capítulo 16- en camino

Como Alek se estaba tardando un poco, decidió salir para buscarlo, después de darse un baño, al ir por el pasillo, dos hombres se interponen en su camino, por su vestimenta se nota que son soldados, seguramente están en ese sitio para conseguir comida gratis.

- te vimos salir la habitación. Así que eras tú la que gemia tan bonito.

- yo también quiero hacerte gemir, ven a mi habitación.

Tanya sonríe con burla, el hecho de que oculte su apariencia no quiere decir que vaya a dejar que un par de pervertidos se burlen de ella.

- dudo que con sus cositas puedan hacerme gritar de placer.

Tanya enseña en meñique para burlarse de ellos. Por supuesto que eso les ha hecho enojar.

- ya verás maldita perra, sabrás lo que es estar con un verdadero hombre.

Uno de ellos le sujeta la mano con fuerza.

- ya lo se, mi esposo si es un verdadero hombre, no como ustedes, par de cerdos.

Ya que el tipo no parece querer soltarla, le da una patada entre las piernas causando que le suelte, pese a la armadura, Tanya supo donde darle para que el golpe fuese doloroso, el otro al ver a su compañero adolorido, intenta tomar a Tanya del cabello, pero ella le sujeta mano y tira de él para hacerlo caer por el barandal, terminando en el primer piso y quejándose de dolor.

- si hay algo que detesto, son los acosadores.

Antes de que vean que fue ella, se cubre con la capucha de su capa y baja rápidamente, fuera Alek ve como otros soldados entran a la posada, pero le jalan de la mano, era Tanya quien le dice que es mejor darse prisa, por el escándalo, imagina algo hizo ella; en el carruaje, Tanya le cuenta lo sucedido.

- debería volver para matarlos...

- déjalo así, vivos sufrirán más, el que cayó debe haberse roto un par de huesos y el otro, tal vez ya ni pueda levantarlo de nuevo.

- Tanya...no digas esas cosas...

- solo digo la verdad, se lo merece por caliente.

- realmente, eres muy diferente, la Tanya que yo recuerdo, es alguien más sería...

Tanya solo mira hacía la ventana, Alek no esta del todo equivocado, ella no es la Tanya que él conoce y que ama, tal vez tenga su cuerpo, pero el alma es diferente y eso la hace sentir un poco culpable por estarlo engañando de esa manera, quizás lo mejor sería decirle la verdad, tal vez parezca absurdo, pero, existe la magia, no es algo imposible de creer en ese mundo, sería solo saltar el hecho de que ella ha reencarnado en el mundo de una novela, entre tanto pensar, se había quedado dormida, para cuando la despiertan por Alek, ya era medio día y se habían detenido para que los caballos descansen, quien, incluso el guardia que iba con ellos, guiando a los caballos, se había acostado a descansar bajo la sombra de un árbol, era claro que ya estaban lejos de la frontera, pues había más sol y árboles, Tanya bajo de carruaje estirando sus brazos hacía arriba.

- que bien se siente un poco de calor.

- para ser la bruja de las nieves, aguantas poco el frío.

- no es mi culpa que me hayan puesto ese apodo. ¿Cuanto nos falta para llegar?

- si seguimos como hasta ahora, llegaron mañana en la noche y antes de eso ¿cual es el plan exactamente?

- llegaremos directamente, fingiras que has ido a entregarme tú mismo y una vez que este dentro del palacio, procederemos a acabar con ese rey.

- ¿que? No, no, si hacemos eso, sería muy arriesgado ¿y si te hace algo?

- no lo hará y es la mejor forma de acceder al palacio.

Alek quiere insistir en no dejarla ir, pero, si algo sabe, es que Tanya es muy orgullosa como para cambiar de parecer; por su parte, Tanya puede notar que Alek se ve realmente preocupado, así que deja salir un suspiró.

- bien, encontremos otra manera de entrar.

Alek se sorprende al escucharla ceder, algo que obviamente nunca haría, en definitiva, Tanya ha tenido un cambio, pero, no es momento de hablar de eso, ahora solo debe pensar en como entrar ese palacio de manera pacífica; la solución será esperar a que se organicé una fiesta, algo que no saben.

- bien, haremos algo más divertido.

- ¿de que hablas?

- ya lo verás.

No es un gran plan, pero, será perfecto para hacerle ver a todo el país que su rey caerá por ser un tirano. Alek se preocupa un poco, sobre todo, por esa sonrisa que Tanya tiene.

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