...ENZO...
°°°
Con Sophie en brazos y Jaky agarrada de una mano, Amelia me sigue subiendo al auto.
— ¿Ahora donde vamos Sr. Insoportable?
— Respétame niña.
— El respeto se lo gana para su información.
¿Ahora qué hice? ¿En verdad está enojada solo porque no permiti que renunciara?
— No entiendo a las mujeres de hoy en día— Giro el volante del auto ahora conduciendo por una carretera— Siempre locas, amargadas, se enojan por todo.
— ¿Disculpe?
— La disculpo Srta. Mendoza pero no lo vuelva a hacer.
— Mire señor...
Un disparo en la parte trasera del auto impide que suelte un testamento de su boca para soltar ahora un grito.
— Papá— Murmura Jaky.
Miro por el retrovisor y se trata del cabron de Damián con sus hombres.
— ¡¿Me puede explicar por qué carajos nos están persiguiendo, señor?!
— El padre de las niñas viene por ellas.
— ¿Qué?
Marco a Edmon llevando el celular a mi oído.
📱— Necesito de tu ayuda, tengo problemas.
Dejo el celular en mi pantalón.
— ¿Y usted no es mafioso? ¿Por qué no saca su pistola y les dispara?
— Por si no te has dado cuenta son más de 15 hombres, y aquí solo hay un hombre armado.
— ¡Tengo 25 años y soy muy joven para morir!
— ¡No te vas a morir! ¿podrías callarte?
— Patán.
Acelero, al tenerlos a una distancia algo lejos detengo el auto para bajarme y correr con la bebé en mis brazos y Amelia con Jaky hacia el avión que me preparó Edmon. Ya dentro del transporte los perros de Damián y él mismo disparan. Edmon le da la orden a sus hombres de atacar aprovechando la distracción de todos sube junto con nosotros al avión y con Jane.
— ¿Qué mierda está pasando allá fuera, tío?
— El maldito de Damián quiere a las niñas.
Recuesto mi cabeza suspirando del alivio al volar ya por los cielos lejos de los disparos.
— Esas niñas se volvieron mías desde que las encontré, nadie les hará daño porque las protegeré con mi vida. Gracias Edmon, sabía que podía contar contigo.
°°°
Bajo las escaleras del avión a la par con Amelia y mi sobrina.
— Bienvenida a México, Amelia.
— ¿México?
— Claro, aquí es donde nos quedaremos de ahora en adelante.
— Pero...
— Por ahora, no te preocupes. Las cosas que dejaste en Colombia le pediré a Domenica que las traiga. Aquí tengo muchos contactos y será mejor que nos quedemos aquí. Contamos con más seguridad en este país.
— ¿Donde vamos ahora?
— A una de mis casas aquí en México.
— ¿Casas? Sé que es millonario pero ¿cuántas "casas" tiene?
— Aproximadamente 3.
— ¡¿Tres?!
— No te sorprendas, en Italia tengo 5. Princesa, podrías encargarte de llevar a Amelia y a las niñas a casa.
— ¿Y usted donde va?— Levanto el mentón de una niñera demasiado preguntona.
— Mientras menos preguntas mejor.
°°°
— Es un honor tenerlo de nuevo por aquí mi Sr. Greco— Su mano se desliza por debajo de mi camisa.
Apreto su mano tirándola en la cama.
— Mmmm, ¿estabas ansioso de verme?
— Algo así.
Beso sus piernas estremeciendose ante el contacto de mi lengua.
— ¿Qué pasó Carolina? ¿Tu marido no se satisface en la cama?
Quita botón por botón de mi camisa.
— Ya lo viste allá abajo, está borracho y apostando su dinero. Gracias a los cielos llegaste para complacerme como hace tiempo.
La aparto para contestar la llamada de Jane.
📱— ¿Pasa algo princesa?
📱— Tío, estoy en el hospital con Amelia.
📱— ¿Le pasó algo a Amelia?— Sus palabras son suficientes para preocuparme y ponerme el pantalón.
📱— A ella no pero sí a la niña, Jaky está muy mal.
📱— Voy para allá enseguida— Dejo el celular para abotonar mi camisa.
— ¿Te vas?
— Sí, tengo un asunto importante que tengo que atender.
— Yo no soy importante— Trata de detenerme de la camisa.
— ¿Aún no has entendido nuestro trato, Carolina? Recuerda que estás casada y la única relación que tenemos es la de amigos con derechos— La echo en la cama— No me interesa estar en una relación seria contigo ni con nadie, ¿entiendes?
...AMELIA...
Con el rostro entre mis manos trato de contener mi llanto.
— Ya hablé con mi tío, está en camino. ¿Por qué lloras, linda?
— Porque soy una inútil, no puedo cuidar de una niña y por mi culpa Jaky está aquí.
— Oye— Levanta mi mentón con sus dedos, y me sonríe— De seguro es solo un resfriado. No es nada grave. Si fueras una inútil entonces porque creés que mi tío te contrató?
— Porque me tiene ganas.
Desvía la mirada.
— En parte. Pero todo está bien. Recuerda algo, en este mundo nadie es inútil, solo hay cosas que se faltan por aprender.
— Jane, vine para llevarte a casa— Un guapo chico se aproxima a nosotras.
— No te lo pedí, Donato.
— A tu marido no le gusta que estés mucho tiempo fuera de casa.
— Por eso tengo a mis guardaespaldas, no?
— De todos modos ya sabes que no confía en nadie y solo en mí.
— Aún no puedo irme, me quedaré con Amelia.
Cruzo miradas con el atractivo hombre.
— Por cierto, Amelia él es Donato mi hermano. Donato ella es Amelia, trabaja para mi tío.
Me brinda su mano y la tomo.
— Hola soy Donato Leonardi, mucho gusto.
En la estreches de nuestras manos y conexión de su mirada con la mía acelera el pulso de mi corazón, mi cabeza arde del dolor de un momento a otro. Algo me prohíbe dejar de soltarlo y no sé que es.
Años antes...
Termino de pintar un dibujo y corriendo voy hacia la habitación de mis padres para enseñarselos. Me choco con la pierna de papá y ya siento sus manos tomarme del cuerpo.
— ¡Trae a los niños, nos vamos ahora!
Papá se nota muy asustado, me sienta en la parte trasera del auto colocándome el cinturón de seguridad.
— ¿Papi qué pasa?— Mamá y papá están muy raros y nerviosos.
— Donato cuida de tu hermano— Donato me pone un abrigo encima besando suavemente mi frente.
— Todo está bien— Él parece ser el único calmada, es el único que sonríe.
Con mi cabeza recostada en su hombro escucho a mi hermana llorar en brazos de mamá. No sé que está pasando y el porqué de los movimientos bruscos del vehículo.
Llegamos a la pista de vuelo, y con mi osito de peluche en brazos vuelvo a estar sobre papá que al igual que todos corren hacia el avión.
Unos carros negros se acercan rodeandonos. Unos hombres con una apariencia aterradora se bajan de los autos apuntandonos con unas armas.
— ¿Pensabas escapar Jasin?
Papá me sujetaas fuerte.
— ¡¿Por qué sigues jodiendome la vida, Vicente?!
— Tú lo hiciste primero, hermano. ¡Quiténle a los niños!
Proceden a quitarle a mi hermanita, luego a los gemelos y por último a mí.
— ¡Papá!— Grito entre lágrimas.
— ¡Rashel!— Mamá intenta alejarme de ellos pero la golpean.
— ¡Vayola!— Papá la levanta del suelo— ¡Devuélveme a mis hijos, Vicente! ¡Entiende que yo no le hice nada a nadie, déjame vivir en paz por favor!— Papá se arrodilla ante el hombre— No le hagas nada a mi familia, por favor.
El hombre ríe, menea su cabeza y tres hombres toman a mamá desgarrando su ropa.
— ¡¿Qué están haciendo?! ¡Suelten a mi mujer ahora!
— ¿No fué lo mismo que le hiciste a la madre se mi hija, hermano?
Otro hombre robusto la empuja al suelo quitando el cinturón de su pantalón.
— ¡Déjenla tranquila!
Con la vista nublada desvío mi mirada mirando por encima del hombro de la persona que me agarra a Donato que mira con los ojos de par en par detrás de mí. Escucho los gritos de mamá, sus quejidos tan fuertes. Quisiera voltear pero si lo hago sé que no podré estar tranquila. Varios minutos que se hicieron eternos mamá estaba gritando. Giro y ahí la veo, en el suelo y desnuda. ¿Por qué está desnuda delante de tantos hombres?
El mismo hombre que le quitó la ropa apunta su cabeza, un fuerte ruido se escucha, sangre sale de la cabeza de mamá y su cuerpo cae al suelo.
— ¡Mamá!— Mis mejillas y ojos de seguro están más que inundados.
Me colocan en el suelo por fin, mis pies iban a correr hacia ella pero el mismo hombre que llamó hermano a papá me sujeta fuerte del brazo y con una pistola apunta mi cuerpo.
— ¡No, ella no por favor! ¡Vicente suelta a Rashel, es tan solo una niña y no tiene la culpa de nada!
— ¿Y tú creés que a mí me importa?
— ¡Papá por favor ayúdame!— Los gritos desgarran mi garganta— Papá.
El arma queda en mi barriga, un ruido parecido al de hace un momento se escucha. Miro mi barriga, mi vestido blanco está manchado de sangre, todo mi cuerpo duele.
Carlo, Donato y papá me miran con los ojos de par en par. Con mis ojos apunto de cerrarse caigo al suelo. Sin sujetar a Carlo el mismo hombre le dispara en la cabeza.
Arrodillan a Donato en el suelo apuntando su cabeza, unos carros están cerca, los puedo escuchar. Tan solo golpean la cabeza de Donato lo que provoca que caiga a lado de Carlo. Uno de los hombres del lugar me toma en sus brazos corriendo hacia uno de los autos. Cierro mis ojos pero aún escucho mucho ruido.
Cada parte de mi cuerpo está fría, sintiendo un calor estando ya dentro de un vehículo.
— ¿Está viva?— Pregunta el mismo hombre que me disparó.
— Lo está. ¿Qué hacemos con ella patrón?
— Si se recupera se la tiene que regalar, mi hermano no puede saber que está viva.
— ¿Y qué hacemos con la bebé?
— También hay que regalarla. ¡Mierda!— Golpea el volante— El maldito de Enzo vino a arruinarlo todo, estaba a punto de matar a Jasin.
Presente...
— ¿Amelia te pasa algo?— Todo veo borroso y no sé ni lo que Jane me pregunta.
Solo miro a su hermano...Donato.
¿Quién es Donato, Vayola, Jasin, Carlo? ¿Por qué un repentino recuerdo viene a mi cabeza por primera vez? ¿Por qué en este recuerdo tan horrible escuché el nombre de mi jefe?
Caigo al suelo.
— ¡¡Amelia!!
¿Qué está pasando?
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 27 Episodes
Comments
Angela Palencia
tambien es hermana de Donato
2023-11-09
0
Añiiz ❣️😻
jajajajajajajajajajajajajajajaja la imagine llorando y de repente seria al decir eso
2023-09-27
0
Rebeli Aguilar
hay otra historia antes de esta ????
2023-09-01
0