Capítulo 19

Inca

Me encuentro tocando la puerta del único lugar seguro en el mundo para mi y en cuanto me abren. Doy gracias a dios porque la persona que lo hizo es a quien yo necesitaba en este momento.

Me arrojo a sus brazos sin importarme nada y dejo escapar el llanto que ya no aguantaba más dentro de mi pecho. Ella me abraza sin comprender, aún así no me pregunta nada y solo me consuela hasta que yo me sienta lista para hablar.

Un rato después de que terminé de llorar, mi cara era un desastre total. Estaba hinchada y mi maquillaje era un asco, por eso me di un baño que me ayudó a relajarme. Me coloco la ropa que me prestaron y ahora estoy algo mejor se podría decir así.

_ ¿Te sientes mejor mi niña? ¿Me vas a contar que te pasó que llegaste así? ¿Ese muchacho con el que viniste ayer te hizo algo?

La madre superiora me hacia pregunta tras pregunta y yo solamente negaba con la cabeza porque no sabía por dónde empezar. También me acordaba de todo lo que le dije a Bruno en el parque y no puedo creer que le haya dicho de mis sentimientos de ese modo. Pero bueno, ni modo que cambie el pasado, si eso se pudiera hacer nada de lo que pasó hoy hubiera sucedido.

_ No madre _ Hablé al fin _ Bruno no tiene nada que ver con el estado en el que llegué aquí.

_ ¿Y entonces? ¿Qué fue eso tan grave que te puso así?

_ Fueron ellos madre, ellos aparecieron de repente en mi vida y de la peor manera.

_ ¿Ellos? ¿De quién hablas?

_ De mis padres, hablo de mis padres biológicos.

La madre superiora me mira con sus ojos bien abiertos y es que nadie mejor que ella conoce mi posición ante ese tema. Ella por mucho tiempo trató de hacer que yo no sintiera ningún sentimiento negativo hacia esas personas, pero todo intento fue inútil. Ya que yo viví en carne propia el sufrimiento de las demás madres al no saber que hacer con tantos niños.

_ Mi niña, me voy a atrever a preguntarte cómo fue que eso pasó. Quiero que me cuentes todo, absolutamente todo y que no te guardes nada.

Sintiendo como la rabia sigue en mi sistema, le cuento todo lo sucedido a la madre superiora y esta no emite palabras alguna. Solamente acaricia mi mano dándome algo de confort yo se lo agradezco inmensamente, ya que al hacer eso siento como la opresión de mi pecho se libera un poco.

_ No puedo creer lo que me cuentas querida, es como de no creer. Es como si Dios los hubiera puesto en tu camino por algo _ Dijo la madre superiora con una sonrisa y yo me levanté del lugar en el que estaba.

_ ¿Cómo puede usted decir que esas personas aparecieron en mi vida de nuevo por obra de Dios? Le recuerdo madre, que esas personas fueron las que me dejaron sola y resulta ser que hasta dos hijos más tuvieron _ Dije con cólera.

_ A ver Inca, dime algo ¿Qué es lo que realmente te molesta? Te molesta que te hayan abandonado o te molesta el saber que no te dieron a ti, el amor que le dieron a tus hermanos.

_ Me molesta todo, todo madre y no vuelva a repetir que ellos son mis hermanos porque no lo son. Mis únicos hermanos son las personas con las que crecí y Cara, así que usted tiene razón. Me molesta que me abandonaran, me enerva que los hayan preferido a ellos antes que a mi y me enfurece el saber que siempre jugaron a la familia feliz mientras yo los necesité tanto.

_ ¡Hay cariño! ¿Por qué no escuchaste a esa mujer? Tal vez esa mujer tenía algo importante que decirte, a lo mejor las cosas no son como tú las piensas y el que les guardes rencor es inútil. Sí tan solo te dieras la oportunidad de hablar con tu madre...

_ ¡Suficiente! _ Dije interrumpiendo sus palabras _ Eso no va a pasar, yo no voy a hablar con nadie de esa familia. Sí vine a este lugar fue para sentirme segura, no para que aquí también me atormentaran con esas personas. Nada justifica lo que pasó y fin de la discusión.

_ Está bien Inca, tú ganas. No te diré nada más, solamente se que estás cerrando tu corazón y eso no es bueno.

Salgo al patio de juegos porque necesito tomar aire, ya sentía como éste se volvía a escapar de mis pulmones. Solamente quiero desaparecer por un tiempo y que nadie me encuentre, ya que estoy segura que esas personas no me dejarán en paz. Por eso ya tomé una decisión, se perfectamente a que lugar debo de ir en estos momentos.

...

El ruido del viento filtrándose entre los árboles, es lo que escucho cada mañana desde que estoy aquí. Hace ya cuatro días que dejé la ciudad y me vine a refugiar a esta belleza de lugar.

Esta hermosa cabaña apartada de todo, recuerdo que fue el regalo de un chico que creció en el orfanato. Él la había heredado de sus padres junto con otras dos propiedades después de ellos morir, pero no podía disponer de ellas hasta ser mayor de edad. Sin embargo, cuando los cumplió, lo primero que hizo fue donar esta a las monjas como forma de agradecimiento por todo lo que hicieron por él.

La cabaña era sencilla pero acogedora y en el fondo de esta había un muelle con un hermoso lago. Para serles sincera, no tenía ningún deseo de volver a casa, aquí no tenía preocupaciones, ni me sentía mal. Únicamente extrañaba a mis amigos y a Bruno, el cual debe de pensar que soy una loca esquizofrénica por como comporté.

En estos momentos me gustaría llamarlo para escuchar su voz, esa voz que tanto extraño. Pero desgraciadamente eso no se va a poder, ya que le pagué al taxista que me llevó a la casa hogar con mi móvil.

Desde ese día todo lo que estoy utilizando me lo dio la madre superiora, desde ropa hasta comida y el escarabajo del 68 que conduje hasta aquí.

Saco mis pies del agua y decidí que ya es hora de volver, la tarde estaba cayendo y tengo frío. Cuando le doy la vuelta al la cabaña, vengo desojando una flor que tomé por el camino y al fijarme en la persona que está a solo unos metros de mi, me quedo estática.

¿Cómo es que él estaba aquí? De qué manera me encontró si la única que sabía que yo estaba aquí era...

¡Madre! Digo para mis adentros, ella le dijo a Bruno donde encontrarme.

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