Capítulo 11

Inca

Corro como loca por toda la habitación tratando de terminar de arreglarme porque voy tarde. El día de ayer fue completamente agotador y cuando caí en la cama fue como si me hubiesen enterrado.

El día de hoy, había decidido ponerme un conjunto completamente blanco. Al parecer amanecí muy virginal esta mañana.

_ ¡Vaya! Pero cuanta belleza en un solo ser _ Dice Cara entrando a mi habitación.

_ Gracias ¿Tú no vas a trabajar hoy? _ Le digo al ver que no se ha cambiado.

_ Sí, pero más tarde. Hoy tengo una cita con mi ginecóloga.

_ ¿Otra vez te dan esos dolores fuertes?

_ Así es, por eso voy a ir a verla. Pero volviendo al tema por el que estoy aquí, en la sala está tu "novio". Vino por ti.

_ ¿Bruno está aquí? _ Digo sorprendida.

_ Así es y está súper guapo.

_ ¿Y a que vino?

_ ¿Y yo qué sé? Seguro vino a recogerte para que fueran juntos a la empresa, como ahora son una supuesta pareja. De seguro quiere que los vean llegar juntos.

_ Sí, debe ser eso ¿Me veo bien? _ Digo mirando mi atuendo.

_ Yo creí que lo primero que había dicho al entrar a la habitación era que estabas hermosa.

_ Si lo dijiste, es que estoy nerviosa porque Bruno está aquí.

_ ¡Bueno ya! Mejor sale antes de que se desespere tu novio.

_ ¡Que borde eres! Me voy.

Dejo un beso en su mejilla y salgo disparada hasta la sala en donde me encuentro a Bruno mirando las fotos que tenemos Cara y yo en la pared.

_ Buenos días _ Digo llamando su atención.

Cuando Bruno se dio la vuelta, pude ver lo guapo que se veía y el maravilloso traje negro con camisa blanca que llevaba puesto le quedaba estupendo ¿Cómo hace este hombre para verse cada vez más guapo?

_ Hola, buen día. Espero que no te moleste que haya venido por ti, pensé en invitarte a desayunar para compensar lo de ayer.

_ No te hubieses molestado, igual agradezco el que hayas venido a buscarme. Cara ira hoy más tarde al trabajo y yo debía irme en taxi.

_ Pues que bueno que seguí mis instintos ¿Nos vamos?

_ Vamos, muero de hambre.

Él me abrió la puerta de mi apartamento y me dejó pasar primero como todo un caballero. Como también me abrió la puerta del carro al subir y bajar de este para entrar al restaurante.

Este era uno muy bonito y para nada lujoso. Doy gracias de que él me haya traído a este lugar y no a uno en donde hasta por respirar te cobran. Aquí las paredes eran de color blanco y dorado, con algunos adornos en las esquinas que le daban un toque alegre.

_ ¿Te gusta el sitio? _ Me preguntó y yo dejé de ver todo el lugar.

_ Es muy bonito, me gustan los restaurantes así. Sencillos y para nada ostentosos.

_ Pues ya somos dos. El que tenga dinero no significa que me guste mucho ir a restaurantes caros. En la reunión de la otra vez, hice una excepción porque la reservación ya estaba hecha.

_ Bueno, yo hice la reservación en ese restaurante porque el señor Vladimir me dijo que Ivanov era algo especial por así decirlo. Ya descubrí en motivo por el cual lo decía.

_ Mejor vamos a sentarnos, aquí se desayuna riquísimo.

Tomo la mano que me ofrece Bruno y ambos vamos a sentarnos en una mesa cerca de la ventana. De pronto, vemos a un chico alto y castaño acercarse a nosotros. Al verlo, Bruno se levanta del asiento y se saludan alegremente.

_ Hasta que por fin te dignas a venir por aquí. Desde que llegaste a Rusia he sabido de ti por lo que dicen en las noticias.

_ No seas tan exagerado, llegué hace solo dos días.

_ Si, dos días en los que ya eres tendencia y por lo que veo trajiste a tu bella novia contigo.

Yo solamente estaba mirando como ambos hombres hablaban, hasta que aquel castaño dijo eso de mí. Lo que me hizo fijar mi mirada en sus ojos color café y este me sonreía con alegría. No sé porque al ver esa sonrisa, una calidez inmensa llenó mi pecho.

_ Que maleducado soy, me presento bella dama. Mi nombre es Izan Novikov y soy el mejor amigo de este loco.

Al decir eso, el castaño quien ahora sé que se llama Izan. Pasó una de sus manos por el hombro de Bruno y aun así, lo que llamó más mi atención fue su apellido. Aquí, en Rusia, existe una cierta discriminación con los apellidos a la hora de ponérselo a una mujer. Ya que nosotras debemos llevar la letra "a" al final del apellido y los hombres no. Sin embargo, debe de haber muchos Novikov en el mundo.

_ ¿Pasa algo Inca? _ Me pregunta Bruno y yo niego con la cabeza.

_ No pasa nada, es solo que me quedé pensando en su apellido porque yo llevo el mismo a diferencia de la terminación.

_ Es verdad, en la entrevista que dieron ayer Bruno dijo que te llamabas Inca Novikova. Que pequeño es el mundo.

_ Bueno Inca, este loco como ya se presentó es mi mejor amigo y también es el dueño del restaurante.

_ ¿De verdad? _ Pregunto sorprendida.

_ Así es y espero que te guste lo que servimos aquí ¿Qué van a pedir?

_ Yo quiero un desayuno completo como me gusta y tu que quieres Inca ¿Alguna ensalada? _ Me preguntó Bruno.

_ Para nada, no me gustan las ensaladas ¿Qué trae el desayuno completo?

_ Pues trae waffles con mucha miel o chocolate, también hay leche, café y frutas _ Me dijo Izan.

_ Pues yo también quiero uno completo y ponle mucho chocolate al mío, por favor.

_ ¡Vaya! Esta chica es de las mías, escogiste bien esta vez hermano.

Izan se va a por nuestros pedidos y yo me quedo con Bruno en un ambiente bastante agradable. Ambos permanecemos en silencio y aun así, es como si las palabras no fueran necesarias.

_ Inca, me gustaría hacer una donación a la casa hogar donde creciste _ Dice Bruno y yo me quedo asombrada.

_ ¿Quieres hacer una donación?

_ Así es, normalmente es mi madre la que se ocupa de estos temas. Ella organiza eventos en donde se recolecta dinero para asignar a estos lugares.

_ Si, el señor Vladimir me contento algo de eso una vez y me sorprende mucho que quieras hacerlo.

_ No te sorprendas, me gustaría ayudar a esos niños que al parecer significan mucho para ti.

_ Agradezco mucho de verdad que quieras hacerlo ¿Te gustaría venir conmigo este fin de semana? Es lo mínimo que puedo hacer si vas a donar dinero.

_ Me encantaría ir _ Me sonríe.

_ ¿A dónde piensa ir la hermosa pareja? _ Preguntó Izan llegando con nuestros desayunos, los cuales tenían un aspecto riquísimo _ No se pueden quejar, han sido atendidos por el dueño del sitio.

_ Muchas gracias por atendernos Bruno y yo iremos este fin de semana a visitar la casa hogar donde crecí _ Digo contenta.

_ ¿Creciste en una casa hogar? _ Me pregunta asombrado.

_ Así es, mis padres me abandonaron y ahí crecí.

_ Pues ellos sé lo pierden, se ve que eres una chica increíble. La cual por cierto tiene mis mismos gustos por el chocolate _ Me guiña un ojo.

_ Si no te conociera diría que estás coqueteando con mi novia _ Le dijo Bruno.

_ En todo caso coquetería contigo, pero ya perdí mis esperanzas _ Dijo en modo dramático y todos reímos _ Bueno, ahora si ¿Qué día van a ir? Es que en casa harán una parrillada el domingo y mamá quiere que vayas Bruno.

_ Pues iremos el sábado ¿No? _ Preguntó Bruno mirándome.

_ Sí el sábado está bien, hoy apenas es miércoles.

_ Pues bien, le diré a mamá que van a ir. Inca puedes traer a quien quieras y que traigan trajes de baño.

_ Está bien, gracias.

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