planeando la luna de miel.

— ¿Para que tanto libro.? — Pregunté sorprendido. Nunca vi a una mujer con tantos libros en las manos.

— Necesito prepararme lo mejor que pueda.— Respondió ella y se encerró en su habitación a estudiar. Hasta se olvidó que hoy se podía ir a casa de sus hermanos.

...Karina....

Bajé y no vi a nadie en casa. Me asusté un poco. Pero luego recordé que es viernes y todos salen hoy. Creó que también debería irme. Dí unos pasos para atrás y tropecé con el señor. Es decir con Edward. No me acostumbró a tratarlo de tú.

— ¿Porqué sigues aquí?

— Ya me estaba yendo. — Respondí y fuí hacía las escaleras.

— No te vayas. — Me pidió el.

— ¿Qué.? — Esperó que no esté pensando cambiar de opinión.

— Ya es muy tarde, mejor llámale a tus hermanos y avísales que no pudiste salir hoy.

Creó que tiene razón. No debo exponerme. Subí a mi habitación y llamé a Bruno. Le conté que no pude salir hoy pero llegaría mañana temprano.

Bruno es un poco desconfiado. Me pidió que le mandará mi ubicación. Yo no estaba mintiendo así que no tuve problema en mandársela.

Una vez confirmada la ubicación el se calmó.

— Sí necesitas algo avísame.

— Gracias hermano.

...Narrador....

Karina piensa en lo afortunada que es de tener unos hermanos que se preocupan tanto por ella.

— Casarme para que no los echen de este país no es ningún sacrificio, ellos se han sacrificado tanto por mi que esto no es nada, en cuánto me divorcie les compraré lo que siempre han querido para que sean felices.

Edward la escucha decir esto.

Confirma que aunque ella diga ser ambiciosa en realidad solo ambiciosa ser una buena hermana.

— Hubiera deseado tener una hermana como Karina. — Dice el en tono suave.

...Llega Diciembre....

Edward está a punto de terminar su nueva película, ahora tiene tiempo de ir a su luna de miel.

El quiere alejarse un poco de los medios y como la entrega de premios está a la vuelta de la esquina decide usar su luna de miel como pretexto para no asistir.

Cuando al fin termina su película, se queda descansando en casa de pronto ve a su esposa pasar y aprovecha para preguntar.

— Karina. — Ella se detiene. — ¿Qué país te gustaría conocer.?

— ¿Porqué? ¿me llevarás o algo por el estilo.? — Ahora está acostumbrada a hablarle de tú, tardó un poco pero lo logró.

— Sólo quiero saber qué clase de lugares prefieren las mujeres como tú.

¿Mujeres como yo?. No entiende muy bien porque el se refirió a ella de esa forma y piensa que es por algo malo así que se molesta.

— A ya veo quieres saber que clase de lugares prefieren las mujeres bonitas, inteligentes, pobres y fáciles como yo. — Se pone un dedo en los labios y se sienta.

— Lo que quise decir fue... — Edward trata de aclararle lo que dijo. Pero Karina no lo dejá terminar.

— Me gustaría conocer París porque es la ciudad del amor. Quiero cerrar los candados con mi amor verdadero, no sería adecuado ir contigo.— Lo mirá con desamor. — Dubai por qué es la ciudad del oro pero ahí todo es muy caro y no quiero que gastes tu dinero en una esposa falsa.— Parece que le importa mucho mi economía. Piensa Edward. —China porque siempre quise conocer la gran muralla y otros lugares de los que he escuchado. Corea del Sur porqué quiero probar los productos de belleza y ver un concierto de Astro.

¿Quién es Astro.? — Se pregunta Edward así mismo.

— Pero si quieres hacerme feliz México es la mejor opción, porque quiero ver a mi familia.

Edward no sabe cuál de todos esos lugares elegir. Ha estado en todos y no considera a ninguno de ellos especial. Por fin decide comprar los boletos a Francia.

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