Claramente diferentes.

¡¡Maldición!!- resonó la voz masculina

El sonido de la puerta azotándose, provocó que Fénix cerrara los ojos instintivamente y se encogiera de hombros, rápidamente giro sobre sus pies, maldecía en sus adentros por ser tan curiosa, si tan solo se hubiera quedado en el salón

-Vamos pies por favor, malditos tacones- murmuro cuando recorría aquel pasillo a gran velocidad.

Sus manos fueron a la falda y por un segundo desvió la mirada al suelo para elevar el vestido, pero el fuerte golpe contra algo firme la obligó a detenerse justo antes de llegar a las escaleras.

Levanto su rostro desconcertada, su respiración estaba muy agitada y su corazón latía desenfrenado, frente a ella un guapo hombre de cabello castaño, ojos color miel y una sonrisa resplandeciente la vio sorprendido.

-Lo siento, no vi por donde iba- dejo salir mientras sentía el calor en sus mejillas que se sonrojaron al instante.

Dios es que en esta fiesta solo contrataron modelos- quiso golpear su cabeza por tan estúpido pensamiento

-No se preocupe señorita Connor- los perfectos dientes blancos se mostraron en una sonrisa

El aura masculina y el cuerpo imponente del abogado, provoco que la joven mujer, tragara duro, aun sintiendo que le faltaba el aire.

-Es un gusto conocerla, Ethan Robinson- extendió su mano caballerosamente.

-Necesito aire- afirmo Fénix mirando alrededor, la fuerte impresión de aquella escena minutos antes, y la presencia del joven abogado la habían abrumado que no se percató de la mano frente a ella.

-Permítame acompañarla a la terraza- Ethan extendió su mano nuevamente guiándola en dirección aquel lugar, y ella solo pudo regalarle tímida sonrisa.

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- ¡Carajo… carajo mi abuelo va a matarme! - grito Joshua prendiendo la hebilla del cinturón

-Vamos cariño, no es para tanto- Taylor camino despreocupada a su encuentro

-Es que acaso no eres consciente de lo que acaba de suceder, Dios Taylor no debíamos- ambas manos fueron a su cabeza y comenzó caminar de un lado a otro en la oficina,

- Hace unos momentos no te estabas quejando\, ven términos lo que empezamos\, antes que tu patética prometida nos interrumpa- sus manos fueron al cuello de la camisa comenzándola desprender mientras dejaba besos húmedos.

-No.…- rápidamente detuvo la acción de la rubia, que lo miro consternada

Este imbécil me está rechazando

-Debo buscarla- giro y camino a la puerta aun arreglando su camisa, no entendía que sucedía con él y eso lo estaba volviendo loco

-¡¡Debe ser una broma, Josh!!, - grito indignada

-Nena debes comprender- la vio con pena- pero definitivamente ese no era el lugar donde deseaba estar y se odio por eso.

-¿Comprender?-rio irónica-, estos es el colmo- tomo uno de sus tacones y lo arrojo directo al rostro de empresario

Joshua lo esquivo exitosamente- Esta loca, Taylor- la vio incrédulo

-Claro ahora la loca soy yo, prefieres ir tras ella, anoche me juraste que no me dejarías, que este matrimonio era una estúpida farsa y que debía esperar, pero ahora sales corriendo detrás de esa moquita muerta-

-Basta, te lo explique, lo hablaremos mañana, solo cálmate- Sin más salió por la puerta.

Taylor apretó los puños- jodido viejo me va a pagar cada una con sangre-

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-¡¡Oh por Dios!! esto es hermoso- El rostro deslumbrante de la pelirroja  observó el lugar, aquél estaba decorado con pequeñas luces y plantas verdes que rodeaban las paredes. Sus manos se aferraron al barandal y disfruto de la suave brisa primaveral junto con aquella preciosa vista al jardín.

-Lo es, el Señor Thomas es muy cuidadosos con su hogar- hablo Ethan observándola desde atrás, sus manos estaban en los bolsillos del perfecto traje azul marino.

Es radiante- sonrió al reconocer en aquella mujer una belleza sin igual\, aun mas cuando al parecer ella no era consciente de ello.

-¿Conoces a la familia desde hace mucho?- volteo a ver a quien dio unos pasos acercándose a ella

-Mi familia trabaja con los Anderson por varias generaciones, podría decir que si, solo nos falta compartir lazos de sangre y nada más- rio recordando las travesuras que de niño vivo en ese lugar.

-Wow, es interesante, tuve la oportunidad de conocer al Señor Thomas hace unos años, es realmente amable- volvió su vista para seguir apreciando el paisaje

Ethan la miro perplejo, cuando las luces en tonos cálidos se reflejaban en aquella sedosa piel, el perfecto perfil, una pequeña nariz y aquellos labios delineados como si fueran a formar un delicioso corazón- Parpadeo obligándose a despertar de aquella ilusión- Tenia que desistir a cualquier emoción, esa mujer estaba tomada y solo podía concebir una linda amistad.

El silencio los cubrió por unos minutos, ambos disfrutaban de un paisaje diferente, pero igual de hermoso-

-¿Podría decirme que la traía tan distraída?- la voz grabe irrumpió el silencioso

Fénix mordió su labio inferior, recordando aquella escena que por un momento olvido en aquel lugar confortable.

-Nada, será mejor volver. Su voz salió temblorosa y rápidamente volteo enredándose con aquel vestido que solo le ocasionó problemas desde que llego a la fiesta, sus pulmones contuvieron el aire y cuando pensó que su cuerpo se azotaría en el suelo, unos fuertes brazos la contuvieron

Fénix abrió sus ojos y se encontró con el rostro amable de Ethan, sus delicadas manos quedaron apoyadas en el pecho firme que parecía respirar agitado-

-¿Interrumpo algo?- la masculina voz con un sesgo de fastidio los obligo a separarse

Una extraña sensación invadió el cuerpo de Joshua cuando encontró a su futura esposa en los brazos de otro hombre, como si lo único que deseara era arrancársela recamándola como suya, pero rápidamente alejo esos pensamientos

-Al parecer no pierde el tiempo- susurro para si

-Señor Anderson- sonrió Ethan caminado hasta él y extendido su mano para saludarlo.

Joshua dejo salir una sonrisa aireada, arrogante y estrecho con fuerza la mano del abogado

Otro perro faldero de mi abuelo

-Tu bella prometida necesitaba tomar aire, espero no te moleste que la acompañara- Ethan conocía a la perfección los aires de grandeza del CEO, ambos compartieron diferentes momentos familiares, y no podía afirmar a ciencia cierta porque su presencia era fastidiosa para Anderson-

Fénix quería desaparecer, el ambiente se volvió denso y aun su mente se negaba a olvidar como su futuro esposo era devorado por aquella mujer.

Solo cálmate y respira mujer.

Joshua la observo de arriba abajo, tratando de interpretar que sucedía con él, porque se sentía tan afectado al ser descubierto en aquel despacho, si acaso lo que más deseaba era que desapareciera de su vida.

-Muchas gracias por tus servicios- aclaro irónico- pero ya estoy aquí, puedes retirarte tranquilo. Lo vio desafiante.

Ethan mostro su mejor sonrisa, aquella que el empresario deseaba borrar con ansias, y asintió

-Fénix ha sido un placer conocerla, espero poder encontremos otra vez- la miro con respeto, pero no evito grabar aquella sublime imagen en su mente.

Pero que carajos la acaba de tutear frente a mí mujer- sus ojos grises se volvieron feroces.

-¡Oh!- se sintió gratamente sorprendida-, si será un placer- La joven mujer asintió varias veces nerviosa y sus labios se curvaron, aquel hombre le daba cierto calma y seguridad.

Joshua apretó sus puños, la ira lo invadió-

¿Por qué rayos le sonríe ?, es que acaso no sabe que será mi esposa- sus pensamientos agitaban aún más su respiración.

-Los dejo, que tengan una buena velada- Ethan volvió a saludar cortes y se alejó-

Fénix instintivamente mordió otra vez su labio inferior, cada que estaba nerviosa o ansiosa lo hacía,

Joshua sintió su cuerpo tensarse y apretó su quijada al ver ese gesto.

Sentir como era devorada con la mirada la incomodo, observo alrededor, que podía decir, solo necesitaba salir de allí, y eso fue lo que intento hacer. Camino en dirección a la puerta, pero su brazo fue sujetado con fuerza

-Ah- cerro sus ojos al sentir la fuerte presión dolorosa

Joshua respiro y tratando de calmarse al ver el gesto de dolor, pero lo que sucedido con Ethan no le permitió ceder.

-Te divertías con ese abogaducho- mascullo curvando sus labios de lado y mirándola con desprecio.

Ella respiro profundo, esa noche se había cansado de los desplantes de aquel hombre y abrió sus ojos para calvarlos en aquellos grises que generaban mil emociones en su pecho

-No se preocupe señor Anderson, no todos somos de su clase- su voz salió con altanería y puedo ver el rostro sorprendió del empresario que aflojo el agarre, brindándole la posibilidad de zafarse y abandonar el lugar.

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