Capítulo 5.

...DASHA (Irina)...

...°°°...

— Vas muy bien Dasha, ¿puedes o necesitas ayuda?

— Creo que puedo sola, lo que pasa es que jamás había usado tacones. ¿Pero qué tal lo hice?— Paro luego de caminar por cada extrema de la mansión.

— Lo has hecho excelente.

Subimos hasta mi habitación.

Jade pone unos vestidos sobre la cama.

— Tendrás que provocar a Édgar, y qué mejor que usar ropa que muestre partes de tu cuerpo pero vestidos elegantes, eso está más que obvio— Mira mi mano donde está mi pulsera— Tendrás que dejar de usarla.

— Entiendo, aunque fué un regalo muy valioso de mi madre— La dejo en un pequeño cofre— ¿Qué mas sigue?

— ¿Sabes maquillarte?

— Nunca tuve tiempo para esas cosas.

— Entonces siéntate, yo te enseñaré a hacerlo— Pasa sus dedos sobre mi lacio cabello largo— Creo que necesitarás también un cambio de look de cabello.

...MATT...

...°°°...

Enzo me pasa el iPad.

— Su nombre es Renata, tiene 25 años. A su edad es una loca que acostumbra ir a bares y discotecas. Pero casi siempre pasa pegada a lado de las faldas de su tío.

Miro las fotos de mi nueva víctima y alzo mi mirada para ver mejor a Enzo.

— ¿Qué piensas hacer en realidad con esa mocosa?

— Veamos...la voy a enamorar.

— ¿A través del sexo?

— Tal vez. Pero mis planes en sí no son follar con ella, si no sacarle información importante de su tío, de las personas que lo rodean y de todos los involucrados con el caso de Anny, con el secuestro de mis hijos y con la condena de 30 años que iban a darme. Les voy a chingar su madre a todos esos cabrones. Solo tendré que tener ojos en todas partes. Ahora Édgar a de saber que me escapé de la cárcel.

— ¿Y si intenta algo contra tí de nuevo?

— No lo creo; Dasha es una mujer hermosa, inteligente y sé que gracias a ella mis planes reinarán y triunfaran.

— ¿Confías en esa chica? ¿Y si te traiciona?

— ¿Hay razones para hacerlo? Sé que lo que ella más quiere es venganza, tenemos un objetivo en común. Pero brindemos, mañana Édgar se llevará una sorpresita inesperada.

...DASHA (Irina)...

…

Tomo la mano de Matt que acaba de abrirme la puerta del carro. Con una sonrisa quedo en las puertas del lujoso y grandísimo casino de la ciudad. Los guardias nos abren las puertas y agarrada de su brazo entramos en el lugar donde apenas hay luces blancas y muchos hombres apostando.

— Diviértete— Matt suelta mi mano y con mi mirada capto a Édgar que apuesta sonriente con sus amigos. Una mujer está en su pierna pero solo reconozco a la que está a su lado; Renata, su sobrina.

— Lo haré— Estando a solo unos metros de su mesa escucho sus risas de celebración al haber ganado de nuevo una puesta.

— ¿Quién quiere volver a jugar? ¿Acaso tienen miedo y no quieren apostar? Cobardes.

Saco 50 mil dólares de mi cartera poniéndolo sobre la mesa siendo el centro de atención de todos— Yo quisiera jugar con usted si me permite.

Todos ríen pero el solo sonríe. Machistas hay en este lugar por lo que veo. Según papá me decía que no había rival alguno para Édgar en el juego de las carta. Él mismo me señala la silla que está delante mantenimiento su sonrisa en el rostro.

— No le conviene hacer esto, tiene tiempo de retirarse.

— No lo haré, ¿acaso tiene miedo?— Todos murmuran y su sonrisa no parece mantenerse. ¿Acaso lo hice molestar?

— Claro que no. Pero no acostumbro a jugar con mujeres. Pero ante una mujer tan hermosa no me puedo negar— Renata pone un maletín sobre la mesa llena de billetes— Un millón si se atreve a ganarme.

— Esa cantidad suena muy interesante.

Reparten las cartas poniendo cada una sobre la mesa. Todos miran a sus espaldas pero nadie hace lo mismo conmigo.

— Tiro primero— Pone las cartas boca arriba— Full— Sonríe victorioso y ya toma un trago de su copa como si estuviera celebrando.

Aquí es donde entro yo al poner mis cartas sobre la mesa— Escalera real.

Todos me miran con los ojos de par en par. Me encargo de cerrar el maletín llevándolo en mi mano y de una vez tomando mi dinero.

— Fué un placer jugar con usted señor, espero y vuelva a repetirse.

— Tú— Se levanta— ¿Cómo te llamas?

— Soy Dasha Howard.

Besa mi mano— Para mí fué el mejor de los placeres encontrar por fin a alguien de mi alcance. ¿Me podría decir quién le enseñó a jugar?

— En realidad fué mi primo.

— ¿A sí? Me encantaría conocer a ese maestro en las cartas.

Con mi dedo llamo a Matt que está detrás de él, desde hace rato ya nos llevaba mirando.

— Pero usted no me a dicho su nombre.

— Mi nombre es Édgar.

Matt queda detrás de él.

— Bien Sr. Édgar, le presento a mi maestro. Él es Matt Howard— Tomo el brazo de Matt ya viendo como sus ojos se abren hasta querer salirse de su órbita— Mi primo.

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