— Me pareces perfecto, pero hay algo que usted no sabes. Viviremos juntos durante el año que vamos a estar casados, eso es parte del trato.— mostró una sonrisa.
— ¡Maldición! Te subestimé, tienes todo bien planeado. — sonrió con sarcasmo.
Ella se levantó del sillón, se acercó a su oído, y le susurró con dulcera. — Gracias por entenderme, mi amor. — luego se retiró.
____
Anais regresó a su casa, su mamá estaba confundida por la boda. Ella sabía que su hija no estaba enamorada.
— Hija ¿Por qué razón te casas con ese joven?
— Mamá, no te preocupes, tengo mis razones, todo va a estar bien. Me voy con Carol, a comprar el vestido.
Su amiga la miró y negó con la cabeza, ni ella podía entender las razones de Anais, para contraer matrimonio.
Se fueron a una tienda por el vestido de novia. Al llegar, Anais se tiró en un sofá, no tenía ningún interés en verse bonita, no era la boda de su sueño.
— ¿Ya te arrepentiste?— preguntó Carol, y se sentó a su lado, a mirar todos los vestidos.
Anais respiró, y sacudió la cabeza, necesitaba dejar de pensar en lo que pude ser. Empezó a mirar los diseños, después de algunos minutos, eligió uno.
— ¿Cómo me queda este vestido?— preguntó sin mucho ánimo. Carol la miró de arriba abajo.
— Te queda bien, pero no hay alegría, te ves fría, sin brillo, sin amor. Todavía espero que te arrepientas.
— Oye, no hay vuelta atrás, hoy me convertiré en la esposa de David. Eres mi única amiga, apóyame.
— Bien, te deseo lo mejor. — se dieron un fuerte abrazo.
Horas después.
Mientras que, por otro lado, David se estaba preparando para la boda, eligiendo su esmoquin. Quería verse de luto, pues definitivamente, iba a un funeral. Su primo, Robert, era el único que lo iba a acompañar. No quiso a ningún otro familiar, excepto a su tía.
— Maldita sea la hora que conocí a esa mujer, pero te juro que se va a arrepentir de haberse metido en mi vida.— dijo mirándose al espejo.
— Tranquilo, un año pasa rápido. Problemas vas a tener con Margaret, cuando se entere de tu boda.— dijo Robert.
— En eso pienso a cada instante, voy a esperar que regrese para hablar con ella en persona.
— Bueno, vamos, ya es hora, piensas positivo, esa mujer es preciosa.
— Sí, es bella, pero lo que tiene de bella lo tiene de perversa.
A pesar de que Anais logró su objetivo, no está feliz, no era con la boda que soñó, ni con el esposo perfecto que deseó. Pero seguir adelante era su meta, nadie más que ella misma podría impedir ese desastre llamando boda.
La ceremonia será por la civil. Los pocos invitados estaban ahí, mirando a dos personas, que apenas se conocían firmando un papel. La boda pasó muy rápido, David le entregó las llaves de su nueva casa a Anais, inmediatamente se fue sin decir ni media palabra.
La señora Clara, a pesar de saber que era un matrimonio sin amor, felicitó a Anaís.
— Hija, dale tiempo a mi sobrino, no es mal hombre.
— Señora, no se preocupe, vamos a tratar de llevarnos bien.
Un auto esperaba a la novia y a su mamá, para llevarla a su nuevo hogar. Después de casi una hora de trayecto, llegaron a la casa. Al entrar, quedaron totalmente sorprendidas, el lugar estaba amueblado, todo era lujoso. Sin duda, era la casa de sus sueños, y con empleados incluidos.
— Anaís, ¿estás feliz?— preguntó Carmen, ofreciéndole una taza de café, que había servido una de las empleadas.
Ella exhaló profundamente, algo le robaba la dicha de estar feliz. Quizás la culpa, la mentira, los ojos de desprecio de su ahora esposo. — Mamá, no estoy feliz, pero te juro que voy a hacer que todo valga la pena.
Era de noche, David aún no había llegado a su nuevo hogar, eso era algo que emocionó a Anais. Quizás lo mejor era tenerlo lejos. Estaba mirando por el gran ventanal de su habitación, aunque deseaba tener una casa así, no era de la forma que pensó obtenerla.
Dejó de lamentarse, prefirió vivir, y disfrutar lo que tenía.
Las horas pasaron, eran justamente las 3:00 am, cuando David llegó a su nuevo hogar. Subió a la habitación principal, ya que desde un principio dijo que sería de él. Al abrir la puerta, se encontró con una esbelta silueta femenina, durmiendo plácidamente. Él se molestó, por qué demonios ella podía tener un dulce sueño. Mientras que él, no podía dormir tranquilo desde el día que la conoció.
Después de entrar, hizo un fuerte ruido con la puerta, logrando que ella se despertara espantada por el ruido.
— ¿Te desperté, bella durmiente?— dijo él con sarcasmo y sonrió.
— ¡Maldición! ¿Qué haces en mi habitación, y a esta hora?— preguntó asustada.
— Está es mi habitación. Además, vamos a dormir juntos, como esposos que somos.— Él pensó en hacerle la vida imposible. Quería que esa decisión de casarse con él, sea su peor pesadilla.
— Estás loco, no pienso dormir contigo, hay más habitaciones, sal de aquí. — Ella no estaba dispuesta a ceder esa habitación, además, estaba segura de que él lo hacía para molestarla.
— Mi amor, también puedo exigir mis derechos conyugales.— dijo con una sonrisa.
— Cariño, no estás ebrio, y únicamente así te sientes ser hombre.— dijo con burla.
Broma y verdad, esas palabras molestaron mucho a David. Él era incapaz de hacerle daño a una mujer. Se sintió afligido, pero no podía mostrar debilidad. Se desnudó completamente, antes los ojos de Anais. Ella abrió los ojos, sorprendida, no iba a ser fácil luchar contra él.
— ¿Me acompañas? — preguntó él. Ella intentó hablar, y reclamarle por su mala acción, pero él se dirigió al baño, dejándola con la palabra en la boca.
Mientras se bañó, hizo todo el escándalo posible, y después duró horas, sentado mirando su teléfono. No obstante, al momento de acostarse, lo hizo totalmente desnudo. Y por si fuera poco, se acomodó en el miedo de la cama. Se volteó varias veces, se rascó la garganta, simuló tener tos, todo para que ella no lograra conciliar el sueño.
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Comments
Nil López
/Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm/
2024-12-13
1
Ibelitza Oliverovelis
🤣🤣🤣🤣par de locos me gusta
2024-11-03
0
lisbeth mijares
🤭😂😂😂😂
2024-09-23
0