Capítulo 16

El lugar tenue impedía que el hombre detenido viera con claridad el rostro del que estaba frente a él.

"¿Quién eres?", preguntó el joven.

"No necesitas saber quién soy. Ya que estás delante de mí y te has atrevido a entrar en mi cuartel general, te preguntaré amablemente", dijo Tian. "¿Quién te envió?", preguntó Tian.

"......., no necesitas saber quién me envió. Tampoco te diré quién es mi amo. Preferiría morir antes que traicionarlo", respondió el joven.

"Cabezota", pensó Tian.

".........." Tian se quedó en silencio, sin volver a preguntar. Pero de repente todos se sorprendieron por un grito desgarrador que salió de la boca del intruso.

¡Aaaaargh.....!

El joven gritó con fuerza cuando Tian le arrancó los ojos con un hierro afilado que tenía a su lado.

Todos los hombres de Tian observaron en silencio.

"Será mejor que no mires para que no puedas reconocer al amo al que proteges", dijo Tian.

¡Tch...!

El joven escupió al azar porque no podía ver.

"Será mejor que me mates de una vez", gritó el joven intruso.

"¿Cómo te atreves a gritarme?", gritó Tian furioso.

"No te tengo ningún miedo", dijo el joven intruso. "¿Crees que te voy a tener miedo porque eres poderoso en el hampa? No, no te tengo ningún miedo en absoluto".

"¿Sabes cuánta gente quiere verte muerto? Sí, no solo mi jefe quiere verte muerto, sino que también hay otros más poderosos que quieren que mueras. Así que prepárate para morir a manos de tus enemigos".

"Ja... Ja... Ja... ¿Crees que les tengo miedo? Mucha gente ha intentado matarme antes, pero ¿qué ha pasado? Ellos fueron los que murieron a mis manos", dijo Tian.

La risa de Tian sonó realmente espeluznante a los oídos de quienes la oyeron. Era como un ángel de la muerte listo para tomar el alma de su víctima.

"Traedme una de mis cosas", ordenó Tian a sus hombres.

Marco fue rápidamente a buscar el equipo de Tian. Una vez que lo tuvo, se lo entregó.

"Hoy voy a matarte, desgarrarte la boca y desgarrarte el cuerpo por la audacia de hablar tanto delante de mí. ¿Tienes miedo? Ja... Ja... Ja... estoy seguro de que tienes miedo por cómo se te ve el cuerpo. Pero no temas, no voy a ser brusco, sino muy suave y cuidadoso para no romper mi juguete demasiado rápido", dijo Tian mientras le acercaba un pequeño objeto afilado y dentado a la mejilla al joven que en ese momento se agarraba los ojos por el dolor.

¡Whoosh....!

¡Sreeeek.....!

Tian clavó el afilado cuchillo en la mejilla y se la abrió hasta la boca. La sangre fresca brotó de inmediato, y un grito de dolor salió de sus labios.

"Eso es por no responder a mi pregunta", dijo Tian.

¡Craaaas......!

"Esto es un regalo mío, por tener la osadía de buscar algo en mi cuartel general", dijo Tian mientras le cortaba las dos orejas.

¡Aaaaaa.......!

Tian tomó otra de sus herramientas, un cuchillo un poco más grande.

¡Cras!... ¡Cras!... ¡Cras!...

Tian le cortó los largos dedos hasta que no quedó ninguno.

Los gritos y gemidos del joven resonaban en la sala de torturas, sintiendo un dolor inexplicable.

La sangre manaba de las partes del cuerpo con las que Tian había estado jugando.

"Ja... Ja... Ja... Esto es muy divertido. Vamos, sigue gritando, me animará más a torturarte si sigues gimiendo y gritando", dijo Tian.

Y con eso, tomó una herramienta más grande.

¡Craaaas....! ¡Craaaas....!

Las dos piernas del joven fueron cortadas limpiamente, y Tian no se detuvo ahí. Tian desgarró las partes del cuerpo con las que aún podía jugar, desde cortar hasta apuñalar el pecho, el estómago y otras partes.

Los gemidos, que al principio eran fuertes, se volvieron cada vez más débiles, hasta que Tian y los demás ya no pudieron oírlos. Los hombres de Tian que estaban en la sala sudaban fríos al ver la crueldad con la que Tian torturaba al hombre.