Se encontraba en su habitación, ocupándose de unos asuntos, desde que se fueron a ver a sus padres, el trabajo se le acumuló.
Estaba cansado, no podía dormir bien por las noches, no dejaba de pensar en su familia y Elena.
Sus padres no se habían comunicado con el desde la cena, sus abuelos lo habían llamado para apoyarlos.
Pero enzo no sabía a qué iban a apoyar exactamente, el no tenía una "relación" que apoyar.
La nula confirmación de Elena de una relación, lo estaba matando.
“Diablos, cómo esa mujer era tan indecisa!"
Nunca había pasado por algo igual, el rechazo no estaba en su historial.
- Enzo!.
Estaba tan perdido en sus pensamientos que olvidó la llamada que hacía.
-Eccomi qui (aquí estoy).
Mientras hablaba se acercó a la ventana, se sorprendió al ver a Elena tan tarde en los jardines.
“Que mujer tan loca, se resfriara".
No pudo evitar sentirse a traído por esa imagen, ella en una blusa corta y unos shorts de seda, su cabello suelto y con una mirada tranquila y de paz, se veía hermosa a sus ojos.
Quería que le diera una respuesta, quería saber si aceptaría o se iría para siempre, no quería hacerlo pero el era un hombre de palabra.
Los movimientos de Elena lo devolvieron a la realidad, Vio como se levantaba y daba unos pasos.
Enzo se iba a retirar de la ventana hasta que la vio detenerse.
“Ahora, ¿que está haciendo?”
Intrigado por sus acciones se acercó un poco más a la ventana para una mejor vista, todo a su alrededor parece normal, pero el rostro de Elena demostraba miedo.
“Elena, ¿A qué le temes?"
Aún con su rostro asustado, ella continúo caminando lentamente, hasta que se dió la vuelta y comenzó a correr.
El no entendía que pasaba, hasta que vio a un hombre correr tras ella y escucho el grito de auxilio.
Enseguida comprendió todo, era un asesino.
Se apresuró a su escritorio y tomo su arma.
Comenzó a correr.
Los pasillos se le hacían eternos, maldijo internamente por tener una casa tan grande.
Su corazón latía rápido, se sentía nervioso, Sabía que debía ser rápido o ella moriría.
Se detuvo en medio de un pasillo mirando alrededor, el pánico comenzó a inundar su cuerpo, no le gustaba esa sensación de angustia.
Se sintió mareado, con náuseas, imaginaba encontrar su cuerpo cubierto de sangre, fría y sin su hermosa sonrisa.
Negaba rotundamente con la cabeza, no podía caer en su imaginación, pasaba su mano por su cabello intentando pensar rápido.
Intento pensar en que parte de la casa estaban, recordó la dirección en la que ella corrió.
“En el almacén!”
Comenzó a correr de nuevo, bajo las escaleras y atravesando los pasillos. Se acercó a la habitación del almacén con cautela, no quería hacer ruido, podía escuchar los pasos del atacante, eran lentos, precavidos, estaba buscando algo.
“Esta viva, la está buscando... sigue así Elena, solo un poco más".
Se acercaba lentamente y pudo verlo parado en frente de una puerta, sus dedos estaban pasando por la madera de la puerta.
“Ella debe estar ahí... MIERDAAAAA!!”.
Se acercó por detrás, trato de no hacer ruido, después de tantos años, era un experto.
“Para que mierda tengo seguridad! dónde mierda están!”
De pronto, el hombre atravesó la puerta con su puño y colocó su arma en el agujero y hablo.
- sogni d'oro bellezza (dulces sueños hermosura).
Enzo sabía que significaba eso, No sé contuvo y con un solo disparo le dió directo en la cabeza, el hombre se desplomó en el piso y la sangre comenzó a esparcirse por El suelo.
Se apresuró a la puerta y la abrió pero encontró a Elena con lágrimas y los ojos cerrados.
Su cuerpo temblaba y estaba pálida.
-ELENA!!
...------------------------------------------------...
Había escuchado el disparo, su cuerpo temblaba pero no sentía dolor alguno.
De pronto, escucho la puerta abrirse y alguien llamandola.
- ELENA!
Era Enzo, tal vez ella había muerto y se encontraba en el cielo, escuchando la su voz.
- Mía principessa...
Sentía una cálida mano tocando su mejilla, estaba limpiando sus lágrimas.
Lentamente comenzó a abrir sus ojos, se encontraba enzo en frente de ella, su rostro tenía sudor y tenía una mirada preocupada.
- ¿Enzo? -Susurro asustada -.
- Si principessa, soy yo - su tono era calmado, no quería asustarla más -.
Ella no aguanto más y se abalanzó sobre el, su cabeza estaba en su hombro, estaba llorando fuertemente.
- Creí que moriría!
- Todo está bien, estoy aquí.
Comenzó a acariciar su cabeza para calmarla, estaba muy alterada.
- El, el hombre! -comenzo a temblar fuertemente-.
- Shhhh... todo está bien, estás conmigo -Trato de tranquilizarla -.
El la trataba de calmar, estaba teniendo un ataque de nervios, la acariciaba y consolaba con palabras dulces.
"estoy aquí".
"Todo está bien"
"Estás conmigo"
Después de unos minutos, sus hombres hicieron acto de presencia.
-SIGNORE! (SEÑOR!)
-Qui!! (Aquí!)
Los hombres pasaron por encima del cadáver, más importante era el señor.
Se sorprendieron al verlo con la señorita en sus brazos.
-Puoi dire, dove cazzo erano? (Se puede saber, ¿dónde putas estaban?) -aunque su tono sonaba calmado para no asustar a Elena, la ira era notable -.
- Signore, Abbiamo subito aggressioni da varie parti della casa, la situazione è sotto controllo, ne abbiamo eliminati la maggior parte, ne abbiamo lasciato vivo solo uno da interrogare.
(hemos sufrido ataques por varias partes de la casa, la situación esta bajo control, hemos eliminado a la mayoría, solo dejamos vivo a uno para que sea interrogado.)
“Con que una emboscada.. "
Elena seguía temblando, debía sacarla de ese lugar y llevarla a su habitación.
-Elena, ¿podrías cerrar tus ojos por un momento? - no quería que viera el cadáver -.
Ella sin fuerzas para hablar solo asintió con la cabeza, cerrando sus ojos.
El rápidamente la levantó y sea llevo como una princesa, lejos del cadáver.
- Tu! -Le hablo a uno de sus hombres - chiama Alessio, raccontagli cosa è successo e lascia che se ne occupi lui, non voglio essere disturbato in questo momento. (llama a Alessio, dile lo que pasó y que se encargue, no quiero que me molesten por los momentos.)
Ella no paraba de sollozar, seguia muy asustada, las palabras de Enzo la ayudaban a calmarse, sentía que su corazón ya no aguantaría más..
Sintió que estuvo en sus brazos por varios minutos, subían las escaleras y en ningún momento el se quejó por llevarla, escucho como abría una puerta y cerraba después de pasar.
El se encamino hacia la cama y la depósito suavemente, cómo si fuera una muñeca de cristal a punto de romperse.
El iría a buscarle un vaso con agua para calmarla un poco más.
Cuando estaba a punto de irse, ella lo jalo por la muñeca.
- Por favor, no te alejes - Tenía sus ojos rojos por el llanto, su cara estaba pálida- no me dejes...
-No lo haré.
El se acostó a su lado y la abrazo protectora mente, ese simple gesto hizo que se sintiera más segura y el miedo comenzó a disminuir poco a poco.
Ella era tan delicada para el en ésos momentos, quería consolarla y hacerla sentir mejor, era su principessa y debía cuidarla hasta con su vida.
-Todo está bien, estoy aquí contigo, no me iré a ninguna parte... - Susurro antes de darle un beso en la frente -
Eso logro calmarla completamente, sabía que el la cuidaría y se sintió en paz, sus latidos ya estaban volviendo a la normalidad poco a poco.
Al pasar las horas, las caricias en su cabeza eran como masajes que le estaban dando sueño per tenía miedo de dormir y ser atacada.
-Enzo.
-¿Si?
-Si me quedo dormida, ¿seguirás aquí? -pregunto dudosa-
- Siempre mía principessa, no temas.
Sus palabras fueron suficientes para que dejara que el sueño la dominará, se quedó dormida abrazando a Enzo, mientras el la tenía protegida por sus brazos y le jugaba con su cabello.
“No te preocupes, mía principessa... siempre te voy a proteger..”
No sentiría lastima por el pobre bastardo que se atrevió a jugar a ser su enemigo, ésa persona ya estaba muerta sin saberlo.
El es Enzo di Leone y no permitiría que nadie, pero NADIE, tratara de hacerlo caer.
Después de unas horas batallando con el cansancio, finalmente se quedó dormido pero aún así, seguía protegiendo con sus brazos a su querida Elena, no permitiría que nadie la lastimara, nadie lastimara a su Principessa.
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