capítulo 2.

...Narra Natalia....

Hoy fue un día de locos, mi padre se atasco en el tráfico de la ciudad y Nikki mi asistente no pudo llegar, así que tuve que desempeñar dos roles.

Después de firmar el contrato me fuí a mi oficina y segui con mi trabajo hasta que alguien toco la puerta.

— Adelante.

Mi hermano entró y una sonrisa se pintó en mi rostro.

-- ¿Cuando llegaste?. — Me levanté y fuí a darle un beso y un abrazo.

— Hoy y lo primero que hice fue venir a ver a mi hermanita. — Soy bastante alta, y en edad no me lleva muchos años, pero se empeña en decirme así.

— Te extrañe muchísimo, no vuelvas a irte por tanto tiempo. — Y en verdad lo extrañé. Aparte de mi hermano es mi mejor amigo.

— Sabes que fui por negocios no por placer.

— Pues llegas en buen momento, mi madre y yo nos tomaremos unas vacaciones ¿quieres venir con nosotras?.

— No quiero interrumpir un viaje madre e hija.

— No interrumpes nada, sabes que mi mamá te adora. — A veces me pongo celosa de ello. No es su madre biológica pero lo quiere cómo si lo fuera.

— Lo sé, es la mejor madrastra que me pudo tocar, pero acabo de llegar y necesito ponerme al corriente, además te puedes ir más tranquila sabiendo que yo ayudaré a papá con la empresa.

— Tienes razón, en ese caso te dejare ocuparte de todos mis pendientes.

— Eres una abusiva. — Se quejó y volvió a abrazarme.

Al día siguiente mi madre y yo nos fuimos a Francia, lo pasamos genial solo ella y yo sin el sujeto que dono mi esperma.

Ya se, es mi padre pero cuando recuerdo lo que hizo en el pasado aún me duele.

Además por su culpa no puedo confiar en los hombres, siento que saldré lastimada si me enamoró así que prefiero la soltería y pasar el tiempo con mamá y Eber las únicas personas en las que confío porque se que tienen un amor puro, sincero, incondicional y desinteresado hacia mi.

Claro que en el pasado si estuve enamorada, el era el chico ideal tal vez lo de papá es solo un pretexto y lo que realmente me impide amar a alguien es que todavía estoy enamorada de Yair a pesar de que ya tiene 5 años que no lo veo.

2 semanas después.

Mamá y yo volvimos a casa.

— Qué bueno que están de regreso. — Dijo mi padre y abrazó a mamá cómo si no la hubiera visto en años.

— Se notan las preferencias. — Fingí molestia. Pero la realidad es que me gusta ver a mi padre siendo cariñoso con mi madre.

— A ti también te extrañe. — Me abrazó. — Hoy tenemos que asistir a una entrega de premios.

— No iré, esas cosas me aburren. — No le veo mucha gracia a los premios. Es sólo algo material.

— Tienes que ir eres mi hija, una gran empresaria y estás nominada en algunas categorías. — Dijo mi padre.

— Mamá dile algo a tu esposo. — Ella siempre está de mi lado.

— No te preocupes amor Natalia estará lista a tiempo.

— ¿Me está traicionando?. — ¿Cómo es posible.?

— Lo siento hija pero siempre estoy de tu lado es hora de que cambie de bando.

— Gracias traidora. — De nuevo fingí estar molesta pero sabe que con ella jamás me enojo y es la única persona a la que le hago caso en todo.

Subí a mi habitación, entre al baño me duche y cuando salí mamá ya estaba ahí.

— Ponte este. — Me indico dándome un vestido de gala morado, con un escote en la espalda, cuello V, manga larga transparente, y pedrería en la cintura.

Lo tome, me lo puse, después hice el maquillaje, quería dejar mi cabello suelto para cubrir un poco la espalda pero mi mamá no quiso y ella misma me peino.

Hizo una trenza en forma de diadema, y recogió mi cabello en un chongo.

Una vez lista bajé para desempeñar mi papel de "la hija perfecta". Algo que obviamente no soy.

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