Capítulo 13

Un nuevo día llegó y de pensar en hacer cosas referentes a la boda en compañía de Emanuel me agota. Odio a Ramiro por ponernos en ésta situación. Sabe que no nos hablamos hace años y nos pone en esto juntos.

Emanuel pasó a buscarme a las 8:45 hs porque a las 9:00 horas teníamos que ver a la dueña de la tienda de novias, novios y damas de honor para concretar una cita lo antes posible.

Entramos a la tienda donde se encontraba una señora de unos cuarenta y tantos años llamada Danna.

-Hola, ¿En qué puedo ayudarlos?

-Hola somos Tatiana y Emanuel y teníamos una entrevista porque necesitamos una cita para pruebas de vestido de novia, damas de honor y trajes.

-Ah si lo recuerdo, déjenme ver cuándo puede ser

-La boda es en tres meses así que tendría que ser lo más apresurado posible para en caso de modificaciones contar con tiempo.

Dos mujeres aparecen de repente, una es mí diseñadora favorita. No sé si conozcan los vestidos de novia Pinina Tornai, pero ella estaba frente a mí y no podía creerlo

-Ella es perfecta- dijo la otra vendedora

-Si, trae el vestido ya así se lo probamos

-Disculpen ¿De que están hablando?- pregunté

-Hoy ingresó mí nueva colección a la tienda, pero agregué a último momento un vestido del cual no tenemos fotos puesto en una modelo real para poder agregarlo al catálogo- explicó mí diseñadora favorita

-¿Y eso que tiene que ver conmigo

-Que eres perfecta como modelo porque seguro es de tu talla

-Pero yo no soy la novia

-Lo se querida, solo consideralo como un favor a cambio de otro. Mañana mismo les doy una cita para pruebas a la hora de cierre si accedes a la prueba, solo son unas cuantas fotos y eso es todo lo prometo

-Esta bien- acepté no muy convencida

-Acompañame al probador, el vestido ya se encuentra ahí

El vestido era de ensueño, tenía pedrería, brillos y muchísimos detalles que cualquier novia adoraría lucir en su día especial pero al ponermelo solo sentí que la tristeza se hacía más presente que antes, porque mañana quien estaría probándose vestidos era Oriana y yo solo estaría acompañándola. No seré yo quien se case.

-Se te ve precioso, sabía que tenías las medidas perfectas. Vamos a la sala y en el pedestal te tomaremos unas cuantas fotos y podrás quitartelo

Fui a la sala y me pare en el pedestal, me vi en el espejo donde me colocaron un velo que era acorde al estilo del vestido. Quise llorar pero retuve mis emociones hasta que la sesión de fotos acabó. Todo esto bajo la atenta mirada de Emanuel.

-¿Ya puedo quitarmelo?- pregunté con más fuerza de la que hubiera querido

-Si, ya terminamos, vamos al probador y te ayudo a cambiarte

-Si gracias

Salí de la tienda rápidamente, no podía permanecer un minuto más ahí dentro. Necesitaba calmarme. Siempre soñé ponerme uno de esos hermosos y costosos vestidos pero no en éstas circunstancias. Salí tan rápido que olvidé que venía acompañada de Emanuel éste día.

-¿Por qué no me esperaste? Casi debo correr para alcanzarte- reclamó

-Lo siento, necesitaba un poco de aire

-Si, lo noté y no fui el único. ¿Qué pasó ahí dentro?

-Lo que viste, me probaron un vestido, me tomaron unas fotos y gracias a eso mañana tienen las pruebas

-¿Eso es todo? No te creo

-No me importa lo que creas

-¿El vestido no te gustó? Te quedaba muy lindo

-No es eso, amo los vestidos de esa marca pero nunca me casaré, no es mí sueño. ¿De acuerdo?

-¿Desde cuándo? Cuando éramos chicos si lo era

-Si, tenés razón pero éramos chicos y ahora ya no. Lo que deseaba antes ya no; lo sabrías si no hubieras dejado de hablarme

-Como sea, solo intentaba... déjalo no tiene importancia

-Como digas

Le pedí a Emanuel que me lleve para ver a los novios y decirles lo que conseguí. Se veían tan relajados y felices, que lo admito, me daba envidia.

Decirle a Oriana que tendría la prueba de vestido y no solo ella sino también sus damas de honor y Ramiro la puso tan feliz que corrió a abrazarme. Me quedé estática en mí lugar sin saber cómo responder. No todos los días la futura esposa de la persona que más amas en el mundo te abraza, o bueno, al menos es la primera vez que me pasa. En fin, me preguntaron ambos como hice para conseguir las pruebas ya que en esa tienda las citas demoran demasiado porque por día atienden unas pocas personas. Obviamente no quería dar detalles porque eso daría lugar a más cosas aún y no, no quiero que me pregunten nada.

Siendo realistas, no muchas personas llegan a tocar un vestido Pinina, son exclusivos y cuestan más de lo que un simple mortal gana en un año de trabajo, además de que son personalizados. Tener que decir mí experiencia vestida de novia, siendo admirada hasta por la propia diseñadora y fotografiada no sería sencillo. No hay manera de fingir una felicidad con algo que me hizo sentir especialmente triste y desdichada. Pero claro, las cosas jamás me salen como las planeo.

Bendita suerte la mía ¿Será que fui tan despistada desde mí nacimiento y se me olvidó en el útero de mamá? O simplemente me abandonó porque soy un caso perdido

Emanuel habló y debí explicar el acontecimiento memorable de mí vida ¡Gracias idiota ahora te odio un poco más!

-Cuando fuimos a la tienda había una diseñadora que había llevado un vestido nuevo a la tienda y las vendedoras necesitaban una modelo para tomarle fotos con él. En cuanto vieron a Tatiana casi se la llevan corriendo al probador- dijo Emanuel riendo

-¿En serio?- preguntó Oriana con mucho interés

-Si, y como ella estaba indecisa le dijeron que si se lo ponía y le sacaban las fotos nos atenderían a todos mañana en la hora de cierre porque todas las citas por el próximo mes incluso están ocupadas- miraba a Emanuel para que se calle. ¿Cuál es su estúpido problema? Jamás había y ahora no se calla

-Me tienes que contar ¿Qué vestido era?

-Un vestido, no quiero hablar de eso por favor

-Emanuel, ¿No sabes cuál era?

-Creo que Pina, Pini, algo así

-¿Pinina?

-Si ese

-¡AHHHH NO LO PUEDO CREER! TIENES QUE CONTARME TODO

-Oriana por favor, no quiero hablar de eso

-Dale!! me tienes que contar, ¿Tienes fotos? ¿Cómo era? ¿Te gustó?

-¡BASTA!- grité enojada y me arrepentí al instante- perdón, dije que no quiero hablar de eso y es mí última palabra. Nos vemos mañana en la tienda, que vayan tus damas de honor por favor. Hasta mañana

Sin esperar respuesta me retiré, me fui caminando, necesitaba pensar, estar sola. Pero como a mí nada me sale bien Emanuel se subió a su auto y me alcanzó en nada de tiempo

-vamos que te llevo

-Necesito estar sola prefiero caminar

-vamos, yo te traje y yo te llevo. No me cuesta nada, vivimos en la misma calle.

-Dije que no

-ok si eso prefieres- estacionó su auto, se bajó y comenzó a caminar a mi lado

-¿Qué se supone que estás haciendo?

-No quieres que te lleve, te acompaño caminando. Hay calles peligrosas

-No me importa. ¿Por qué diablos actúas como si algo te importara cuando sabemos que eso no es así?- le dije deteniéndome

-Para quedarme tranquilo, fuimos amigos y soy un caballero

-Si, seguro. Por eso no respetaste mí silencio, por eso tuviste que abrir la boca y decirles lo de la prueba. ¿Qué parte no entendiste que no quería que sepan nada? Eso no debió suceder

-Es solo un vestido no veo por qué no hablar de eso

-Mejor vayamos en el auto, me niego a seguir discutiendo todo el camino a casa ésto que no va a llegar a ningún sitio

Así llegamos a casa, ni nos despedimos. Lo que menos quería era hablar con él y tener que explicarle lo que no le interesa saber. Solo necesitaba unos fuertes brazos que me hacen sentir que todo estará bien y hablar con la única persona que me entiende, Danilo.

Vestido que usó Tatiana

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