pegó al otro, haciéndolo retroceder hasta sacarlo de la habitación.
—¡Lárgate!—le gritó furiosa la castaña, agitada y aún muy molesta, mordiéndose los labios para contener la risa que le provocó la expresión de Alonso;luego de eso le cerraron en la cara la puerta de la habitación de los gemelos.
Los gemelos la miraron asustados, aunque solo miraban la espalda de su madre temblando.Incluso se preguntaron en un susurro si su madre estaría llorando.
Detrás de la puerta, Alonso se disculpó, pero, al no recibir respuesta alguna, decidió que lo más sano era hacer una retirada estratégica por el momento, así que solo se disculpó de nuevo y se fue.
En cuanto el auto de Alonso arrancó, Erena cayó al suelo de rodillas, riendo a carcajadas, tan fuerte como, quizás, nunca en su vida lo había hecho.
Damián y Fabián le miraron en una especie de confusión mezclada con asombro, luego de eso rieron también a carcajadas, igual que su madre.
La joven madre rio hasta que le dolió el estómago, incluso se obligó a hacer respiraciones profundas para recobrar la calma, pero era difícil.
No recordaba nunca en su vida haber hecho algo tan infantil y tan divertido como golpear a alguien con una almohada, además, si a eso le sumaba que lo había hecho con todas sus fuerzas, entendía que le había servido de catarsis para eliminar todo ese enojo que se había acumulado durante el día.
—Voy a preparar la cena —anunció Erena un rato después, poniéndose en pie—, y quiero este cuarto ordenado y limpio para cuando yo termine si no quieren perder todo lo que ganaron hoy.
—Ma —habló Fabián, deteniendo el paso de su madre que recién había abierto la puerta—, ¿también tenemos que tender las camas?Casi es hora de dormir.
Erena le miró dudosa.Quería ser estrictamente, pero tampoco entendía el punto de tener que tender una cama que destenderían una hora después, además, se encontró en serio relajada luego de agarrar a almohadazos a uno que tal vez sí odiaba un poco, así que solo les sonrió a sus dos hijos antes de hablar.
—De acuerdo, la cama no, pero el resto sí o en serio tiraré todo a la basura —prometió y los chicos gritaron complacidos mientras brincaban en la cama—.Dense prisa —ordenó y salió de la habitación sin cerrar la puerta, y es que ese par eran dos que necesitaban supervisión permanente.
**
—Le había hablado a papá —renegaba Fabián que arrastraba los pies por la acera de camino a la escuela a la mañana siguiente.
—¿Para qué?— preguntó Erena, intuyendo la respuesta—.Él tiene cosas que hacer.
—Pues para que nos llevemos en el coche al colegio, la mochila está pesada —respondió Fabián, medio molesto—;además, está bien lejos la escuela, y está haciendo frío.
—¿Frío?¿Estás loco?No está haciendo frío, y la escuela no está lejos;además, tienes dos piernas que funcionan muy bien, no necesitas un carro.
—No es por necesidad, mamá —intervino Damián, que estaba a favor de la postura de su hermano—, es por lujo.Si te lo puedes dar, ¿para qué negarlo?
—¿Dónde diablos escuchaste eso?—cuestionó Erena asombrada por las palabras de su hijo.
—Ayer papá lo dijo —respondió el cuestionado y la madre del par de niños no supo qué pensar preguntándose ¿de qué cosas pueden estar hablando para que Alonso recurriera a esas palabras en una conversación infantil?
—Creo que si podemos ir en carro en lugar de caminar deberíamos molestarlo, aunque tenga cosas que hacer —continuó Fabián—, después de todo, nosotros somos más importante que cualquier otra cosa, ¿o no?
—Cumplirte un capricho no es más importante que atender sus responsabilidades, estoy seguro de ello —señaló Erena, que continuaba andando por un camino tan conocido que seguro ellos dos viajarían solos—;además, como ya te dije, ustedes tienen sus dos piernas sanas y fuertes para cumplir con sus propias responsabilidades.
Damián frunció los hombros cuando su hermano gemelo lo miró en busca de apoyo y Fabián entornó los ojos con molestia.
—¿Al menos irá por nosotros a la escuela?— preguntó Fabián, no queriendo dejar el tema por la paz.
—Nop —respondió Erena, sonriendo al chico que hacía una pataleta silenciosa de pie.
**
—Lamento lo de ayer —dijo Alonso llegando a la recepción donde Erena se encontró ya—, no sé qué pasó conmigo, pensé que era una buena idea.
—Fue la peor idea que se te pudo haber ocurrido —respondió Erena, sin mirarlo, atendiendo al puño de papeles que tenía en su escritorio sobre recados y deberes sin hacer aún—, y agradece que no te siguió el juego, porque te habría dado con uno de ellos en lugar de con la almohada.Ahora, si no tienes más qué decir, puedes seguir tu camino.
—¿No vas a disculparme?— Alonso preguntó, desconcertado y medio temeroso.
No sabía las implicaciones de su osadía, pero odiaba pensar que se abriría una brecha entre ellos ahora que había logrado una tan buena relación con los gemelos.
Erena levantó la mirada, lo miró fijo, inspiró hondo y exhaló lento, luego le sonrió.
—Que tenga un buen día, señor Marín —dijo con ese tono de voz agradable que a todo el mundo encanta.
—Ay, por favor, ni siquiera fue para tanto —señaló Alonso, dejando caer los hombros hacia atrás y rodando los ojos, grabándole a esa mujer que ese era el padre de sus hijos, pues actuaron igualito, y se vieron muy semejantes también.
—¡Alonso!Estamos trabajando, ¿podrías por favor comportarte como debes?—pidió Erena sin sonreír, pues de verdad le molestó lo laxo que ese hombre pudo llegar a ser.
—Sí —respondió una voz ajena a ellos dos, anexándose a la conversación—, no den espectáculos matutinos, ambos pórtense bien, pélense y reconcíliense en la casa;en la oficina trabajarn, es asi como funcionan las cosas.
—Buenos días, señor Marín —saludó Erena, medio apenada por haber sido descubierto en tal situación.
—Buenos días, Erenita, ¿se siente mejor?—cuestionó el hombre mayor, preocupado por la salud de esa joven que, últimamente, no parecía estar del todo bien.
—Estoy mejor —aseguró la cuestionada—, muchas gracias por preguntar.
—Me da gusto que se sienta bien —aseguró el hombre sonriendo—.Me llevaré a esta molestia conmigo, pero, por favor, no sea tan dura con él, es un mimado que llora cuando las cosas no le salen como quiere, y lo necesito concentrado, no moqueando por los rincones.
-¡Papá!—exclamó Alonso, casi apenado por lo que el hombre había dicho de él.
—Anda, ya —pidió el mayor—, deja a la chica en paz.Así no es como se debe tratar a las damas, me sorprende que no lo sepas ya.
Y eso fue lo último que Erena pudo escuchar de ese par de hombres que subían las escaleras al primer piso de ese edificio de dos pisos sobre la planta baja en que ella trabajaba.
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Updated 27 Episodes
Comments
Elvira Fretes
creo que Erena debe tener una conversación con Alonso 🤷🏻♀️
2023-10-02
1
MALÚ 2834
Esta mujer tiene que cambiar un poco el chip,,,,así no puede seguir actuando,,,como una mujer amargada y gruñona
2023-02-01
1
MALÚ 2834
Normal que los niños hayan acogido a su padre tan bien,,,todos los niños quieren un padre como sus compañeros de colegio,,,o no pensaste como se sentirían ellos viendo a sus compañeros con sus papás,,y ellos sin conocer al suyo,,ponte en su lugar
2023-02-01
1