En medio de dos mundos

Narra Nisa

Salgo se casa temprano para ir a la escuela. Estoy cursando bachillerato y trabajo por las tardes.

Salgo mientras llevo una taza de café desechable en las manos, me he quedado dormida otra vez.

Voy a toda velocidad entre la gente. Hoy noto algo extraño, todos me miran. ¿Por qué me miran? Hago como que no los veo como siempre, pero siguen mirándome. Esto es raro, ellos saben que los veo yo sé que me ven, pero nunca me miran fijamente. Esto me pone nerviosa, corro más hasta llegar a la escuela, tarde por supuesto. Entro corriendo al edificio y acudo a mi clase, toco la puerta.

Profesora- Pase

Abro la puerta e intento calmar mi respiración. Noto como el pelo de mi nuca se eriza y siento una energía fría... ¿De dónde viene esto?

Cuando consigo entrar.

Nisa- Lo siento maestra.

Algo hace girarme y veo un chico nuevo sentado en una de las mesas junto a la mía. Algo en mí se activa, no sé que es exactamente, pero lo hace. Él es espectacular, todo un dios griego. Tiene el pelo negro como despeinado, algunos mechones caen por su frente y lo hace terriblemente sexy. Tiene unos ojos azules claros casi transparentes como las aguas de los paraísos que soñamos. Y me están mirando fijamente a mí.

Maestra- Nisa, siéntese por favor.

Me saca de mi aturdimiento. Camino hacia mi mesa, justo al lado de la suya. Y me hundo en la silla. Intento no mirarlo y no notar su presencia pero es imposible. Lo miro de reojo y él está mirándome también. No sé de qué va la clase, no sé de qué habla la maestra, solo noto su presencia. En un intento de valentía me giro para mirarlo frente a frente y un destello de lo que ahora creo que son sus verdaderos ojos pasan por los azules del mar. Un destello de fuego.

Mi cuerpo empieza a temblar y me falta el aire, no sé en qué momento termina la clase, pero en cuanto veo salir a los demás, cojo mi mochila e intento salir lo antes posible. Llego a los pasillos e intento coger todo el aire que puedo, me dirijo al servicio a refrescarme la cara. ¿Por qué hay uno de ellos sentado a mi lado en clase?

Una vez salgo del servicio y estoy más tranquila, me dirijo a mi siguiente clase. Tengo la sensación de ser observada a sí que busco a mi alrededor, pero no veo a nadie raro acechando a sí que entro lo más rápido posible.

La mañana pasa entre clases y paranoias mías. Tengo el tiempo justo para comer e ir a trabajar a la cafetería.

En el camino intento no mirar a ninguno de ellos. Normalmente, suelen estar ahí sin más, pero hoy me miran todos a mí. Es como estar atrapada entre dos mundos, pero solo interfieres realmente en uno.

Llegó a la cafetería y saludo a la camarera que lleva el turno de mañana.

Nisa- Buenas tardes Marta

Marta- Buenas Nisa, hoy está el día tranquilo.

Nos despedimos y se marcha corriendo, ya que tiene que llegar a recoger a sus hijos pequeños a la escuela.

Me vuelvo a sentir observada y cuando miro hacia la calle, el pelo de mi nuca vuelve a erizarse y vuelvo a sentir la presencia de él. Se abre la puerta y entra a la cafetería. Por unos segundos los dos nos quedamos mirándonos a los ojos como si no existiera nada más. Se presencia deja de ser fría durante un momento y eso acelera mi corazón. Hasta que él mueve cabeza en negación como sacándose de su propio momento y se acerca a la barra de la cafetería.

Chico- Un café

Nisa- Por favor - le digo mientras me giro hacia la máquina de café.

Noto su mirada fría perforando mi espalda.

Cuando termina la máquina de café se lo pongo en un plato y se lo sirvo delante de él, ni lo mira, se me queda mirando a mí con el ceño fruncido.

Nisa- A mí también me caes mal no te preocupes.

Chico- No entiendo que tienes de especial bella

Nisa- Nada idiota.

Su ceño se frunció aún más y me fui a servir otras mesas. Él se sentó en una de ellas y estuvo toda la tarde ahí observándome. Cuando iba a cerrar el bar tuve que ir a echarlo. No quería hablar con él, pero no tenía otra opción.

Nisa- Tienes que irte, voy a cerrar.

Chico- ¿Y si no quiero?

Nisa- Te patearé el culo hasta que estés ahí fuera con los tuyos.

Chico- ¿Con los míos?

Lance una mirada hacia uno de esos seres que estaba en la acera de enfrente. Mirándome. Note como él lo vio y el de la calle lo miró también.

Chico- No soy uno de ellos.

Nisa- Claro que no, fuera de mi cafetería.

El chico se levantó y salió por la puerta no sin antes mirarme por unos segundos y decirme que tuviera cuidado.

Yo me reí de su comentario y seguí limpiando la cafetería hasta que termine y pude irme. Ya era de noche y apenas había gente en las calles y algunos de esos seres por ahí.

Empecé a caminar por las calles, estaba cruzando un callejón cuando note como una especie de nube paso por mi lado levantando una brisa de aire fría. Mi cuerpo empezó a temblar ¿qué era eso? Pasó una vez y más dos y me palarice en el mismo sitio donde estaba. Note como una corriente fría empuja fuertemente hacía a mí haciéndome caer de espalda al asfalto, sentí un gran dolor en la espalda. Me estremecí al ver un humo negro denso a mi alrededor, me estaba robando el oxígeno y cada vez se hacía más difícil respirar. Intenté levantarme, pero el humo se hundió en mí y me hizo caer al suelo una vez más. Mis pulmones buscaban el oxígeno que necesitaba, pero no lo encontraban, no podía. Empecé a ver todo negro y de repente mi los pelos de mi nuca se erizaron y noté su presencia. Algo suave se puso al mi alrededor y pude notar su pecho en mi cara, estaba segura de que era él. Pude abrir un poco los ojos y creía ver que unas alas llenas de plumas negras alzaban a su espalda y con ellas me tenía arropada protegiéndome de lo que fuera aquello que me atacaba. Solo pude escucharlo un poco.

Chico- Estúpidos humanos.

Estaba tan a gusto que me dio igual, me acomode más en su pecho y me deje llevar por la oscuridad sin importar lo que pasaba alrededor.

Narra Mikel

No sé por qué me mandaron a cuidar de esta estúpida humada. Dicen que es especial. No sé qué tiene de especial. Bueno puede ver en los dos mundos. Puede ver lo que queremos que vea y lo que no, eso ya es molesto no especial.

Soy uno de los demonios más fuertes del infierno, Mikel. Y por eso estoy aquí.

Únicamente sé que tengo que proteger su culo e ir detrás de ella, eso me han mandado.

Tiene que ver con una guerra que está por explotar en el inframundo. Nada es lo que parece aquí. Y esta niña es la clave. Está entre el bien y el mal y su muerte será el fin de la paz. Algo a si he escuchado. Todos quieren esta guerra, pero muchos no estamos preparados aún. A sí que me toca cuidar de la humana.

Y como no, se metió en problemas. Su actividad es más visible ahora para todo el inframundo. Cuando llegó la veo a punto de desmayarse. En el fondo me da pena verla tan indefensa y tan débil. Me meto en medio de ellos y la rodeo con mis alas para poder protegerla del mal que la quiere para él.

Ella se acurruca en mi pecho y creo que está cómoda porque se acurruca mejor. La miró a la cara mientras está entre mi pecho y estoy volando para llevarla a su habitación. En realidad es bonita.

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Comments

Marjorie Rodriguez Umaña

Marjorie Rodriguez Umaña

Pues si que miedo

2024-11-17

0

Viviana Bustos Aldana

Viviana Bustos Aldana

Que miedo

2024-07-18

0

Ferny

Ferny

xd

2023-04-04

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