Terminó el fin de semana y de regreso a la escuela. El maldito lunes de nuevo, mi turno era en la tarde, aun así, por vivir más lejos me toca levantarme temprano.
Tomé el autobús de las 12 pm lo cual significa que llegaré exactamente al horario de entrada. Subí con mis dos amigos, ya que no fui con las chicas, ellas tomaron un autobús antes, Owen y René se sentaron en el fondo y allá voy con ellos, estos juegan cartas mientras yo solo observo un rato y luego me coloco mis audífonos para escuchar música. Si íbamos a hablar evidentemente no escuchaba música, pero como ellos están jugando, me metí en mi mundo.
Al bajar caminamos un poco y ahí en la parada de taxis, tomamos uno, primero entro yo y luego Owen, René va en frente. Me encanta estar con ellos, platicar y hacer relajo es divertido, cuando llegamos, bajan los dos y Owen me abre la puerta como un caballero, ya me acostumbré que haga eso.
Pasamos la entrada y vamos caminando en el pasillo, luego nos separamos porque todos tenemos salones diferentes, René es mayor que nosotros, sin embargo, va en nuestro semestre porque reprobó, él está en electricidad y Owen es de mi edad, pero no está en la misma especialidad que yo, él estudia recursos humanos.
Llego al salón y el maestro aún no está, dejo mi sonrisa para tener una cara seria, entro al salón con la frente en alto, me pongo rígida siempre que entro al salón, esto porque no me agrada que me molesten, prefiero mantener distancia, aunque sí tengo amigos aparte de las chicas, pues ellas son mis compañeras, tengo amigos solo porque tuvimos que hacer equipo si no creo que jamás les hubiera hablado.
Enrique es mi agradable amigo, él es la persona que más aprecio pues habla mucho y me agrada que sea amigable, la primera impresión que me dio me hizo pensar que era gay, no obstante, cuando lo conocí mejor me di cuenta de que no era así. También está Matías, ese chico era mi amigo, antes lo consideraba mucho y él a mí, me encantaba que fuera tan atento conmigo, pero cuando me di cuenta de que no quería una amistad, todo se fue al carajo, odiaba sus celos, no éramos nada, pero él actuaba como si fuéramos una pareja. Me harte y le deje claro que no habría nada, pero como él no se apartaba tuve que hacerlo yo, después de eso, solamente hablábamos porque teníamos tarea de equipo, todo era sobre la tarea.
Cada que llego al salón puedo sentir las miradas de mis compañeros, me pregunto qué verán, sin embargo, me importa poco, de hecho, me encanta que no se metan conmigo, ellos pueden molestar a mis amigas, pero a mí no, además, no soy grosera, si ellos me preguntan algo de buena forma yo respondo, busco mantener la paz con mi grupo y lo bueno es que no he tenido problemas con ninguno.
Recuerdo cuando en segundo semestre, Melissa le pegó a mi compañero en la cara por estarla molestando, Kenia también había discutido con uno de mis compañeros, comenzaron hablando bien y luego terminaron gritándose groserías, lo bueno es que estábamos en el laboratorio y la maestra no estaba y el salón no dejaba que se escuchara tanto ruido. Mi grupo no aprecia a nadie, ahí todos se tratan mal pues cada quien tiene su grupo, no somos unidos.
Lila, tú siempre tarde.
Habló Melissa que ya estaba sentada, en frente de ella se encontraba Kenia, yo tenía mi asiento atrás de Melissa.
La puntualidad no se me da chicas.
Nunca se te dará si no te esfuerzas, Mencionó Kenia con seriedad.
Bien cambiemos de tema, dije para que ya no me molesten con eso.
Tenemos tarea para mañana.
Sí, ¿de qué?
De tres materias y hoy sabremos si tendremos más.
Dios, es lunes y ya tenemos tarea, dije recargando mi cabeza en el pupitre.
El maestro llegó y la clase transcurrió normal.
Cuando tenemos hora libre, nosotras y Enrique nos ponemos a ver K-dramas, Melissa descarga los capítulos y listo, lo vemos en su celular, ahí nos ves en una esquina todos apachurrados, lo bueno que está encendido el clima y así no da calor.
En el receso vamos a la cafetería por comida. Fuimos por nuestra orden y de regreso veo alguien especial.
Bebé.
Me acerco y le doy un beso en la mejilla.
Ella se limpia las manos y me mira con una sonrisa. Pensé que no vendrían.
Nosotras también pensamos eso, dijo Kenia.
Sí, la maestra se extendió un poco más, dije con aburrimiento.
Chale, pues no podemos hacer nada.
Comentó mi bebé encogiéndose de hombros.
Bien, las dejamos también, vamos a comer, provecho.
Les digo con una sonrisa y me retiro con mis amigas.
Hay una mesa que está disponible en el fondo y tomamos asiento.
Mi bebé se llama Mia, estaba con sus amigas comiendo, ellas siempre salen antes del receso porque su maestro les adelanta la materia, lo cual odio porque a nosotros no nos pasa eso. Por el contrario, la mayoría de veces nos sacan tarde.
Mira Melissa, ahí va tu amor, dijo Kenia con burla.
Sí, ahí va, dijo ella suspirando.
Ay amiga, no sé qué le viste, digo con aburrimiento, esto siempre pasa cuando lo vemos que ya me aburre la escena.
Le vi lo que todas le vieron, ella se expresa con una sonrisa.
Kenia y yo hacemos cara de desagrado, no comprendemos que le ven a Jessy. Es verdad que está guapo, pero no es para tanto, hay más chicos en esta escuela.
Nos ponemos a comer, pero odio que me miren cuando estoy comiendo, no almuerzo como cerdo, pero me incomoda, además de que es una falta de respeto. El maldito de Jessy está otra vez viendo hacia nuestra dirección.
Melissa supongo que ya conseguiste llamar su atención, digo seria.
No creo, él no se fijaría en mí, él tiene ojos para Celia.
Pues a mí se me hace que no es así.
Digo tranquila y golpeo con el codo a Kenia para que observe en donde estoy mirando. Ella levanta la vista y se da cuenta de lo mismo que yo, pero como no disimula, el tipo aparta la mirada y se pierde entre los demás alumnos.
No manches es verdad Meli, te estaba mirando. Habló Kenia, sorprendida y emocionada.
Meli se pone roja de la cara y se emociona, todos los módulos que restaron tuvo esa sonrisa de loca enamorada.
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