capítulo 4.

Al final de la fiesta me quede hablando con Ernesto a solas.

— Su hija Natalia aparte de hermosa es una gran empresaria.

— Supongo que heredó mi astucia para los negocios. — No puedo negar eso. Mi padre siempre hablá de cómo levantó la empresa de sus padres. Pero por el momento eso no es importante.

-- Dígame señor Alcocer, no le gustaría que nuestras empresas se unieran en una sola.

— Sería un buen negocio. La alianza más poderosa de este país.

-- Podemos hacerlo, pero tengo una condición.

— ¿Qué condición?.

— Quiero casarme con Natalia.

— Pero la acaba de conocer.

— Lo se, le parecerá una locura pero me enamore de ella, siento que es una mujer digna de llevar mi apellido, es hermosa, talentosa y se dice que tiene carácter fuerte.

— ¿Y cree que pueda con ese carácter?.

— Me encantan los retos. — Y domar a las mujeres.

— ¿De qué hablan?. — Eber de nuevo Interrumpió mi conversación.

— De tu hermana.

— ¿Qué hay con ella?. — Apretó sus manos. No entiendo porqué la cela. Ella no será para el.

— No es nada hijo, será mejor que volvamos a casa. — Se dió cuenta de la cara que puse e intervino.

— Esperó que piense bien en mi oferta. — Es lo mejor que puede hacer.

— No le prometo nada.

Hoy no podré dormir pensando en Natalia, los que me hablaron de ella se quedaron cortos al describir su belleza.

Creo que enserio estoy enamorado.

El primer día que la ví pensé que era una empleada de la empresa, quería divertirme con ella un rato y después botarla, pero ahora que se es miembro de la familia Alcocer podré utilizarla tanto en la cama como en los negocios.

...Narra Natalia....

El evento comenzó, me senté junto a mi madre y Eber se sentó al otro lado, estaba tan desesperada por irme que no escuché en que momento anunciaron mi nombre hasta que Eber me habló.

Subí al escenario no me esperaba ganar, tampoco pensé en venir por lo que no prepare ningún discurso y no sabía que decir, en ese momento voltee a ver a mi madre y con verla las palabras saliendo de mi boca con mucha facilidad.

Después de dar mi discurso bajé del escenario, le di el trofeo a mi madre, me acerque al oído de mi padre y le dije:

— ¿Es lo que querías verdad?, ya te di gusto ahora me iré. — A veces me odió por ser así con el. Desde que vivimos con el ha sido un buen padre. O al menos lo ha intentado.

Salí de ese estúpido evento, odio estar en lugares llenos de gente que solo asiste para demostrar que son mejores que otros y presumir sus nuevos negocios.

Llegué a mi casa.

Después de quitarme el vestido el maquillaje y ponerme la pijama entre a mi cama. Me quedé dormida, no se cuánto tiempo pasó, el sonido de mi teléfono me despertó.

Era Nikki mi asistente.

— ¿que pasa Nicole?. — Solo le digo así cuando me molestó con ella.

— Lamento molestarla a esta hora, solo quería avisarle que la reunión con los Americanos se cambió para mañana.

Esa noticia hizo que saltará de la cama, vi la hora en la pantalla de mi celular, eran tardísimo.

— Pero si era la próxima semana, ¿Porque la cambiaste? ¿y porque me avisas hasta ahora?.

— Dijeron que si no era mañana cancelarían el contrato. Trate de avisarle apenas me lo comunicaron pero usted no me contestó, ¿hice mal?. — Estoy segura de que lo intentó, ella es una chica muy eficiente.

Recordé que había olvidado mi teléfono en casa, así que fue mi culpa enterarme hasta ahora.

— No, tranquila, afortunadamente ya tengo listo el contrato solo tengo que buscarlo. hasta mañana.

— Hasta mañana señorita. — Colgué el teléfono y me dije a mi misma lo lista que soy. Me encanta darme halagos.

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