Capítulo 5

Cristian se levantó a la mañana siguiente muy temprano, ya que debían despedir a su hermano, este no podía hacer visitas muy largas, solo en contadas ocasiones, y la verdad no culpaba, su esposa era la Reina de un territorio bastante extenso y por lo cual tenía mucho deberes que hacer, mientras tanto su hermano, como el Rey consorte tampoco lo tenía fácil, menos ahora que Leila estaba embarazada.

- Ten buen viaje hermano – dijeron Cristian y Selia al unísono, dándole un fuerte abrazo a su hermano

Uno a uno se fueron despidiendo de los demás invitados que habían venido del mundo de Leila

- Cuídate tú también – le dijo Cristian a Leila

- Y cuida de nuestro sobrino – esta vez fue Selia quien se despidió

Una vez que todos se fueron, Selia y Cristian se dirigieron a su compañía, ambos eran dueños de la compañía de tecnología que le habían dejado sus padres, en el pasado era Rafael quien la dirigía, pero ahora era los dos hermanos quienes estaban a cargo de la empresa, con la ayuda de Miguel y ocasionalmente de Erick.

Después de un día sin sobresaltos en la oficina, todos regresaron a casa por la tarde, justo cuando iban llegando, los hermanos recibieron una llamada de Erick.

- Chicos tenemos un problema, hay un incendio en un centro comercial, el sitio está lleno de gente, y los bomberos no pueden sofocar las llamas – les dijo Erick a sus compañeros, posteriormente les dio la dirección del lugar a donde tenían que ir y prometió verlos allí

Al llegar al lugar se dieron cuenta que las cosas estaba peor de lo que creían, ya que aquel centro comercial se encontraba cerca de una unidad habitacional y las llamas ya empezaban a consumir las casas, debido a que el humo era muy denso, y era muy peligroso entrar allí, solo Erick y Miguel se adentraron protegiéndose con un hechizo, en ese momento Cristian recordó el regalo que Erick le había dado y se lo puso, al colocarse el añillo este desprendió un ligero brillo que pasó desapercibido por su portador.

- Poder de la luna, yo te invoco – recito Cristian, estas eran la palabras que Erick le había dicho, ya algunos años atrás que activaban los poderes de las reliquias mágicas que le daba.

Al pronunciar dichas palabras el añillo emitió un muy fuerte brillo, algo que Cristian no se esperaba, ya que si bien las reliquias solían brillar al activarse, nunca había sido así, pero debido a la emergencia que se estaba presentando Cristian no le tomo mucha importancia y fue corriendo a auxiliar a sus amigos

Pasaron horas hasta que pudieron extinguir el fuego, Erick no podía realizar ningún hechizo para extinguirlo si había personas dentro ya que podría ser peligroso, por lo cual tuvieron que evacuar a todas la persona del lugar, así como a las que estaban atrapadas en la llamas, Cristian por su parte se dio cuenta que su amuleto no solo le daba inmunidad al fuego, sino que también podía controlarlo, esta vez Erik se había lucido con su regalo, pensó Cristian mientras seguía sacando la gente, una vez se aseguraron que no quedaba nadie, se pudo apagar el fuego y así el equipo volvió a su casa

Cristian se dirigió directamente a su habitación a cambiarse y darse un baño, ya que olía demasiado a humo, el resto también hizo lo mismo, una vez aseado el chico bajo a cenar, ya que debido al incendio no tuvieron

tiempo de comer, al bajar a la cocina y ver que no había nadie, no por primera vez se sintió solo, cuando su hermana se casó con Erick, esta se había mudado con él a una casa que había construido en la misma isla, pero a pesar de tenerla cerca, no era lo mismo a vivir juntos, por su parte Miguel había decidido vivir en la ciudad con su pareja, una mujer de 40 años a la que conoció en la compañía, hace unos 6 meses la mujer era divorciada y no tenía hijos, ambos se les notaba que se querían y decidieron que no eran unos niños y no tenía caso perder el tiempo, por eso decidieron vivir juntos solo tres meses después de conocerse. Por su parte Cristian era el único que vivía en la casa que habían construido sus padres y a veces pensaba que era mucho espacio para el solo.