II

Se dirigió directamente a la barra donde un hombre ciertamente muy guapo y elegante le sonreía.

- Hola Buen día

- Hola Buen día - contesto ella

- ¿Qué vas a llevar?

Ella miraba perdidamente el menú que se encontraba colgando detrás de aquel hombre y con una sonrisa miró a aquel hombre.

- JAJA estoy perdida - dijo con ternura - en realidad me acabo de mudar y no conozco mucho de lo que estas vendiendo

- Oh... Jaja pues si me dices tus gustos yo te puedo recomendar algo.

- Bueno... Me encanta el café, que sea dulce pero no tanto como para hostigar, mmm me gusta que esté espumoso y me gusta también la vainilla.

El la miró con una sonrisa y volteando se hacía la máquina de café dijo.

- Eres un tanto... Especial diría yo... No muchos por aquí les gusta la vainilla y tampoco lo dulce pero tengo el café perfecto para ti y se que con esta do de te va encantar.

Dijo mientras le entregaba el café que había preparado mientras hablaba y una dona de chocolate, tanto el bizcocho como las chispas eran de chocolate pero no era muy dulce más bien estaba nivelado por que el chocolate que lo cubría era amargo y las chispas si eran dulces.

- Esta muy buena la dona.

- Bueno gracias soy el encargado de eso

- Pues te quedan deliciosas

- Es un honor que te guste y dime nueva ¿como te llamas?

- Me llamo Jane Baker

- Pues Jane si se te antoja un café puedes encontrarme aquí.

- Gracias - dijo proporcionándole una sonrisa y pagando el café y la dona.

Cuando iba saliendo de establecimiento solo en ese momento se percató de la mirada penetrante que caía sobre su espalda. Camino hasta su auto y se dirigió a su trabajo.

...~Ethan~...

Cómo todos los días Ethan salía de su casa acompañado de algunos miembros de su manada para comenzar el día. Primero iría a su cafetería favorita para desayunar y después iría al trabajo pero al llegar al café su día dio un giro inesperado.

Primero se encontró con la enfadosa de Verónica que había salido con ella u par de veces pero solamente por **** y se dio cuenta que el aroma que ella emitía no era para nada de su agrado.

Ella seguía insistiendo con él, sabía cuál era su café favorito y a qué hora llegaría para recogerlo y así sabía colo encontrarse con él.

Esto pasaba todas la mañanas y la verdad solamente la dejaba hablar hasta que le hacía alguna pregunta y su contestación siempre era la misma agarraba su café y junto con sus compañeros salía rumbo hacia su trabajo.

Esta mañana tenía algo de especial pues hoy tuvo que pedir otro café que no era el suyo pues no tenían los ingredientes necesarios para realizar ( ilógico ¿no?) y después se entero que yo era la cita para ir con su dentista pues lo odiaba por que siempre pasaba demasiado tiempo ahí para su gusto y ahora ella... Un metro sesenta y cinco cabello castaño ojos hermosos y sonrisa brillante.

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