Capítulo 3 La solución es casarse

Guadalupe

Me visto como cada día, completamente de negro y desayuno. No tengo idea de que haré después, supongo que salir que salir a dar una vuelta o correr en algún lugar.

Encuentro a mis padres discutiendo por mi causa nuevamente, algo ya muy normal pero cuando mencionan la palabra matrimonio no avanzo más y sigo escuchando

-Ya te lo dije, la solución es casarse

-¿Tu crees que como es Guadalupe aceptará casarse? Es una locura, sabes que no lo hará

-Lo hará porque yo lo digo, ya me cansé de consentirla, lo único que hemos logrado es que vaya de camino a ser una delincuente.

-Espero que no te equivoques porque no podemos hacer venir al señor Brown de gusto y lo sabes

Entro a la cocina como cada día haciéndome la desentendida

-Buenos días familia, que hermoso día ¿Verdad?

-Hija ¿hace cuánto estás aquí?- preguntó mi madre nerviosa

-Recien despierto y bajé a desayunar, ¿Por qué? ¿Pasó algo?

-Si- dice mi padre

-No- habla mi madre

-Guadalupe ya te di demasiadas oportunidades, tienes veinte años y aún no sabes que hacer con tu vida. Tal como te lo advertí tomaría medidas al respecto y por eso hoy vendrá un buen amigo mío para hablar contigo. Espero te comportes y aceptes si sabes lo que te conviene

-Lo haré- rodé mis ojos

Así que me tendría que casar, que aburrido. ¿Quien lo hace a ésta edad y en ésta época? Creo que nadie. Si ya decidieron que tendré un matrimonio arreglado lo aceptaré, tampoco tengo muchas opciones que elegir pero que mi futuro esposo no crea que va a mandar en mi maldita vida porque lo mandaré al infierno con todo y reglas.

Acabo el desayuno en tiempo récord, me urge salir de aquí, ya siento que me ahogo y necesito pensar. Voy al garage donde mis dos amores están descansando y con eso me refiero a mis tan amadas motocicletas. Hoy usaré la negra así que la limpio bien y la enciendo. Él solo rugir del motor me hace sentir en paz y libre, acelero y salgo a la máxima velocidad que puedo a ésta hora del día y siento la adrenalina correr por mis venas.

Llego a la playa y enciendo un cigarrillo, solo fumo cuando estoy nerviosa o siento ansiedad y últimamente eso es muy seguido. Varios cigarrillos después y ya más relajada regreso a casa.

-Otra vez estuviste fumando, el señor Brown ya está por llegar, ve a ducharte inmediatamente porque apestas y ponte algo decente

Fui a relajarme y ya estoy alterada, en fin, me voy a duchar, me visto nuevamente de negro y realizo un delineado que solo resalta mis ojos claros y bajo. Un hombre ya está sentado en la sala, seguro sea él.

Está vestido muy elegante y formal, lo sé por sus zapatos, puedo ver qué son de marca, de trajes no tengo idea porque no me interesaron jamás y por tal motivo nunca presté atención.

-*Ella es Guadalupe, ¿La recuerdas?

-Como olvidarla, pero cuando deje de verla era apenas una niña. Hola jovencita es un placer volver a verte

-Hola ¿Cómo le va? Un placer conocerlo, disculpe pero no lo recuerdo

-Si no te preocupes lo entiendo. Seré claro contigo porque no tengo mucho tiempo así que iré al grano. Mi hijo necesita una esposa para poder asumir el control de la empresa y tu padre me dijo que quiere casarte por algunos problemas. El matrimonio duraría máximo dos años y solo sería apariencia, ir a eventos, cenas, cosas así. Si aceptas mi hijo vendrá para que se conozcan y así puedan hablar y aclarar dudas y en un máximo de tres semanas estarían casados

-Acepto

-Perfecto entonces, le avisaré a mi hijo tu respuesta y vendrá pronto a conocerte. Nuevamente un placer. Adiós* .

Se fue muy apurado, no tengo opiniones para lo que acaba de suceder ni me interesa su hijo, seguro es horrible porque de lo contrario encontraría esposa solo. De todos modos no me importa, solo estaremos juntos un tiempo y luego cada cual seguirá con su vida

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