Capítulo 1

Narrador

En la manada del norte, una de las más grandes del mundo y liderada por un lobo alfa frío y calculador que no gustaba de mezclarse con los lobos más débiles, por lo que era muy difícil para alguien acercarse a él.

El Derik

Derik_ ¡Jorge, vamos! La reunión va a empezar pronto. Le pongo una cara aterradora y veo de inmediato cómo baja la cabeza y responde sin mirarme a los ojos.

Jorge_ Ok, mi alfa, solo estaba ordenando los papeleos.

Jorge es el Beta de Derik y su mejor amigo, también es su único amigo.

La reunión es para decidir finalmente sobre el apareamiento del alfa, que ya tiene 23 años, y en la manada es muy importante que el alfa encuentre su pareja. Derik ha estudiado mucho sobre las mujeres de la manada y ninguna le satisface; las que tiene contacto son solo aquellas por placer, a las que nunca vería como pareja y piensa que todas las mujeres son interesadas.

Sara Lins

Tiene 16 años y su madre, Luana, la presentará en la fiesta del alfa, y otras jóvenes también serán presentadas por sus familias, que será en 2 días y a Sara no le gusta nada esto. Ella fue criada por su madre y su hermano mayor Lucas.

Y un guapo hermano tenía, un dios griego con sus cabellos negros, su piel más oscura y bronceada y ojos color miel. Sara, en cambio, era muy blanca, con cabellos rubios y ojos verdes, una belleza diferente nunca antes vista en mujeres de la manada.

Madre de Sara_ Hija, deja esa cara de que no te gusta, vas a ir a esa fiesta, ok.

Sara Madre, por favor, no quiero ir. Pongo una cara llorosa y le pregunto ¿Y hoy puedo salir con Taís?

Madre_ Ya te lo he dicho, no me gusta esa chica, Sara, es una mala influencia.

Vaya, mi madre está enfadada, imagina si supiera a dónde voy.

Sara_ Madre, ella es mi amiga, ¿por qué es así?, siempre se las tiene con ella.

Madre_ Está bien, pero después no digas que no te avisé. Voy a salir un momento y no te atrevas a irte de casa sin antes ordenarla y avisarme.

Sara_ Está bien, madre... pero puedo salir, ¿no?

Madre_ Bueno, pero no vuelvas tarde y cuídate mucho, hija.

La madre de Sara se va, dejándola con sus pensamientos.

Narrando por Sara

No entiendo por qué mi madre insiste en hablar así de mi mejor amiga, y es la única amiga que tengo porque las otras me odian, solo porque soy un poco diferente a ellas que son bronceadas con cabellos negros. Esas brujas me atormentan diciendo que mi madre debió engañar a mi padre para que yo sea así. Ya les dije que soy así por genes de la tatarabuela por parte de mi madre, pero solo se ríen en mi cara.

Hoy Taís me llamó para ir a la ciudad, será la primera vez para mí, estoy muy emocionada de ver las cosas allí, mi hermano siempre dice que allí hay de todo y muchas personas, algo que no me sienta bien, debe ser la mirada de ellas en mí porque soy muy diferente, como si no perteneciera a este lugar.

Taís_ ¡Vamos Sara, que ya llevo un rato esperándote aquí afuera, ven ya!

Sara_ Tranquila, ya voy, solo déjame llamar a mi madre, que está tardando. No sé por qué está gritando, ¿para qué tanta prisa?

Llamada de Sara a su madre_ Madre, ya me voy, ok.

Madre_ Sara, no te vas a tardar, ¿verdad? Y ten cuidado.

Sara_ Está bien, besos madre, ya voy a colgar. Sara cuelga el móvil y sale de casa para reunirse con Taís.

Taís_ ¡Vamos niña, rápido!

Pensamientos de Sara: Vaya, Taís está apurada.

Sara_ Hola Taís, disculpa la demora es que estaba ordenando la casa antes de salir, por eso me retrasé, ¿vamos?

Taís la mira de arriba abajo, analizándola, y pone una cara de disgusto, diciendo_ ¿Vas a salir con esa ropa de niño?, ya te he dicho, Sara, que tienes que vestirte como mujer, ningún chico te mirará con eso.

Pensamientos de Sara:

Siempre me ha gustado vestirme con sudaderas, no sé por qué hoy Taís tiene tanto problema con eso, así que me voy directo a su coche.

Sara_ Vamos ya, y me gusta vestirme así.

Taís_ Está bien, vamos.

Narrando por Sara:

Fuimos en el coche de Taís, su familia es muy importante en la manada, creo que su hermano es el Beta del Alfa. No me cae muy bien Jorge, me mira raro, me da un poco de miedo, pero su madre y su padre son muy simpáticos, aunque solo les he visto una vez, cuando Taís insistió en que debería ir a hacer una tarea del colegio en su casa.

Mirando por la ventana del coche ya puedo ver que estamos llegando, qué lugar tan hermoso lleno de tiendas con cosas más bonitas las unas que las otras.

Sara_ ¡Guau, Taís, qué grande es aquí!

Taís_ Sí, te va a encantar. Bueno, estamos llegando, vamos a encontrarnos con los chicos allí.

Sara_ ¿Qué? ¿Chicos? No era solo nosotras.

Taís_ Tranquila, son solo Rodolfo y Caio.

¡Pensamientos de Sara!

¡Cómo es posible! Ella invitó a Caio y a ese imbécil de Rodolfo, nunca me ha gustado, esto no va a salir bien.

Taís_ Hemos llegado, allí están ellos.

Taís estaciona el coche y me tira para ir a donde están ellos.

Taís_ ¡Hola Caio! ¡Hola Rodolfo!

Rodolfo_ ¡Hola Taís!

Rodolfo me mira con una sonrisa cínica y dice_ Hola lobita, ¿el gato te comió la lengua?

Pensamientos de Sara:

Estoy furiosa porque habla así conmigo, no me siento cómoda cerca de él, tengo una mala sensación, como si algo fuera a pasar. Será solo cosa de mi cabeza.

Sara_ Hola.

Caio_ Hola chicas, vamos que la discoteca ya va a abrir, ven rápido.

Sara narrando:

Caio toma la mano de Taís y entran en la discoteca. Rodolfo intenta tomar mi mano, pero la retiro rápido y sigo a Taís para acompañarla, dejándolo con cara de perro.

Pensamientos de Rodolfo:

Esa lobita todavía va a ser mía, sí que sí, y se sonríe.

Sara_ Qué lugar tan extraño, vamos al centro comercial, Taís, no quiero quedarme aquí.

Taís_ Deja de hacer esa cara de niña tonta y vamos a disfrutar, hoy es día de diversión, te va a encantar. Voy a buscar unas bebidas con Caio, no te muevas de aquí.

Pensamientos de Sara:

No puedo creer dónde he venido, mi hermano ya me había hablado de lugares como este, que solo hay peleas y gente borracha. Si supiera que estoy aquí, me mataría. Y Rodolfo no deja de mirarme, creo que no le gusta lo que ve, menos mal que vine con esta ropa nada atractiva, así nadie me notará.

Rodolfo se acerca e intenta tomar mi mano.

Rodolfo_ Vamos lobita, vamos a bailar juntos.

Sara_ No, gracias.

Sara narrando:

Si él piensa que voy a convertirme en su amiguita, está muy equivocado. Se acercó para bailar y yo lo empujé. Taís regresa rápidamente con las bebidas.

Taís_ ¡Vamos Sara, a bailar! Toma tu bebida.

Sara narrando:

Taís me entrega una bebida que nunca había visto y tiene un olor muy fuerte, que no me agrada. ¿Debo beberla? Bueno, beberé solo un poco.

Narrando por Derik:

La reunión fue muy satisfactoria; resolvimos todo y como no teníamos más qué hacer, Jorge me invitó a la discoteca. Siempre voy para divertirme con las chicas y distraerme. Estamos casi llegando; será bueno porque últimamente estoy enfadado con todo y todos a mi alrededor, no me gusta que nadie me diga qué hacer y esta presión para el apareamiento me está estresando ya.

Jorge_ Derik, ¿entramos? Parece que hoy está lleno.

Derik_ Vamos. Doy mi sonrisa de lado, como anticipando que será una buena noche.

Narrando por Sara:

No sé qué tiene esta bebida, pero me hace reír por todo y ya voy por el quinto vaso, jaja. Solo no me gusta que Rodolfo no me quita los ojos de encima. Justo entonces, Rodolfo se acerca.

Rodolfo_ Ven Sara, bailemos juntos.

Narrando por Sara:

Rodolfo se acercó y me atrajo hacia su cuerpo, agarrándome fuerte, y sentí miedo recorrer todo mi ser. Intento alejarme, pero es más fuerte y me presiona contra él, luego me besa en el cuello. Comienzo a gritar.

Rodolfo_ Tranquila lobita, solo te enseñaré a ser mujer. A pesar de tu estilo, sigues siendo hermosa, amor.

Pone una cara de pillo y me mira de arriba a abajo_ Imagínate sin ropa, y sonríe burlonamente.

Sara_ ¡Suéltame, asqueroso repugnante! Grito pidiendo socorro... ¡socorro!

Rodolfo aprovecha la oportunidad, ya que estoy un poco bebida, y me arrastra hacia una esquina oscura donde hay otra pareja besándose.

Narrando por Sara:

Me arrastra con fuerza hacia un rincón y comienza a tocarme, cada caricia suya es como puñaladas en mi corazón. Las lágrimas recorren mis mejillas; estoy gritando pero nadie oye, el sonido es muy alto y todos están ebrios. Ya no tengo fuerzas para empujarlo. Rodolfo tiene una mano en mi cintura; a pesar de mi ropa, es inútil. Avanza hacia mis partes íntimas. Cruzo las piernas para detenerlo, pero es en vano. Es fuerte y lleva su mano a mi pantalón de chándal, invadiendo mi intimidad, haciéndome sentir la peor sensación del mundo...

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