Capítulo 11: No te alejes de mí

Andrés

Anoche estuve a punto de cometer un gran error al estar con Camila así borracha, no porque no quiera estar con ella, sino porque quiero que esté en sus cinco sentidos para demostrarle todo el amor que siento, de aquel hombre soltero que huía de las relaciones y los compromisos ya no queda nada, se que no ha pasado tanto tiempo pero estar con ella y con su familia me ha mostrado una nueva perspectiva de la vida y me gusta.

Ya ha amanecido y los rayos del sol iluminan la habitación, estoy observando la bella mujer que duerme sobre mi pecho y no cambiaría está dicha que estoy sintiendo en estos momentos por nada en el mundo, noto que empieza a despertar y le digo:

-Buenas días cariño, cómo amaneces-

-Me duele la cabeza, todo me da vueltas, no me siento bien-

-No te preocupes tu madre trajo unas pastillas muy temprano para que te sientas mejor, yo iré a la cocina y traeré agua para que las tomes, está bien-

-Gracias- me responde.

Al regresar a la habitación ella estaba sentada en la orilla de la cama, muy pensativa al verme entrar me dijo:

-Disculpame por todo lo que pasó anoche, no estoy acostumbrada a tomar y cometí muchas locuras te prometo que no volverá a suceder-

-No te preocupes por nada- le respondí.

Días después…

Camila ha estado extraña desde aquella noche ya no se acerca a mi y en las noches no duerme sobre mi pecho, en el día solo me habla para lo necesario y no permite que la abrace y la bese como antes, he intentado preguntar qué es lo que sucede pero no hemos tenido tiempo porque la cena de ensayo está muy cerca y las mujeres han tenido mucho trabajo que hacer, no entiendo qué pasa con ella creí que después de esa noche había quedado claro lo que sentía por ella, no me gusta su lejanía no me gusta su indiferencia.

Camila

Lo acepto, tengo mucho miedo de lo que estoy sintiendo por Andrés, por eso me aleje tengo que mantener esto como lo que es un contrato matrimonial que traerá beneficios para ambos cuando todo termine,me gustaría que todo fuese diferente pero sé que él no siente lo mismo que yo y no quiero sufrir.

Los días han pasado rápidamente, los preparativos para la cena de ensayo de esta noche me ayudaron a evitar a Andrés al máximo, mi hermana y mi mejor amiga han notado que algo sucede pero intento evadir el tema, no puedo hacerme ilusiones con algo que nunca va a suceder.

-Camila ya estás lista, quedaste muy hermosas- dice Adriána terminando mi maquillaje.

-Gracias amiga- le respondo.

-Estás bien, he notado que estás muy alejada de Andrés, te hizo algo- me pregunta

-No es eso, es solo que no puedo hacerme ilusiones con él, no estoy segura que el sienta lo mismo que yo y cuando todo esto termine el se va a ir-

-Y por qué no le preguntas, porque no le dices lo que sientes, que podrías perder-

-Me da miedo, no quiero sufrir- le digo llorando

-No tengas miedo, yo estoy segura que él siente lo mismo que tú, creo que encontraste el amor de tu vida, no permitas que se vaya, y no llores más que arruinas el maquillaje- me responde secando mis lágrimas.

-Gracias amiga- le digo dándole un abrazo.

La cena de ensayo comenzó cada uno teníamos un rol que cumplir, Andrés y yo seríamos los padrinos de anillos, Eduardo y Tania padrinos de arras, y Adriana y Maximiliano padrinos de lazo, mamá tenía todo planeado y organizado, al parecer todo iba a quedar muy bonito y sería una boda muy emotiva, la cena salió tal cual se había planeado, el día de la boda se acercaba y con él la navidad, fecha por la que me metí en toda esta locura.

Al terminar la cena y al ver a toda mi familia entretenida en el salón decidí salir a tomar un poco de aire, necesitaba pensar en lo que debía hacer las palabras de Adriana me habían dejado algo indecisa, creo que ella tiene razón debo confesar lo que siento.

-Creo que necesitamos hablar- dice Andrés acercándose al lugar donde estaba.

-Qué haces aquí- le pregunté.

-Te vi salir del salón hacia el jardín y quise venir a hablar contigo, que pasa Camila porque has cambiado conmigo en estos días, que hice mal para que te alejes de mí- me responde.

-No sé qué decir, no quiero hablar en estos momentos-

-No Camila esto lo vamos a hablar hoy, no se que está pasando y necesito que me digas la verdad-

-Andres yo…- una lágrima cae por mi rostro.

-Dime por favor- me dice secando mi llanto- dime qué pasa porque me alejas de ti.

-Esta bien, te voy a decir la verdad, Andrés yo estoy enamorada de ti pero tengo miedo, se que tu no sientes lo mismo que yo, por eso no puedo acostumbrarme a estar contigo, no puedo acostumbrarme a tus besos y a tus caricias, tu te vas a ir y yo me quedaré aquí como siempre sin ti, tengo que acostumbrarme a tu ausencia, hacer lo que hacía antes de que aparecieras en mi vida, si me sigo acostumbrando a ti solo me haré daño a mi misma, si te tengo cerca ahora cuando te vayas voy a sufrir y no quiero- le digo llorando.

Él se acerca, me mira a los ojos, toma mi rostro entre sus manos y me dice:

-Y a ti quien te dijo que yo no siento lo mismo que tú, quien te dijo que no te amo, que te hace pensar que quiero alejarme de tu vida cuando siento que sin ti mi vida no tiene sentido, quien te dijo que me voy a ir cuando lo único que anhelo es estar a tu lado para siempre, no tienes que acostumbrarte a mi ausencia por qué no me voy a ir, estás en mi mente y en mi corazón, eres lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo-

-Andres yo…-

-No Camila no digas nada, sabes cuántos días me has privado de tus besos y de tu aroma, sabes cuántas noches me has dejado solo pensando que había hecho algo malo, no te alejes de mí, yo te amo con todas las fuerzas de mi ser, y te necesito a mi lado como nunca pensé necesitar a nadie, tu llegaste a mi vida y cambiaste mi mundo-

-Yo también te amo con toda mi alma, perdóname por comportarme como una niña tonta, creí que era lo mejor para los dos y por eso me aleje

-Ya no digas nada mi amor-

En ese momento me besa, me da un beso tierno pero con mucha pasión, un beso que se mezcló con mis lágrimas, un beso que alejó de mi todos mis miedos toda mi inseguridad, un beso con el que me demostraba que verdaderamente estaba tan enamorado de mí como yo de él, un beso que marcó el inicio de un amor y el fin de una farsa.

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