capítulo 9- pronto

Aldo le ha estado enviando flores, las flores favoritas de la verdadera Alice, junto con regalos, joyas o vestidos, tal parece que el rey piensa que con objetos puede comprar su perdón. Al mes de juntar los regalos, ordeno a un sirviente que los llevará de regreso, cuando Aldo supo que los regalos habían sido revueltos, dejo todo en su oficina, estaba enojado por los regalos devueltos, pero en su camino, se encuentra con Eleonor, quien lo saluda con una reverencia pero le pasa de largo, causando la molestia de la chica, pero como le vio enojado y dirigirse a la residencia de Alice, sonríe, supone que algo paso con entre ellos, ya que últimamente, ya no se ven tan seguido. Al llegar, Aldo exigió que Alice lo recibiera.

- ¿que esta pasando? Majestad, me sorprende verlo aquí.

- lady Alice, me han dicho que regreso los regalos ¿que significa eso?

- significa que ni todas las joyas del mundo, pueden comprar mi dignidad. Las joyas no solucionan nada.

- ¿que esta pasando con usted? Se que esto no tiene que ver con haber aceptado a Eleonor como concubina.

- tiene mucho que ver, sobre todo, porque parece muy unido a ella, incluso la llevo en brazos cuando ella se desmayó.

- lady Alice, eso no significa nada. Por favor, quiero que todo sea como antes.

Aldo se acerca lo suficiente para abrazarla, incluso busca darle un beso, pero Alice le empuja para apartarlo, de ninguna manera piensa aceptar un beso de ese rey.

- lo será, cuando esa mujer se vaya del palacio, usted lo prometió, pero creo que no esta haciendo nada.

Dicho esto, Alice va de regreso subiendo las escaleras, pero Aldo la sigue, Alice ya sabe que esa noche, es cuando Aldo intenta algo con ella, pero al verse rechazado, irá con Eleonor. Al estar frente a la puerta de su habitación, Aldo le sostiene de la mano, para que se detenta antes de entrar.

- por favor, yo, estoy intentándolo, he leído todos los libros posibles, para encontrar una manera de ir en contra del Duque sin que él pueda hacer nada.

- ¿de verdad lo hace? Pero, aún así, no lo veo ignorar a lady Eleonor, quiero que le prohíba entrar al palacio principal o a mi residencia, que ella sepa que yo soy la prometida del rey y ella, no vale nada en este palacio.

Aldo queda sorprendido por la manera de hablar de Alice, ha sido un cambio tan drástico desde que Eleonor, entro al palacio como concubina; le suelta la mano, mostrándose triste ante ella.

- lady Alice, usted, ha cambiado realmente mucho, creí que nuestros sentimientos eran más fuertes que un simple mal entendido, creí que estaríamos apoyándonos el uno al otro.

- así seguiría siendo, pero nunca será igual hasta que saque a esa mujer de este palacio, de lo contrario, me iré este palacio.

- espere, Lady Alice, no puede decir eso, nuestra boda esta a meses de suceder.

- entonces dese prisa y saque a esa ramera del palacio.

- ¡lady Alice! Basta! Deje de hablar así, entiendo que este enojada, pero lady Eleonor es mi amiga, no puedo permitir que la insulte, cuando ella es víctima de su padre.

Alice aparta más al rey, empujándolo lejos de ella y abre la puerta de su habitación.

- no quiero verlo más, que sea feliz con su amiguita que tanto adora.

Alice cierra con fuerza la puerta, dejando Aldo en silencio frente a la puerta, pero, minutos después sale de ese sitio, decepcionado por el comportamiento de Alice, ella no era así ¿a donde fue esa chica bondadosa y comprensiva?

Alice observa desde su ventana, sonriendo, sabe que ahora el rey esta vulnerable ante Eleonor, espera que ella haga lo suyo ahora, porque ya desea salirse del palacio. Aldo llega hasta su residencia, mirando todos los regalos sobre la mesa de centro de su sala, dejando salir un suspiro. Más tarde, Eleonor se ha enterado que entre Alice y el rey hubo otra discusión, así que va en busca del rey, su sirviente personal le hace pasar, viendo que Aldo aún sigue en la sala, notando su expresión de tristeza, Eleonor le hace una reverencia.

- majestad ¿se encuentra bien?

Eleonor se sienta a su lado, tomando la mano de Aldo, quien al tenerla a su lado, se inclina apoyando su frente en el hombro de Eleonor.

- ¿que ha pasado majestad? ¿Acaso el reino tiene problemas?

- no, no es eso, lady Alice y yo, tuvimos una discusión, ella no quiere entender la situación y ha cambiado tanto, ya no es la Alice que conocí, la que yo amo.

- no sabe cuanto lo lamento majestad, todo esto es mi culpa, si no fuese por mi, usted y lady Alice serían felices.

Eleonor comienza a sollozar, así que Aldo levanta la cabeza y le sostiene del rostro, viendo su expresión de tristeza y sus lágrimas apunto de salir.

- no es su culpa, es solo que ella, esta siendo terca...usted es una buena persona, pese a todo, sigue dándome su apoyo.

- siempre lo haré majestad, somos amigos.

- lo se, creo que, si no fuese por Alice, me habría enamorado de usted, es tan amable y comprensiva. Justo como ella solía ser.

- me halaga majestad, si fuese amada por usted, estaría feliz y comprendería todo, lo estaría apoyando, sin importar las circunstancias.

Aldo, al escuchar esas palabras, le recordó mucho a la Alice tan amable, así que ante tal cercanía, no dudo más besando a Eleonor, la chica se sorprende, pero, corresponde el beso, después de todo, no desaprovechara ninguna oportunidad, menos, ante la que tiene ahora.

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