IÑAKI ORGANIZA SU EXÁMEN, Y SU PADRE LE INCULCA EL NO FALLARLE A LOS DEMÁS

CAPÍTULO 4 : IÑAKI ORGANIZA SU EXÁMEN, Y SU PADRE LE INCULCA EL NO FALLARLE A LOS DEMÁS

Iñaki tenía la información necesaria a la mano, él tenía pues el certificado de la preparatoria, era mayor de edad, pues ya había cumplido sus 19 años, gozaba de salud, y solo necesitaba hacer un chequeo médico de rutina, Iñaki era un joven sano, bueno, eso él creía, no tenía tatuajes, por otra parte eran cinco exámenes los que tenía que presentar, lo normal sería presentar un solo examen , claro si fuera en cualquier otro lugar, más ingresar a la fuerza aérea no era algo precisamente de todos los días, pensaba para sus adentros el joven Iñaki, el primero de los exámenes era el médico general, el segundo un examen psicométrico, el tercero un examen físico, o un examen de aptitudes físicas, el cuarto no era otro, más que el exámen cultural o de conocimientos, qué para el caso era lo mismo, y el quinto, el quinto sería un examen que solo se aplicaría a los cadetes que aspiraban a ser pilotos aviadores de la fuerza aérea mexicana, Iñaki observaba que solo eran cuatro exámenes para todo aquel que aspiraba, a estudiar en cualquiera de los otros planteles militares, por lo que él debería de presentar un quinto examen después de los 4 primeros, y este sería el exámen de medicina de aviación, el cual sería un exámen con carácter de selectivo, lo que significaba que si Iñaki aprobaba los otros cuatro exámenes, no se podía considerar, cadete, a como si se podían considerar como tales, a todos los aspirantes a las demás escuelas militares.

- oh y caramba, sí repruebo el primero de los cuatro exámenes ya no tengo derecho a presentar el segundo, y si apruebo el primero y el segundo lo repruebo, o fracaso en el qué es lo mismo, quedó fuera y ya no puedo seguir participando en el proceso de admisión, para ganarme una plaza, tengo que aprobar los cinco exámenes de mierda!.

Iñaki tomaba de nueva cuenta el autobús, y lo abordaba de camino a casa, de camino a casa de sus señores padres, ya estando en casa le comunicaba a su señor padre qué tenía toda la información necesaria para presentar los exámenes de admisión a la carrera de piloto aviador militar, y no podía ocultar su alegría, su felicidad, pues se encontraba muy contento como nunca lo había estado en toda su vida, cumplirá con sus sueños, sus deseos, y sus aspiraciones, y en fin, cumplirá con ese añejo sueño que tuviera cuando era tan solo un niño, un pequeño niño.

- deberé de organizarme bien para preparar los exámenes, no quiero sorpresas, no quiero fracasos,

pensaba para sus adentros Iñaki.

Iñaki debería disciplinar su actividad, toda su motivación en el aspecto físico y en el mental, no quería sorpresas, no quería fracasos, no quería perder, a él le gustaba ganar!, y no le gustaba perder.

Iñaki tomaba lápiz y papel, y creaba un plan de trabajo y de preparación para hacerle frente al proceso de admisión, a la carrera de piloto aviador militar, y se lo muestra a su señor padre.

Armando su padre podía ver qué Iñaki, su hijo, le estaba echando muchas ganas, qué estaba decidido a ser aceptado como cadete aspirante a piloto aviador de la fuerza aérea mexicana, y eso qué estaba haciendo su hijo, Iñaki, tenía un nombre, a eso se le llamaba coraje, a eso se le llamaba disciplina, también, Armando lo felicitaba pues su hijo se encontraba en el camino correcto, y este le solicitaba a Iñaki, que no se permitiera fallarle a él, a su padre, pero principalmente no se permitiera fallarle nunca a si mismo, que esto lo recordara siempre, Iñaki, y que así de igual tuviera presente, que nunca le falle a una nena, que no le falle nunca a un amigo, que no le falle nunca a Dios, que no le falle nunca a la vida, que no le falle nunca a la sociedad, que no le falle nunca a la humanidad, y que no se preocupe que él sabrá, el justo momento en qué deberá de aplicar, a su vida, estas palabras, qué ahora le compartía su Padre Armando, y que cuando lo aplicará pasará lo que pasará, conseguiría los valores y los principios morales, conseguirá la ética moral, la ética moral de un buen ser humano, en si.

- gracias padre, muchas gracias padre, no te fallaré ni a ti, y no le fallaré, a mi madre!, principalmente no le fallaré a mi país, pues creo que al decirte que no le fallaré a mi país, todo va incluido, en el paquete, porque abarca el que Yo no le falle a la sociedad, el que Yo no le falle a una nena, el que Yo no le falle a mis amigos, a los nuevos amigos que me dará la fuerza aérea.

Iñaki se hacía el compromiso de tratar de no fallar, con nadie, aunque fuera en ello su vida, y una vez que se había hecho ese compromiso, aparece ante su mirada un pequeño punto de luz, intenso, y justo enfrente de él, para que de repente después se fuera, a cómo llego, esa pequeña luz, que era como si hubiese visto un sol, un sol pequeño en un punto del espacio tiempo, a lo que él solo atinó a decir :

- carajo! pero qué fue eso, que fue eso!,

La vida de Iñaki siguió después de esa experiencia con el pequeño punto de luz, más su vida no volvería hacer la misma, después de esa experiencia, la cual se empieza a repetir una y otra vez, una y otra vez, después de acabar de pensar, en algo que pueda tener trascendencia positiva o negativa con respecto de él, y de las demás personas, cómo si un ser sobrenatural vigilará celoso, el cumplimiento de esas palabras que armaban, ese pensamiento, y esa idea, de no fallar le nunca a nadie, su vida pasaba, su vida avanzaba, e Iñaki comenzaba a sospechar qué eso podía ser un mensaje, un aviso, un no te permitas fallar, un no le falles a nadie, porque de hacerlo tú así, el universo, no Dios, te fallará a ti, en el camino de tu evolución, en el camino hacia tu cambio inicial, en el camino de la responsabilidad de tu cambio, Iñaki, pues el mensaje era para él, para Iñaki.

- muy bien ya tengo un plan de trabajo, ahora solo a respetarlo, estamos en el mes de mayo y los exámenes son en el mes de julio, en las instalaciones de el heroico colegio militar.

Iñaki se acordaba constantemente de Lorena y de Andrés, y tenía remordimientos de conciencia, lo cual era una señal muy buena, pues al menos podía sentir arrepentimiento por el dolor ajeno, que sentía les había provocado a ellos dos, y eso era algo muy bueno, algo muy bueno como un punto de partida, para comenzar a cambiar, para iniciar a tomar en sus manos la responsabilidad de su cambio, pues el si que se sabía una mierda, con los demás, e Iñaki pensaba que una mierda así, no podía tender el honor de ser un flamante piloto aviador, de combate, de la fuerza aérea mexicana, así que pensó para sí :

- debo de conseguir cambiar, debo de conseguir lograrlo, debo de hacerlo, debo disciplinar a mi ser, a mi cuerpo, a mi mente, y así como a mi alma, caramba caramba , debo de hacerlo, debo de lograr conseguirlo.

Era muy cierto que a Iñaki le gustaban mucho las mujeres, más no solía andar con dos a la vez, lo que si solía hacer era llevarse a la cama, a aquella que a él le gustaba, aquella que a él le agradaba, aquella que a él le fascinaba, aquella que a él le excitaba, porque Iñaki no era más que un caliente!, un caliente que pensaba solo en sexo las 24 horas del día, pero ello solo se debía a que a sus 19 años de edad, nunca había experimentado a el sentimiento del amor, del amor correspondido, porque si se había enamorado al menos una vez, y eso había sido durante su pasó por la secundaria, pero nunca le hicieron caso, nunca fue correspondido, y eso a él le había dolido mucho, aunque Iñaki si que había tenido ya algunas novias, el muy recaliente.

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