Sofi

Sofi ... un hogar que tendrá que dejar

"Si un día despiertas y ya no puedes verme, imagina que estoy acompañando a Sofi en esta aventura"...

Es temprano, el sol apenas comienza a calentar la ladera del volcán nevado, el rocío en las flores demuestran la fría noche anterior, sin embargo es cálido el ambiente, que invita a quedarte contemplado el paisaje primaveral, las aves despiertan con un hermoso cantar, colores naturales que crean una atmósfera de paz y armonía, a unos cuantos pasos de distancia del río que baja del volcán, se encuentra una pequeña choza, pero no solo es una casa cualquiera, es el hogar de Sofi y eso significa que es una casa llena de amor.

La choza esta hecha con la madera del bosque contiguo al río, la puerta de entrada está pintada de color verde y el marco está tallado a mano, mostrando una fina línea de símbolos que representan a la familia que vive en este hogar, al entrar lo que se ve es un amplio espacio donde se mezclan la cocina, el comedor y un pasillo circular que nos lleva a las habitaciones, todo esta hecho de madera e incluso los muebles son del mismo material, no es una casa llena de objetos caros o elegantes, de hecho no hay nada de lujo, pero si se respira un aire de amor y calor de verdadero hogar, que estoy seguro, ningún lujo puede compararse con lo que se vive en esta casita en medio del bosque.

A mitad del pasillo se encuentra la habitación de Sofi, la habitación es pequeña, justo al tamaño de nuestra protagonista, pero eso no significa que se incómoda, al contrario, es un espacio donde se puede descansar, jugar y soñar,en ella se encuentra una gran ventana redonda por donde entran los rayos del sol y estos dan directo a la cómoda cama se Sofi.

En medio de las cobijas se logra percibir una pequeña naricita, enrojecida por el frío de la noche anterior, está se muevo como olfateando algo, y lentamente se mueven unas pequeñas manitas que hacen que las cobijas bajen sigilosamente hasta descubrí un par de hermosos ojos color café y un fulgor que asemeja el brillo del sol en el agua del río, parece no animarse a salir pero el aroma del desayuno le hace luchar contra la cama y sus ganas de seguir durmiendo y el hambre voraz hace que su estómago ruja cuál animal salvaje, así que con toda la voluntad quebrada, Sofi se levanta de un solo salto fuera de la cama, sus pies pequeños, tocan el piso de madera, su respirar se torna suave y delicado, como si con esta acción recupera todo el ánimo de vivir un día más, sabe que tendrá que dirigirse al espejo y el reflejo mostrara su rostro recién levantado, así que, da su primer paso tambaleante y después otro y otro hasta llegar donde su destino será mostrado ente el reflejo que quizá no deseaba ver, sin embargo al llegar a donde debería llagar, lo que observa es el rostro de la dulzura y la inocencia de una niña de ocho años, una sonrisa que demuestra lo feliz que es y unas mejillas rojizas que parecen haber sido pellizcadas durante toda la noche, el cabello largo y ensortijado color café y aún sin peinar, es más, parece que hoy será su segunda batalla por lidiar, la pelea contra el cepillo, una guerra para ver quien vence a quien, viste una pijama color rosa que cubre del cuello hasta los tobillos, a decir verdad el rosa no es su color favorito pero al ser un regalo de su madre la usa con mucho aprecio.

En la cocina se encuentra su madre, está preparando el desayuno y los aromas de la sabrosa comida se impregnan en toda la casa, recordemos que esto fue lo que despertó a Sofi, todo está preparado para que se sienten a comer, la madre de Sofi, una mujer encantadora de no más de treinta años, prepara cada espacio de la mesa con un platillo digno de cualquier palacio o de un rey gordo que solo vive para comer y gobernar, en ella se encuentra huevos recién fritos, pan horneado muy temprano, fruta, leche y queso, un poco de pescado. Mamá llama a todos a desayunar, Sofi sale cuál relámpago de su habitación y se apresura a sentarse en su lugar exclusivo no sin antes dar los buenos días a mamá, a lo lejos se escuchan las fuertes pisadas, se aproximan a la entrada de la casa, pero ninguna de las dos parecen asustarse, se abre la puerta y se dibuja una gran silueta de un gran oso de dos metros de altura, la luz del amanecer impide ver con claridad la silueta, da dos pasos más para poder entrar a la casa y es cuando se muestra lo que en realidad había entrado a la casa, era papá...

Papá era un hombre corpulento de gran barba roja y un prominente estómago, unas manos gigantes que destrozarían con facilidad cualquier árbol, una mirada fuerte y firme sin embargo incapaz de hacerle daño a alguien, ya que lo que más resaltaba de este hombre era la bondad de su alma. Antes de sentarse saluda a su esposa con un beso en la frente como señal de amor y respeto, se dirige a Sofi y le da el mismo beso, se sienta y comienza a dar gracias a la vida por la vida que tiene. Sofi lo mira con detenimiento y se da cuanta de lo alto que se su papá, mira a su mamá y ve lo hermosa que es y también da gracias a la vida por lo que tiene, se siente feliz pero aún no sabe las aventuras que tendrá que enfrentar, no sabe la cantidad de peligros que tendrá que sortear, no sabe que en unos instantes, su vida cambiara para siempre y que en estas aventuras dependerá la vida de más criaturas y el destino de un reino mágico del cual quizá nunca regrese ...