Sin amor

La boda se llevaría a cabo en una bella catedral, los futuros esposo estaban recluidos en diferentes habitaciones en aquel lugar.

Fénix miraba su reflejo en el gran espejo y una sonrisa apareció de repente recordando que en pocas horas abrazaría a su bebé, pero una fuerte punzaba obligo a su mano derecha a sujetar su cabeza con cuidado evitando dañar la delicada corona de flores blancas y piedras que adornaban su larga cabellera rojas bellamente enlazada en un semi recogió que pronunciaba aún más sus puntas ondulantes

-Toma esto cariño ayudara con la resaca- Eris le entrego un vaso con agua fría y unas pastillas, Fénix no se negó pues su cabeza parecía estallar.

Volteo a ver a sus amigas que estaban en el mismo estado, pero sus ojos brillaron al descubrir que aquellos vestidos en rosa pastel que había diseñado para ambas le quedan a la perfección

-Se ven hermosas, gracias por estar aquí- sus ojos azules se llenaron de lágrimas y su labio inferior tembló de la emoción

-No, no, no, querida no puedes llorar, ese maquillaje me costó horrores y deseo ver la cara del idiota de tu prometido, aunque estoy un poco preocupada- Eris llevo su mano la cintura y quedó pensativa

-¿Qué te preocupa? Pregunto Paula acercándose, mientras secaba sus lágrimas al ver a Fénix tan emotiva

-Sera que está bien o tal vez le genere paralice facial- rio-  imaginé al novio babeando en el altar- todas comenzaron a reír y aunque Fénix evito con todas sus fuerzas sentirse feliz por la desgracia ajena en algún punto él se lo merecía

-Pero miren que bonita mi hija- Irrumpió Débora con un tono sarcástico, un espléndido traje rojo cubría su delgada figura.

Las mujeres dejaron de reír y Paula se acercó a la novia como escudo

-Permiso, quiero ver a mi hija- corrió a la mujer y Eris sintió como aquel león interior se preparaba para atacar

-No soy tu hija- hablo firmemente Fénix elevando su mentón

-Que dices? cuando esa que murió te creía bastarda -rio- y quiso tocar el rostro de Fénix y esta la alejo de un manotazo

-Pequeña mujerzuela - grito Débora elevando su mano para golpearla, pero su sorpresa fue mayor cuando sus mejillas fueron azotadas dos veces sin darse cuenta

¡Ay!!—El grito resonó en el lugar

La mujer retrocedió cayendo al suelo y levanto la vista aun sujetando su rostro, sus ojos se abrieron de par en par al ver a Eris que estaba frente a Fénix respirando agitadamente

- Vuelves si quiera a posar tus ojos de mala manera en mi amiga y te los arrancare - la morena la veía ferozmente y sus ojos verdes parecían brillar más.

-¿Qué sucede aquí?- ingreso apresurado Ronald al oír los gritos, llevaba puesto un esmoquin negro con un rosa blanca en el ojal

-Amor estas mujeres me atacaron- Débora lloraba y apoyo su rostro magullado en el pecho del mayor que veía a su hija con desaprobación

-¿Que pasa por tu cabeza?  como vas a golpear a Débora- elevo la voz molesto

-No fue ella, lo hice yo y lo volvería hacer – afirmó imponiendo su cuerpo Eris

-¿Usted quien se cree que es?- increpó el hombre mirando cada tanto en rostro enrojecido de su mujer

-Es mi amiga papá – Fénix se acercó a Eris y la tomo del brazo para tranquilizarla.

-¡¡Ves las zorras que rodean a tu hija por eso es como es!!-grito Débora-

-¡Sera mejor que cierre la boca porque aquí la única zorra arribista es usted! -grito Paula indignada, es que ese hombre no podía ser más ciego,

Lo guapo iguala lo menso

Ronald dirigió su vista aquella fina mujer y se asombró de sus palabras siempre lo trato amablemente y él en el fondo agradecía que estaba junto a su hija.

-Amor llévame a casa, no puedo presentarme así- afirmo Débora escondiendo su intención maliciosa. Al principio solo quería que Fénix pasara un mal momento antes de la boda, pero esto era aún más placentero al ver la tristeza de aquella joven que aborrecía con el alma.

-Cariño debo acompañar a Fénix al altar- hablo un tanto aturdido.

-Claro iré sola, sé que no importo-  Devora fingiendo llorar y alejarse del hombre que quedo entre su esposa y su hija

Ronald vio los ojos de Fénix que lo veían expectante, pero volteo y allí estaba su esposa herida llorando- su cuerpo y su mente estaban indeciso

-Te llevare- finalmente afirmo

Débora vio a Fénix y sonrió sin que su esposo lo notara

-Fénix yo…

-No te necesito, nunca has estado, no será nada diferente- afirmó viéndolo fríamente, aunque su corazón volvía a quebrarse.

Incluso en su boda él prefería abandonarla, por aquella familia, aun cuando esa boda los beneficiaba ella volvía a enfrentar todo sola

Ronald solo asintió sintió el agrio sabor de su decisión, tomo por la cintura a la mujer para abandonar el lugar

-Nena lo siento fue mi culpa- Eris se acercó abrazar a Fénix que seco aquellas lagrimas rebeldes que salieron sin permiso

-Está bien Eris, no fue tu culpa, no se puede obligar a alguien a sentir amor, tranquilas-

Ese hombre va arrepentirse y espero que no sea demasiado tarde– pensó Paula uniéndose al abrazo-

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Mientras tanto en el otro extremo, se encontraba el novio con un grupo reducidos de amigos entre ellos Dorian y Andrew.

-No puedo creer, vas casarte, deberías mejorar esa cara- Andrew lo vio divertido- no estuve en tu compromiso, pero todos hablan de lo bella que es tu prometida- afirmó mientras saboreaba la copa de vino

-Deberías dejar de beber o no encontraras el altar - irrumpió Dorian observando a Joshua parado en el ventanal viendo a la nada-

Joshua se había inclinado por un fino esmoquin azul marino.  Aquel color le traía el recuerdo de su bella prometida, aunque no quisiera aceptarlo.

-Tal vez sería lo mejor- mascullo Josa tomando hasta la última gota

-Ey, anoche ¿Por qué se fueron antes? pregunto Carlos un amigo cercano de la familia-

El futuro novio paso saliva tratando de evitar aquel mal recuerdo que le pasaba factura cada que quería moverse, pues sus músculos aún estaban un tanto contraídos.

-Bueno Josh estaba electrificantemente feliz con este matrimonio que decidió volver temprano a casa ¿no amigo? - Dorian rio cuando el empresario clavo sus profundos ojos grises en él como si quisiera desollarlo.

La puerta interrumpió la charla y una mujer con traje negro se asomó- -La ceremonia va a comenzar, por favor a sus lugares la novia se encuentra lista- la joven sonrió y abandono el lugar

-Bien hermano es hora – Andrew palmeo el hombro de su amigo y salió junto con otros dos.

-Listo? - pregunto Dorian con una gran sonrisa

-Debo mentir- afirmó entres dientes, la sensación de impotencia parecía calar hondo en él tenia casarse con una mujer que solo ponía su mundo de cabeza y lo peor era que ella lo hacía por dinero

-Deberías o mi morena podría usar sus métodos- El rubio jugo con sus cejas divertido

-Tu realmente deseas morir joven - masculló Joshua cuando el rubio rápidamente abandonó el lugar evitando un golpe

Joshua suspiró y acomodó el traje- bien es hora de actuar y forjando una sonrisa cerró la puerta de aquella habitación.

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