regalo

Amo Liam, un joven pregunta por usted.

Liam: ya llegó Dam!, gracias!!

El menor se levantó de la mesa y corrió a la salida, viendo a su alfa en la puerta esperando por él.

Liam: Dam!, Dam!

Damián: estás tan animado cómo siempre Li.

El omega abrazó al mayor colgándose de su cuello, lo que divirtió al ojigris.

Damián: buenos días Li.

Liam: buenos días Dam, por cierto ya investigué.

Damián: ah si?, y que descubriste?

Ahora el chico más alto elevó un poco más al más bajo para que estuviera a la misma altura, eso hizo reír al último, incluso se pudo notar un color rosa en sus mejillas.

Liam: Dam es mi destinado! —Damián Sonrió feliz.

—estas bien con eso? —Liam asintió!

—si, estoy feliz!

Damián: entonces hablaré con tu familia, quiero poder verte siempre que quiera!

Liam: papá viajó hoy, volverá en mi cumpleaños.

Damián: ¿está bien para ti, que les digamos ese día?

Liam: sip... Ummm Dam no quiero ir a la escuela.

Damián: ¿te sientes enfermo?

Liam: estoy aburrido!, me acompañarás hoy?

Damián: no debes saltarte clases Li, perjudicará tu promedio.

Liam: pero es lunes!, la mitad de los estudiantes no van hoy, y yo no quiero ir, además soy buen estudiante.

Damián: ¿que dijeron tus hermanos?

Liam: Ulises dijo: "no puedes quedarte en casa solo" y Egan dijo: "no puedo quedarme, tengo examen enano!" si tú te quedas conmigo no estaría sólo, ¿o tienes examen Dam?

Damián: no, no tengo examen.

Liam: entonces ¿te puedes quedar conmigo?

Damián: está bien, no irás a la escuela y me quedaré contigo, pero acompañame a un lugar antes, luego haremos lo que quieras, ¿aceptas?

Liam: vale, ¿y a donde iremos?

Damián: a visitar a alguien.

Liam: un familiar?

Damián: si, es como mi padre y digamos que le prometí que si había alguien especial para mí se lo presentaría.

Liam: ok, si quiero conocerlo.

Subieron al auto y el mayor condujo al otro lado de la ciudad deteniéndose en una hermosa casa blanca.

Liam: ¿vives aquí Dam?

Damián: vivía, ahora vivo solo, vamos.

Tocaron a la puerta y un hombre de cabello claro abrió la puerta, su cara fue de total sorpresa al ver al mayor y lo abrazó feliz.

—Ian!, cuanto tiempo sin verte!

Liam: (Ian?, ¿quién?)

El mayor se fijó de la presencia del chico menor y que además este venía de la mano de su familiar.

—Ian, ¿quién es el lindo omega que te acompaña?

Liam: me llamo Liam Lou y soy el destinado de Dam, mucho gusto señor!

—destinado!!, espera, ¿dices que Ian es tu destinado?

Liam: no!, mi destinado es Dam, no conozco a ningún Ian.

El chico estaba claramente enojado por la confusión del mayor.

—¿Dam?, supongo que suena más original que Ian, pequeño Liam, Ian es tu Dam, así le decíamos cuando niño.

Liam: me gusta más Dam.

—creo que a mí también.

Damián: ¿podemos pasar tío?

Liam: no era tu padre Dam?

—¿le dijiste eso?, que alegría, solía llamarme padre cuando era niño, pero luego se volvió así y me llamaba tío que triste ¿no crees?

Damián: eres mi tío!, así te diré, ¿nos dejaras pasar o no?

—tranquilo, claro pasen, por cierto Liam ¿dijiste que eras un Lou?

Liam: si, señor su casa es muy bonita!

—gracias!

Liam: disculpe no oí su nombre.

—me llamo Ciro, y dime ¿de cuáles Lou eres?

Damián: eso no es importante, dijiste que querías conocer a quien fuera especial para mí, y por eso estamos aquí. ¿él no está verdad?

Ciro: descuida no está en casa, nada ha cambiado Ian!, ¿quieren algo de tomar o de comer?

Damián: ¿tienes hambre Li?

Liam: un poco, Ulises estaba actuando raro y no pude comer bien.

Ciro: entonces te prepararé algo delicioso. ¿Liam sabes cocinar?

Liam: no, ni hermano ni papá me dejan acercarme a la cocina, dijeron que quemó hasta el agua.

Ciro: jaja, seguro exageran y solo te protegen.

Liam: la últimas vez que cociné a todos les dolió el estómago y después de eso quemé la cocina.

Ciro: cocinaré solo mejor, pero iré a comprar algunas cosas que faltan, usaré tu auto Ian.

Damián: está bien! ten las llaves.

Ciro: se quedan en su casa.

Una vez se quedaron solos fue el menor quien rompió el silencio

Liam: le pediré a Ulises que me enseñe a cocinar otra vez, y sino a Ray.

El alfa se sentó en el sofá admirando lo animado que estaba siempre el más chico.

Damián: creí que eras más del tipo que prefería comer.

Liam: lo soy, pero quiero ser capaz de cocinar lo que te gusta!, y que digas estuvo delicioso amor!

Damián: me gustaría más que tú me digas lo último a mí!

El pequeño lo miró y se sentó a su lado.

Liam: Sara dijo que sólo podía decirlo más adelante, hay muchos pasos antes.

Damián: ah sí?, ¿cómo cuáles?

Liam: cocinar lo que te gusta y que te guste más es uno de ellos.

Damián: te haría feliz que diga eso de tu comida?

Liam: claro que sí!, supongo que será igual que cuando me sonríes.

Damián: ¿que pasa cuando te sonrío?

Ahora el alfa, levantó al menor de manera que se sentara en sus piernas y de frente hacia él, una vez más el pequeño se había ruborizado, lo que dibujó una sonrisa aún más notable en mayor.

Damián: no me dirás Li?

El omega puso la mano del mayor en su pecho

Liam: cuando sonríes, mi corazón va como si hubiera corrido por horas, Sara dijo que es por qué me gustas... pero no es cierto.

La última afirmación puso triste al alfa, su expresión fue muy seria al oír aquello.

Damián: ah no? Entonces ¿por qué es?

Liam: tú no solo me gustas, me gustas muchísimo Dam!, me gustas mucho más que mis amigos, más que la comida de nii-san, más que los lugares divertidos, me gustas de verdad!

El mayor pasó saliva y abrazó al chico que con la sonrisa y las palabras más dulces se le había confesado, ese abrazo fue para controlar su notable deseo que comerse a besos al pequeño.

Liam: Dam?

Damián: también me gustas mucho Liam!, en serio me encantas!, no tienes una idea de cuánto.

Liam: no puedo oír lo que dices si me aprietas tan fuerte a tu pecho Dam!

El omega seguía intentando librarse sin ningún resultado.

Liam: Dam tengo un regalo para ti.

Damián: un regalo?

Liam: si pero debes cerrar los ojos.

Damián: está bien.

Obedeció a la petición del pequeño. oyó la risa sonora del menor y luego sintió las manos del mismo sujetar sus mejillas, la calidez que sentía en ese momento no se podía comparar a nada que haya imaginado simplemente era perfecto.

Damián: (de verdad merezco que el chico más lindo e inocente del mundo sea mi destinado?, ¿alguien como yo de verdad lo merece?)

Mientras Damián seguía sumido en sus pensamientos y cuestionandose a sí mismo las razones por las que un ser tan puro seria su compañero de vida, sintió un pequeño roce en sus labios, no necesitaba abrir los ojos para saber lo que ocurria; su pequeño Liam lo había besado, tan solo fue un ligero toque de sus labios, pero el hecho de que fuera el mismo chico quien rompió la delgada línea fue la respuesta que el mayor buscaba.

Liam sonrió, pues aunque Damián fuera mayor él si que lo había sorprendido y se notaba mucho en el rostro del alfa.

—el libro decía que se debe dar el primer beso a la persona que amas!, por eso te lo regalé a tí... Dam, ¿comiste algo dulce antes?

Ahora el azabache menor mojó sus labios con su lengua y al parecer sintió un sabor dulce y no se resistió a preguntar.

Damián: no me gustan las cosas dulces!

Liam: en serio?, pero sabes a...

El menor no pudo seguir hablando el alto había iniciado un nuevo beso, el toque de sus labios fue un poco más profundo sin dejar de ser tierno e inocente, el mayor decidió detener el acto, ya que, había descubierto que Liam tenía la capacidad de perderlo más de lo que él mismo pudiera admitir.

Rio por el notable sonrojo y asombro en el menor, saboreo un poco el sabor que dejaban los labios del contrario en los suyos y volvió a besarlo haciendo el contacto más corto

Damián: corregiré lo último, no me gustaban las cosas dulces!, a ti por el contrario podría comerte sin cansarme todo el día, todos los días!

El menor estaba rojo hasta las orejas, a decir verdad, no oía la mitad de lo que el otro decía; pero desde que se habían separado de aquel beso la primera vez descubrió que los ojos del alfa ya no eran tan grises como lo recordaba, en su lugar se habían vuelto un poco dorados, no sabía que le podría llegar a gustar tanto otro color aparte de ese gris que a pesar de parecer tan frío le hacía sentir tanta calidez.

Liam: y...yo no soy comestible Dam.

Quería ocultar lo nervioso que estaba ahora, nunca fue del tipo timido, es más, estaba seguro que nada podía ponerlo así; sin embargo, esa mirada penetrante entre dorado y gris que lo observaba como lo único en el universo estaba logrando que un extraño sentimiento de timidez apareciera.

Damián: en serio?, entonces ¿está mal que quiera devorarte justo ahora Liam?

Liam: yo no... aaahh!

El alfa había besado el cuello del chico, pasó su mano bajo la camisa acariciando su cuerpo, la respuesta del menor era precisamente lo que buscaba, así que no apartó ni sus besos del cuello del chico, ni sus manos de debajo de su camisa continuando con su tarea.

Ciro: volví, y no te preocupes Ian tu auto está int...

El recién llegado quedó de piedra ante la mirada de furia que le lanzó su familiar; aunque lo que lo puso más nervioso fue el cambio que observaba en sus ojos, estos ya no tenían el tono gris habitual, se habían tornado de un dorado intenso. La respiración del omega era forzada, sin mencionar el hecho de que la sala comenzaba a llenarse de un aroma dulce y embriagante.

Ciro actuó lo más rápido que pudo y apartó a los dos jóvenes llevándose al menor, pero recibió un fuerte gruñido de su familiar.

Sabía que nada pintaba bien si Damián perdía la cabeza, no había nada peor que un alfa enojado por ser separado de su omega en celo, en el peor de los casos, su familiar lo atacaría por considerarlo una amenaza para su omega, así que llevó al menor a la habitación cercana tan rápido como pudo.

Ciro: Liam, tomate esto, rápido.

El menor se negaba rotundamente, llamaba a Damián a gritos y este ya se encontraba golpeando la primera puerta que pasaron.

Era una de las peores situaciones posibles, fue a uno de los cajones con rapidez, sacó una inyectadora apresurandose en ponérsela al omega menor, poco a poco el aroma se hacía más débil y el chico cayó a la cama cerrando sus ojos, el alfa había derribado la puerta, estaba justo frente ellos. Ciro agradeció haber actuado con rapidez, aunque todavía estaba un poco nervioso, por la forma en que su sobrino lo veía.

Ciro: el chico se ha dormido. Damián, dudo que está sea la manera en que quieres manejar su relación, nunca has perdido la cabeza antes, vuelve en ti, él te necesita.

El alfa observó al omega ya dormido llevó su mano a la cabeza.

Damián: (¿que demonios estuve apunto de hacer?)

Ciro: será mejor dejarlo dormir y que te mantengas lejos de él por ahora. —Esa idea enojó al alfa pues le gruñó en desacuerdo.

Ciro: controlate Damián!

Damián: (demonios!, no es fácil!) descuida tío ya estoy bien.

El mayor seguía un poco desconfiado, los ojos del joven cambiaban de grises a dorados y de dorados a grises por instantes, pero cuando dijo esto estaban normales.

Ciro: sino logras controlarte y pierdes el control como ahora podrías hacerle mucho daño, ¿lo sabes?

Damián: lo sé, y no quiero eso!, seré más cuidadoso.

Ciro: ¿estás seguro que puedes quedarte con él?

Damián: si, descuida no perderé la cabeza otra vez.

Ciro: bien, entonces me iré, si lo necesitas tengo medicamentos para ti allí. —señaló la habitación de en frente.

Damián: esa era...

Ciro: si, era tu habitación, está intacta; nada ha sido movido de su lugar, cambie las sábanas está mañana, puedes descansar ahí.

Damián: gracias tío, pero no creo que sea necesario.

El azabache mayor levantó al pequeño en brazos y caminó con él a la habitación, se sorprendió pues una cosa era oírlo y otra ver que en 8 años esa habitación seguía igual. acostó al menor en la cama y se sentó a su lado.

Damián: lo siento Li, no tengo excusas!

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