Jonathan Edwards.

Mi nombre es Jonathan Edwards heredero único de las empresas Edwards,

mi forma de ser siempre ah sí do muy tranquila, casi no me gusta hablar,a menos de que se trate de negocios, o de una persona que en verdad me interese,claro si hablamos de mujeres...

hace dos años estuve apunto de casarme con una mujer que no resultó ser quien yo esperaba, pero bueno, no se pueden cambiar alas personas, así que solo termine con ella y de ahí no salí con nadie más,¿sufrí? claro pero a decir verdad,no lo demostré, para que perder ni tiempo en eso, además no es como si ella mereciera la pena llorar le, prefiero ocupar mi tiempo en cosas de provecho, no me gusta complicarme la vida, las personas que me conocen me consideran un play boy curiosamente es irónico y un poco gracioso, ya que nunca me han visto visto salir con mujeres, me consideran un hombre guapo e inteligente, caballero y de más...

soy calmado, pero por lo mismo que no me gusta mucho hablar y soy bastante directo,la mitad de esas mismas personas me catalogan como una persona fría y despiadada en mi papel de CEO y no soy una persona fría como n las mujeres o personas, simplemente,no tengo interés por cualquier mujer...

Hace unos meses regrese por un asunto de la empresa de la cual soy socio, mi amigo Eliot abrió un nuevo restaurante a las afueras de la ciudad, así que fui a darle mis felicitaciones, y aproveché a cenar con él.... todo estaba bien hasta que la ví de lejos, era una mujer bastante atractiva, con un escote en la espalda, una morena hermosa, hermosos labios, hermosos ojos, su cabello un poco largo para mí gusto, pero en ella lucía fenomenal, sus caderas, su cintura, sus perfectos pechos, sus manos.... no dude en acercarme a ella, sabía bien que una mujer como ella no podía estar sola, así que no dude en ir a conocerla, no pude evitar sonreír cuando le hable y de pronto ella dió un ligero sobresalto... Dios al ver sus ojos quedé enganchado a ella, aún más escuchar su voz y tocar su piel.... ella me cautivo, no pensé creer en el amor a primera vista, pero ella con tan solo su presencia acabo con esa duda mía, me sentí tan seguro de hablar con ella, quería saber todo de ella, todo, hasta que apareció Damián... y resultó ser el novio, mi amigo siendo novio de la mujer que apenas conocí y ya me tenía a sus pies, decidí mantenerme al margen, no involucrarme incluso aplique ser cortante con ella, cuando Damián fue por ella a su casa, me ofrecí para acompañarlo, solo lo hise por verla, obviamente desde que la conocí pedí a mi asistente investigar todo de ella, así que ya sabía dónde vivía, pero necesitaba verla aún que no le hablará, el mes que estube en la mansión de Damián fue un martirio, ver cómo la abrazaba, la besaba y acariciaba, no lo soportaba y peor aún, ver qué ella correspondía a todo, fue demasiado para mí, así que en cuanto termino la documentación de mi apartamento me marche sin decir nada, aún así no pude evitar no saber de ella, empece a ir seguido con el pretexto de hablar con Damián, hasta que Damián empezó a salir con otra mujer, Rebeca... ¿cómo puede hacerle eso a Zara?

sin duda alguna no me metería en su relación con tal de verla feliz, pero él empezó con esto y yo ví la oportunidad, y no pienso desaprovecharla, se lo que Damián es capaz de hacer por celos, lo conozco y desde la universidad siempre ah sí do una persona impulsiva, manipulador, agresivo y celoso de mierda, no me importa perder mi amistad con él, todo este tiempo eh seguido los pasos de Zara y es una persona increíble,no es la típica niña mimada, prepotente o creída, ya veo por qué Damián la eligió para ser la esposa,claro, necesitaba a una mujer, sumisa, decente elegante e inteligente, y Zara apesar de ser una adolescente aún, es buena opción, ya que se deja manipular fácilmente por el,a si que en casa y ante la sociedad el sería un perfecto esposo y CEO con una esposa intachable mientras que a sus espaldas el seguiría saliendo con otras mujeres,pero eso se acabó, por qué ahora yo estoy aqui y al saber lo que el está haciéndole a Zara no descansaré hasta que ella sea mía...