inseguridades...

La reunión fue más ruidosa de lo que espero Natalia.

Se oían voces risas de chicos y chicas, se arrepintió de aber salido de su cuarto y regreso, decidió que se quedaría ahí hasta que todo terminara.

Reviso su correo no tenía nada nuevo, se puso ver videos en YouTube, hasta que se aburrio.

Miro por la ventana a los amigo de Emanuel jugaban voleibol en la playa, habían chicas en biquini, fue muy entretenido de ver.

Busco a Emnuel con la mirada pero no estaba en el grupo, se extraño, con es excusa salió de su cuarto no había nadie en la casa, se dirigió a la terraza desde ahí tendría mejor vista, vio a los muchachos jugando y mucho más lejos habían dos figuras uno de hombre y la otra de mujer que caminaban alejándose de la casa.

Natalia no les tomo importancia pensó que Emanuel fue a comprar algo.

Regreso a la cocina saco helado, comió un poco ahi y decidió ir nuevamente a su cuarto cuando escucho voces acercándose, no sabía si correr a quedarse, mientras lo pensaba se topo con dos muchachos.

Natalia se quedo como estatua cuando los vio.

El rubio más pequeño de ojos verdes, se aclaro la garganta incomodo y dijo.

—Hola, este —miro al que estaba con él —somos amigos de Emanuel.

—Hola.

Tuvo que responder Natalia muy avergonzada.

—Soy Leo y el es Max.

Hablo el chico rubio, presentándose y hablando por su amigo.

Max miraba a Natalia con la boca abierta sin siquiera pestañar, Natalia pensó que tenía helado en la cara y automáticamente se tocó la cara, aber si había rastros de helado.

Leo se volvió a aclarar la garganta y codeo a Max.

Después de un rato de incomodidad Leo hablo.

—Tu. ¿Vives aquí?.

—Si.

Respondio de inmediato muy agradecida con él de romper el silencio.

—Vinimos muchas veces aquí y es la primera vez que te vemos —dijo Leo.

—Oh. No, estoy aquí de vacaciones, no siempre vivo aquí —explico.

—Ya veo.

Y de nuevo el silencio incómodo.

Leo se froto las palmas en la piernas y Max seguía mirando a Natalia.

Leo volvió a aclarar la garganta y suspiro.

—Quieren helado?.

Natalia rompió el silencio viendo que el suyo estaba completamente derretido.

—Si, a eso vinimos —recordo Leo.

Fueron a la cocina, Natalia les dio helado y salieron a la terraza.

—Disculpa...

Se acerco Leo a Natalia y ella le interrumpió.

—Natalia.

Leo era un muchacho no tan alto como Emanuel, delgado, de cabello largo y rubio hasta los hombros, ojos grandes verdes con amplia y calida sonrisa le miro asombró, le regalo una sonrisa y continuó.

—¿Vamos a jugar voleibol en la playa?.

Natalia lo miro muy triste no quería rechazarlo era tan bonito.

—No puedo es...

—No. No te preocupes soy muy bueno si estas en mi equipo de seguro ganaremos —le corto muy orgulloso y confiado.

—No es eso, no puedo estar mucho tiempo en el sol por aho...

—Claro entiendo tu piel tan hermosa debe ser muy delicada.

La volvio a interrumpir.

—Solo que tengo...

—No pasa nada apenas no conocemos todavía no hay confianza así que no te preocupes —hablo otra ves.

—Pero...

—No te preocupes no pasa nada...

—Por Dios Leo deja de interrumpir!!.

Se exaspero Max que finalmente hablo.

Natalia lo miro asombrada de escucharlo y no pudo evitar reír de lo que le saco de quicio.

Se rieron los tres y en ese momento se acerco una chica de biquini rojo, tapándose la cara del sol con las manos para poder ver bien y dijo gritando ya que todavía estaba un poco lejos

—Leo hiciste una apuesta!!, que estas esperando?!!.

—Stela la condición es que Emanuel este en mi equipo!!.—le respondió.

—Ruben, dice que eres un cobarde!!!. Y que te estas escondiendo!!.

Grito riéndose ya más cerca.

-¡¡eso es mentira!!.

Grito alguien desde la playa.

Leo al escuchar eso se disculpo de Natalia y fue corriendo a la playa lo siguió Max.

Muy rápido llego a la playa y fue directo a taclear a alguien seguramente Ruben, se veía tan pequeño a comparación de los demás se oían risas y Natalia no pudo evitar sonreír.

—Que loco.

Susurro Stela para si misma pero Natalia ya podía oírla.

Cuando vio a Natalia abrió muy grande sus ojos.

—Waauuu...

La miro de arriba abajo con una gran sonrisa.

—Natalia.

La saludo sin dejar de sonreír.

—Hola —le respondió amable Natalia.

—Soy Stela conozco a Emanuel desde la primaria, estoy muy feliz de conocerte —no dejaba de sonreír.

—Enserio?.

Se extraño Natalia.

—Claro.

Se engancho del brazo de Natalia y la metió a la cocina.

—Emanuel dijo que no podías estar en el sol...

—Aah.

Se limito a decir viendo que Stela conocía perfectamente la casa sabia donde estaba todo, la pequeña nevera portátil, se movía como si estuviera en su casa.

Natalia sintio una molestia en el pecho.

—... así que me pidió que te lo recorda.

—Oh gracias.

Natalia no estaba bien.

—Probaste el pai de piña de Karina?.

El rostro de Natalia cambio, Stela era muy cercana de Emanuel.

—Me dio la receta pero no pude hacerlo.

Se reía de si misma, Natalia le siguió la corriente con una sonrisa falsa.

Stela seguía acomodando bocadillos que Karina hizo en la mañana en una canasta y poniendo refresco y sodas en la nevera portátil.

Saco una por una hasta la terraza con mucho esfuerzo.

—Vengan a ayudarme!! —.Grito desde ahí.

El más grande y atlético del grupo corrio a donde estaba Stela.