DIECISÉIS

Mis padres llegaron después de media hora y la mamá de Danny llegó 15 min antes, su hermana estaba en su cuarto, pero bajó cuando su mamá llegó. Nos despedimos de ellos y nos fuimos a casa en el auto de papá. Mis padres querían recompensar la ayuda que recibí de parte de la familia de Danny, sin embargo, su mamá se negó, que linda señora, muy amable.

Llegamos a casa y me fui a dormir, tengo mucho sueño.

Lila, préstame tú…

Tómalo Quet, estoy cansada.

Gracias, se fue muy contenta.

Llegué a mi cuarto y saqué el celular de mi mochila. Tengo 15 llamadas perdidas de Meli, 10 de Kenia y un audio de mi bebé.

Lila, nena, dime que estás bien y que no es nada serio porque si no, es seguro que comenzaré a dormir en tu casa.

Me reí por sus palabras.

Sigo viva por el momento. Le respondí por mensaje.

Me cambié de ropa y me acosté en mi cama para ir a dormir. Necesito descansar.

.

.

Había pasado una semana de aquel incidente, en hora buena llegó Danny a mi rescate; cuando fui al doctor, les dijeron a mis padres que tenía deshidratación y que estaba pasada de peso. Mamá me miró mal y ya sabía lo que diría.

Me dijo que ya no me levantaré tarde, que se acabaron mis días de ocio; comenzó a comprarme botellas de suero, cambió mi alimentación y bueno le dije que saldría los sábados con Danny, ella estaba feliz, pero yo no.

¿Y cómo te fue Lila?, dijo burlándose, el desgraciado sabía cómo me había ido porque le contó Melissa (a mis amigas les había contado lo que me dijeron mis padres).

Cállate, no estoy de humor.

Pero si te ves mejor, tus mejillas tienen más color y no me digas que usaste maquillaje porque sé perfectamente que no usas.

Lo mismo dijo mi padre.

¡Ey! cambia esa cara, solo vamos un día haciendo ejercicio, no es para tanto.

Para mí, sí, wey me duele todo.

Danny suspiró pesado y se puso delante de mí, reaccioné cuando ya estaba en su espalda.

Suéltame, de verdad me duele. Dije quejándome.

Cállate Lila, todavía que te cargo te quejas.

Bien ya vámonos al salón.

Bruja, dijo por lo bajo, no obstante, lo escuché. Solamente sonreí porque en parte es verdad.

Al llegar cerca del salón, estaban todos afuera porque estaban barriendo el salón. Llegamos al lado de mis amigas.

Apoco subieron las escaleras, dijo Kenia sorprendida.

¿Subieron?, querrás decir subí, porque ella no hizo nada. Afirmó Danny.

Me bajé y me quedé a su lado.

¿Segura que no te interesa Danny?, me dijo Melissa, quiere molestarme, pero no, conmigo eso no funciona.

No, somos buenos amigos. Dije mirándolo y él asintió.

Genial, entonces Danny, te toca llevarme en la salida.

Sí, voy enseguida Enrique, dijo apartándose de nosotras y yendo en dirección a Enrique y su amigo.

Comenzamos a carcajearnos.

Me las vas a pagar Danny, gritó Meli y todos la voltearon a ver.

Disculpen, dijo bajando la voz. Kenia y yo nos miramos y nos seguíamos riendo.

Pasaron los módulos y ya era receso.

Narra Kenia

Melissa, ¿a dónde vas a tan apresurada?

Se me hizo raro porque no nos estaba esperando, Lila salió por las copias y se supone que después saldríamos.

Tengo que tratar un asunto. Se nota nerviosa.

Es sobre Jessy. Afirmé y guardó silencio.

Lila me lo contó, ella asintió, se nota muy triste.

Escucha no estoy de parte de nadie, solo quiero que te cuides, parece un buen tipo, pero las apariencias engañan, por favor Meli, cuídate.

Sí y gracias. Me dio un fuerte abrazo y sé que las dos deseamos que Lila esté equivocada, ella generalmente es muy asertiva a sus predicciones, tiene problemas porque desconfía de todos y eso es algo que no comparto con ella, sin embargo, no puedo cambiarla ni tampoco puedo cambiar a Melissa.

No he pensado en Jessy como una mala persona, cuando Lila me lo contó, considero muy difícil creer en sus palabras, sin embargo, es verdad, nadie es tan perfecto, sin embargo, él es muy apuesto y creo que su comportamiento es muy apropiado.

No es mi tipo, no obstante, no puedo negar que sus ojos azules muestran lo contrario de su rostro, sus expresiones son alegres, pero sus ojos muestran molestia. Tal vez pasa malos ratos con su familia y busca olvidarlo haciendo amigos.

Mi teléfono sonó.

Mi vida.

Hola, mi amor ¿Cómo estás?

Estoy en mi receso.

Que bien nena, voy a esperarte en el parque.

Por supuesto, ahí nos vemos.

Colgó y me puse contenta. Aunque en el fondo estoy evitando salir corriendo a buscar a mi ex.

Christopher es alguien que me dejo muy marcada, me subió al cielo y me mantuvo por mucho tiempo flotando en el aire, no me di cuenta de que cuando aterrizamos me encontré con la peor decepción, viví meses de oscuridad esperando que regresara a mi lado, nunca llegó, sin embargo, jamás perdí la esperanza y sigo sin perderla.

¿Y Melissa?, Lila me sacó de mis pensamientos.

Se fue con él.

Okay, vamos a comer, señorita.

Sonrió, pero sé que no está contenta.

Bajamos las escaleras y tomé su mano. Llegamos a la cafetería y pasamos el mismo proceso de siempre, cuando nos entregaron las bandejas, nos fuimos a sentar para comer de una vez. Ella se sentó frente a mí.

¿Cómo vas con tu novio?

Me tomó desprevenida su pregunta.

Genial, vamos progresando, solo que estamos en desacuerdo casi en todo.

Tranquila, es normal, todos tenemos diferentes puntos de vista.

Sí, pero siento que él no me entiende, siento que no respeta mis opiniones.

Eso es serio, debes hablar con él.

Lo intento, de verdad, nada más que al final me dice que es mejor no discutir y me deja de hablar.

Entonces no deberías estar con él, un tipo así no es bueno como pareja.

Tal vez, por eso le di su espacio y hoy me llamó y me dijo que salgamos.

Kenia, sabes que cuentas conmigo.

Tomó mi mano y me gustaron sus palabras, solo que no me gusta mentirle. Sin embargo, es mejor callar la verdad por ahora.

Lo sé, te lo agradezco. Le sonreí dulcemente y como su mano está fría, la tomé y la coloque en mi cuello, se siente muy bien, sus manos se parecen a las de él.

Deberías hacerlo con fuerza, susurré.

¿Qué?, ella me miró confundida, no escuchó lo que dije y eso es un alivio.

No es nada, tus manos me gustan porque están muy frías y hace mucho calor.

Lo sé, parece que estoy muerta en vida. Ella comenzó a reírse fuerte y me contagio, haciendo que nos riéramos como locas.

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