5: Últimamente hay muchas zorras sueltas.

...ISABELLA...

Esta es una de las cien mil cosas que no te esperabas, verdad Isabella?

—¿Tu hermana?

—¿Está mal?

—Yo no soy quién para juzgar...

—Sé que lo está. No sabía que ella también vendría a Italia, por eso fué que no quise permanecer esta tarde en casa de Vayola. Siento que cada que estoy a lado de Amelia...se lleva una parte de mí. La entregué en el altar y todo este tiempo he fingido un amor de hermano, no me lo niego. Eres la primera persona en saberlo después de tantos meses. Siento acabo de liberarme de un peso. ¿Puedes ocultar este secreto?

Agito mi cabeza respondiendole en señal de sí.

Lo que tiene de atractivo, lo tiene de raro. ¿Enamorado de su propia hermana? No lo culpo, tal vez deba conocer mejor su historia.

...°°°...

—Imaginé todo menos tu visita sorpresa.

La voz emocionada de Donato acaba de despertarme, toda empijamada y casi dormida bajo las escaleras, restregandome los ojos. Una mujer apenas se alcanza a ver conversando con él, nunca antes la había visto, ¿de qué hablarán tanto? y no es que me interese.

Me queda fría como si yo hubiese sido la de recibir el beso que acaban de darle a Donato en la mejilla, con una sonrisa plasmada en su rostro la mujer con buen movimiento de caderas sale por las puertas de la mansión.

—¿Se te perdió algo, Bella?

—Eh, no. Solo pasaba por aquí—no preguntes, Bella; no preguntes— ¿Quién es esa mujer que acaba de salir?

—Nadie importante.

—¿Entonces te dejas besar de cualquier persona?—enarquea la ceja—. Está de más decir que no me importa lo que hagas, yo no te amo ni tú me amas. Pero si aceptas consejos; cuídate, últimamente hay muchas zorras sueltas. Lo digo por experiencia.

—Lo tendré en cuenta—me devuelve la sonrisa— su nombre es Zoraya. Nos invitó ésta noche a su fiesta de cumpleaños.

—¿"Nos invitó"?

—Sabe que tengo esposa, quiere conocerte. Es una agradable mujer, apuesto que se harán buenas amigas.

...°°°...

No tomo su brazo pero sigo caminando a su lado, mostrándonos a los demás invitados que me miran rarito.

—Cielos Donato, pensé que no llegarías a tiempo—curvea sus labios mirándome—supongo que ella es la mujer de la que me hablaste ésta mañana. Bella, no?

—"Isabella Lawrence" un gusto.

—Atendere una llamada, las dejo.

A alguien no le agrada mi presencia—Ya puede dejar de fingir Srta.

—¿Fingir?

—Se que Donato es un hombre atractivo pero está casado, lo siento.

—¿Soy tan notoria mostrando como me gusta?

—Tanto, Srta. Zorrayda.

—Zoraya, soy Zoraya, he sido su amiga por años y nunca antes lo había visto con novia y mucho menos con esposa. ¿Cómo se conocieron?

—No creo que eso le interesa en verdad.

—¿Acaso?—Suelta una risa mirándome el cuerpo entero—¿te sacó de un burdel?

Tomo prestada una copa de una de las mesas tirandosela encima; ahora soy la estrella de la noche.

—Por si no me conoces, soy Isabella Lawrence, y no es por presumir pero soy hija de un maldito millonario. Estoy casada con un jodido atractivo hombre el cual se llama Donato Leonardi. Y lo que a mí me sobra de hermosura, a tí te falta de inteligencia. He sufrido ya bastante en esta vida que no me interesaría partirte esa cara de mosquita muerta, Zorrayda. Respetas, o te enseño a hacerlo.

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