Cap.4

— ¿Por qué los ricos creen que todo se resuelve con dinero? Mi dignidad no está en venta. Cuando lo denuncie, me van a hacer estudios médicos, hay van a comprobar que lo que digo es cierto. Fui violada salvajemente por usted. ¿Todavía piensas qué no puedo ganar? — afirmó la joven.

— ¿Cuánto quieres? Sé que tienes un precio. Habla.— dijo mientras se tocó la nariz, y rascó su garganta.

— No quiero dinero. Hay una manera para evitar que lo denuncie ¿Quieres saber cuál es?— preguntó con una sonrisa.

Él se quedó callado, obviamente prefería que ella dijera lo que tenía en mente.

— Veo que no es bueno con las adivinanzas, señor Peyles. Bien, entonces le diré cómo puedes evitar ir a prisión… Quiero que se case conmigo.— Soltó sin más.

 Él abrió los ojos drásticamente, cambió el semblante de su rostro, y sonrió con sarcasmo. — Estás loca.

Ella lo miró desafiante, y no dijo nada, únicamente observó su actitud.

— Oye bien, nunca me casaré contigo, ¿Cómo te puedes pasar eso por la cabeza? Estás loca. Yo me voy a casar pronto con la mujer que amo, déjate de broma, y dime qué quieres de una maldita vez. — dijo molesto.

Ella sonrió a carcajadas. — No es broma. Nos vamos a casar, es eso, oh, la cárcel por violación. Todos van a hablar del reconocido David Peyles. Vas a estar en primera plana, y en todas las redes sociales, el titular será: «David Peyles, violó a una empleada» suena bien, ¿verdad?

Él se acercó a ella, la tomó por el antebrazo, y la movió con fuerza. —Nunca me voy a casar con alguien como tú. Eres una oportunista, pero te vas a quedar con las ganas. — subió a su auto y se marchó.

El plan de Anais estaba saliendo como ella quería, eso la llenaba de emoción. Sabía que David iba a reaccionar de esa manera, pero tenía que continuar con el siguiente paso.

En el rancho ya casi todos sabían lo que había pasado, y estaban muy preocupados. Algunos defendían a David, diciendo que era incapaz de hacerle daño a una mujer. Otros admitían que tenía un carácter muy fuerte, y vengativo. Quizás al ver a la joven, quiso tomar venganza, y esa fue la mejor manera.

La señora clara y David, estaban en la terraza, hablando de lo sucedido. Ella muy preocupada porque no quería un escándalo, él, porque nunca se casaría con otra mujer, que no fuera su prometida.

— David, ¿Qué vas a hacer?— preguntó su tía.

— Tía, no me voy a casar con esa mujer. Cometí un error, pero no voy a arruinar mi vida. Estoy comprometido con Margaret. Ayúdame, tía, ¿Qué puedo hacer?

En ese momento llegaron los policías. La señora Clara trató de hablar con ellos, de buscar una solución, pero lamentablemente no podía hacer nada. Anais estaba parada con los brazos cruzados, mirando a David. Fue muy clara cuando hablo con él. Pero ¿Qué pasará si descubren su mentira? ¿Si van a juicio y descubren que jamás hubo una violación? Ese era un riesgo que ella estaba dispuesta a correr.

La señora Clara le pidió Anais que detenga todo, por favor, y ella llorando le dijo.— Señora, lo siento mucho, pero hable con él. Lo único que le pido es que se case conmigo, de lo contrario pasará muchos años en la cárcel. Abusó de mí, era virgen.— dijo entre llantos.

— Te entiendo, hija, vuelves hablar con él, antes que los policías se lo lleven, porque después será un escándalo.— pidió la señora afligida.

David era un hombre que odiaba los escándalos. Miró a su tía y sintió mucha pena, no la quería ver sufrir. Por unos minutos se quedó pensando, después tomó una decisión, y pidió hablar con Anaís.

Él, con las esposas puestas, se acercó a ella.— ¿Podemos hablar un momento?— se apartaron unos cuantos pasos de los demás. — ¿Por qué me haces esto? ¿Por qué no quieres dinero? Te puedo dar todo lo que me pidas.— soltó disimulando su rabia.

— Mi dignidad no está en venta, vuelvo y le repito. Si aceptas casarse conmigo, todo esté espectáculo, acaba. Nos casamos, después de un año nos divorciamos, y cada quien con su vida. Decida, los policías están esperan por usted. 

David sintió ganas de estrangularla con sus propias manos. Pero joder, debía controlar su enojo. Estaba acorralado, no quería un escándalo, tampoco causarle problema a su tía. ¿Qué iba a pensar la sociedad? ¿Qué iba a pasar con sus negocios? ¡Maldición!, exclamó fuerte y le dijo; — Está bien… Nos vamos a casar.

Anais logró lo que quería. Como toda una actriz, habló con los policías, le confirmó que estaba equivocada, que él no era el hombre que buscaba. Ellos se retiraron, no satisfechos, por hacerlos perder el tiempo. 

La señora Clara no estaba de acuerdo con esa boda, pero creía que eso era lo mejor. Ellos hablaron los tres, planearon la boda lo antes posible. Anais sabía que no podía perder tiempo, y dijo: —Cuánto antes mejor, en un mes me parece perfecto. 

Aceptaron, David se controló lo más que pudo para no desaparecerla del mapa.

——

Anais regresó a su casa muy feliz. Su amiga Carol la estaba esperando, sentada tomando café. Ella le contó todo con lujos de detalles. 

— ¿Entonces te vas a casar? Amiga, ¿Estás segura de lo que vas a hacer? Ese hombre te va a odiar.— dijo Carol.

— Carol, voy a hacerle la vida imposible a David Peyles. Voy a hacer que pague por cada palabra, cada insulto, ¡pero no solo él! Pedro y mi papá van a conocer a Anais Ferrer.— afirmó Anais.

— Te quiero mucho, no quiero que sufras otra vez, y recuerda que tu mamá está enferma.

— Estoy decidida, en un mes voy a hacer la señora Peyles.

En un abrir y cerrar de ojos pasó un mes.

Todo estaba listo para la boda, será una ceremonia sencilla. David, no quieres invitados, ni fiesta, ni nada, solo quiere salir de lo que sería su peor error, según él.

En ese mes transcurrido, Anais pensó en cada movimiento, para no pisar el falso. Buscó una casa lujosa, quería que David se la comprara antes de casarse, por si se arrepentía en el último momento.

Ellos estaban en el rancho, y él, retirado de ella, no la quería ver ni tener cerca. Anais se acercó a él.

— David, ¿podemos hablar? — Él no dijo nada, únicamente le dedicó una mirada fría. Ella decidió hablar, tomó asiento a su lado y respiró profundo.

— Ok. Veo que no me vas a dirigir la palabra, entonces no te puedo obligar. Quiero que me compre esta casa, antes de casarnos. — le mostró una foto de bienes raíces.

Él volteó a mirarla, empezó a entender cuáles eran sus verdaderas intenciones.— Sabía que todo se trata de dinero. Eres muy inteligente, pero para no verte ni tenerte cerca, acepto comprarte lo que quieras.

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Comments

Viviana Bustos Aldana

Viviana Bustos Aldana

Y a parte de todo bruta a nadie se le cuenta algo así, te aseguro que con esto te va a traicionar

2025-02-18

0

Viviana Bustos Aldana

Viviana Bustos Aldana

Está bien que se quería vengar pero no con semejante mentira, ya la tipa se pasó de la raya

2025-02-18

0

Ibelitza Oliverovelis

Ibelitza Oliverovelis

no está bien lo que hace Anais pero eso lo va a enseñar que el dinero no lo puede todo y si la ubices violado tapan con dineros

2024-11-03

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