Hospital.

Salí del salón, ya no quería escuchar nada.

Minutos después.

— No puedo creer ésto. — Noah está viendo un vídeo y no deja de reír a carcajadas.

— ¿Qué es?. — Pregunta Liam al ver a su amigo.

— Alguien gravó un vídeo de Karina dándole una cachetada a Michael. — Noah en verdad no puede dejar de reír.

Michael llega.

— ¿Qué es tan gracioso.? — Le arrebata el celular. Ve el vídeo y se enoja mucho. — ¿Quién se atrevió a grabar eso?.

— No lo sé pero yo le estoy muy agradecido. — Su estómago empieza a dolerle.

— Lo vio toda la escuela. Creo que ya no tiene caso seguir con la apuesta, es obvio que ya perdiste. — Comentá Liam con aburrimiento.

— ¿Quién te dijo que perdí?, esa mocosa me las va a pagar. — Michael se quiere desquitar.

— Después de lo que te hizo y dijo ¿todavía piensas que puedes hacela tu novia?. — Noah no puede creer la actitud de su amigo.

— Sólo espera y verás, recuerden que el plazo es 1 mes.

— Ahora ya sabes que no va a ser tan fácil como pensabas. — Liam se burla..

— Lo veré como un reto. Ami nadie me humilla y se va sin consecuencias.

— No se porque pero siento que alguien va a salir lastimado y que ese alguien no será Karina. — Comenta Noah.

— ¿Piensas que saldré lastimado.?

— Uno nunca sabe.

— No pienses estupideces. La única forma en que saldría lastimado sería si me enamoró y eso no va a pasar. ¿O acaso piensas que me voy a enamorar de Karina.?

— Eso el tiempo lo dirá. Pero tengo curiosidad de saber lo que harás a continuación.

— Sólo espera y ve, pero puedo asegurarte que los dos se van a sorprender.

Horas más tarde.

...Karina....

Señorita Karina el señor James tuvo un accidente y está en el hospital. — Me informó Adolfo.

— Llévame con el. — No lo pensé dos veces. El se ha portado muy bien conmigo. Espero que no sea nada grave lo que le pasó.

Llegamos al hospital.

Vi a William en la recepción.

— ¿Dónde está Edward?

— En la habitación 945.

— ¿Puedo ir a verlo?

— Si. Ve.

Subí al piso donde estaba y entre a la habitación. Lo ví acostado con un cabestrillo en el brazo derecho.

— ¿Cómo te sientes.?.

— Estoy bien. — Se veía muy relajado..

— ¿Qué te pasó.? ¿Cómo terminaste así.?

— Estaba haciendo una escena de acción y me avente mal.

— Te dije que tuvieras cuidado.

— ¿Porqué me regañas.? ¿Eres mi mamá o mi esposa.?

— Tú esposa pero te dije que tuvieras cuidado y no me hiciste caso. — Creó que ahora sí parecíamos un matrimonio de verdad..

— Su esposo estará bien. — Un doctor Interrumpió. Yo que quede en silencio.

— ¿Cuándo puedo volver a mi casa.? — Preguntó Edward.

— Cálculo que en 3 o 4 días. Todo depende de lo rápido que se curen sus fracturas.

Edward intentó levantarse pero no pudo.

— ¿Qué haces? tiene que guardar reposo.

— Necesitó bañarme, podría enviar a un enfermero para que me ayude.

— Lo siento señor James, el hospital está saturado y todo el personal está ocupado. Su esposa está aquí ella lo puede ayudar.

¿Yo.?

El doctor salió y Edward volteó a verme dudoso.

— Esposa ya escuchaste al médico, ¿tienes algún problema en ayudarme.?

— No hay problema.

Le quite el cabestrillo y la camisa, estaba a punto de quitar su pantalón cuándo...

— ¿No te pone nerviosa desvestirme.? — Preguntó un poco sacado de onda.

— No eres el primer hombre que veo sin ropa.

— ¿Qué quieres decir con eso.? — Me pareció que se molestó..

— Tengo tres hermanos recuerda.

— Pero ellos son tus hermanos y yo no.

— Eres como otro hermano para mí.

— ¿Porqué piensas eso.?

— Bueno. Porqué vivimos juntos y nunca has intentado pasarte de listo, también me has ayudado a hacer la tarea, pagas las colegiaturas de mi universidad, me das dinero mensualmente, y siento que te preocupas por mi. De hecho no eres cómo un hermano, eres cómo mi padre.

...Edward....

¿Cómo?,¿ cuando me he comportado como un padre.? Un momento. ¿Porque me molestó su comentario?, ¿será que ella me gusta?, no no no es imposible. Es una niña. También debería verla cómo mi hija..

Ella terminó de quitarme el pantalón, me llevo al baño y me metió a la tina.

Cuándo termine de bañarme me puse la ropa interior como pude y la llamé para que me ayudara a regresar.

Ella me puso un pants para dormír, una camisa cómoda y me cubrió con la sábana.

— Descansa.

— Gracias por cuidarme. Hija. — Eso último fue sarcasmo.

— De nada papá.

Puse los ojos en blanco y ella sonrió. Le parecía gracioso tratarme así.

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