La verdad

📞...

Katy: Amiga, que paso?, estoy trabajando, Ty esta bien!!!?

Estefanía: Katy, que es eso de los servicios que haces?

(Solo hubo silencio)

Katy: Cuando llegue a casa hablamos, me tengo que ir.

(Y me corto)

Ya eran casi las 22:00hr cuando veo a Katy entrar por la puerta del departamento.

Katy: Están todos durmiendo?

Estefanía: Si.

Katy: Bueno, vamos a la terraza.

Nos sentamos en dos sillas que había en esa terraza y de ahí podíamos admirar lo grande y hermosa que era nuestra ciudad. No tuve que decir nada que Katy sola me empezó a contar todo.

Katy: Cuando el papá de Ty nos dejó se llevó todo lo que teníamos, nos dejó prácticamente en la calle. Mi mamá que es mi gran compañera, nos ofreció que vivamos acá pero con la condición de que yo buscará un trabajo para hacerme cargos aunque sea de algunos gastos.

Y así fue, salí a buscar un empleo pero nadie me tomaba, nunca termine el colegio así que sin el título del secundario nadie me quería. En la desesperación a través de una conocida de otra conocida, mucho lío, conocí a Jésica.

Me ofreció darme trabajo con una muy buena paga, era mucho dinero y ni siquiera pregunte de que se trataba y acepté.

Sin tanto detalle que contarte, así fue como entre en el mundo de la prostitución, nadie me obligó. No te voy a mentir, las primeras veces fueron muy difíciles y horribles pero con el tiempo me acostumbré, gracias a mi trabajo mi mamá y Ty viven bien, no será el lugar más bonito pero nunca nos faltó nada.

(Yo solo la escuchaba atenta, pensaba por todo lo que había tenido que pasar Katy)

Estefania: Hoy vino un chico

Katy: Como era?

Estefania: Alto, rubio, muy elegante su ropa y su auto.

(Katy se reía)

Katy: Cyrus?

Estefania:Si, Cyrus, quien es?

Katy: Un cliente, aunque con el tiempo ya se podría decir que también un amigo. Lindo no?

(En ese momento nos miramos y no podíamos parar de reírnos)

Estefania: Bastante, no te lo voy a negar. Pense que estabas con otra clase de hombres?

Katy: Hay de todo pero los hombres como Cyrus son un privilegio.

(Eran risas, risas y más risas)

Y así continuo nuestra noche, ella me siguió contando un poco más y no les voy a negar que la llene de preguntas.

Ahora Katy tenía la confianza para decirme con quién se iba y dónde iba a estar, entonces yo me aseguraba que todo estuviera bien.

Ella ahora se sentía más libre, ya no tenía que ocultar nada y sabe que puedo confiar en mí, que yo nunca la voy a juzgar no importa el camino que decida tomar. Yo voy a estar para apoyarla y de paso también para cuidar de Ty, que al día de hoy ya me dice tía y para Marta soy como su otra hija.

Los días marchaba igual, salía de la facultad, iba a cuidar a Ty o también pasaba a buscarlo por su jardín, íbamos a su casa comíamos la comida deliciosa que Marta nos cocinaba y jugamos un largo rato hasta que se hacía la hora de irme.

Lo que nunca pensé fue que me vida iba hacer un giro de 360° de un momento al otro.

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