Cap. 16 Haz lo que quieras, me da igual

Luna miró a Kratos con resentimiento, había un fuego acusador en sus ojos, lo acusa de agredir, de humillarla y vilipendiar sabiendo la verdad, destiló odio mientras apretaba los dientes, a Luna ni siquiera le dolía el fuerte agarre de las fuertes manos de Kratos, le dolía haber perdido esa esperanza, esa pequeña esperanza que se escondía en el fondo de su corazón, y era que a lo mejor, solo a lo mejor, en su vida pasada él también había sido engañado por Carolyn y la trato asi por que no sabía la verdad, pero ahora bajo los hechos esa esperan la había perdido, el sabia la verdad ella y su marido estuvieron juntos la noche anterior aun así la acusa y la castiga su corazón se llenó de odio y resentimiento que había disminuido, ahora más que nunca quería destrozarlos en pedazos a los dos.

Furica Luna usó toda su fuerza y adrenalina para zafarse del agarre de su marido, se dio la vuelta y se acero a Carolyn con paso firme por otro lado la mujer enyesada se asustó y aún se agarraba la mejilla por el dolor y al verla tan cerca de nuevo se sumergió en su silla lo más que pudo sin sospechar lo que haría Luna.

Carolyn querida, te debo una disculpa, no debí darte una bofetada estando con la pierna rota, me disculpo por eso, la próxima vez que te reviente la cara será cuando ya no estés en una silla de ruedas, ¿que dices me perdonas?_ la voz de Luna era dulce y suave, como si de verdad se estuviera disculpando y el contenido de sus palabras no llevarán amenaza.

Luna eres una descarada, yo te voy a enseñar una lección Alina se acercó a luna para querer golpearla.

Antes de poder acercarse demasiado Luna levantó la pierna y le dio una patada en el estómago a Alina tumbandola al suelo sin poder respirar. Krathos ya no tenía paciencia solo quería que esto termine no sabia el ¿por que? pero la mirada de Luna lo puso un poco nervioso, eso no era normal en él, podía enfrentarse con los más terribles gansters y poderosos de la ciudad pero estas 4 mujeres lo estaban llevando al límite.

Primo deberías castigarla, daño dos veces a Carolyn y ahora me golpea a mi, ahora tu amada necesita cuidado, yo creo que Carolyn debería quedarse aquí para que Luna la atienda mientras está convaleciente, es lo menos que puede hacer para expiar sus pecados, ¿tú que dices primo?_ Alina aprovechó la situación para entrar en la siguiente etapa del plan.

Carolyn con sus amigas ya habían llevado su ropa a la alcoba principal, y la Ropa de Luna la llevaron al cuarto de invitados, con esto Luna tendría que entender cuál era su lugar en la vida de Krathos.

Querido Ye... por favor no le hagas nada, no quiero forzar a nadie, se que es mi culpa, yo no debería estarme involucrando en un matrimonio, no quiero ser una molestia, depende de Luna si quiere que me quede o no, ¿tu que dices Luna?_ Carolyn miro a luna con ojos de agravio, como si la respuesta de Luna destrozara su corazón.

En este punto Luna estaba bloqueada, solo quería salir de ese lugar, y no le importaba lo que quisieran hacer, solo era cuestión de horas para escapar.

Haz lo que quieras, me da igual, solo una desvergonzada como tu puede meterse en la casa de un hombre casado siendo la amante, a mi me da igual, me imagino que tu ropa ya está en la habitación principal, así que yo me voy a mi habitación, tengo que arreglarme para ir a ver a mis suegros, es una pena que no puedas acompañarnos Carolyn, las amantes no van a cenas familiares _ Luna se dio la vuelta y subió las escaleras con prisa encerrándose en su habitación.

Krathos llamó furioso a Luna pero ella nunca se detuvo, se agarraba la nuca con las manos tratando de tranquilizarme, pero no podía, tenía la sensación de que había cometido un grave error y lo pagaría caro, pero no estaba dispuesto a echarse para atrás, había elegido proteger a Carolyn y no le interesaban las consecuencias... no aun.

Luna se dio una duchan para relajarse, cuando salió del baño estaban golpeando la puerta pero no respondió, sabía que aún no era hora de ir a la cena, asi que deberian ser las 2 brujas o el bastardo.

Después de unos minutos se escuchó el golpe en la puerta nuevamente, la voz de Krathos se escuchó del otro lado.

Abre la puerta, quiero hablar contigo _ Krathos ya no sonaba tan amenazante pero aun así a Luna ya no le importaba así que no respondió.

Luna en media hora salimos, te espero en la puerta_ a pesar que trataba de no sonar amenazante había un tinte de frustración en su voz, pero aun asi Luna no contestó.

Media hora más tarde Luna bajó las escaleras luciendo un hermoso vestido blanco con adornos color esmeralda bordados exquisitamente en el cuello mangas y ribete de la falda, el vestido de cuello cerrado y mangas rectas se volvía más sentador en el ajustado talle hasta la cintura destacando su fina espalda y su busto perfecto, el corte en la cintura caía una falda hasta medio muslo completamente plisada haciéndola parecer una muñeca, en sus pies se lucen unas sandalias con tobillera color esmeralda de diseñador, un bonito bolso a juego, un poco más grande que lo habitual pero no descompagina.

En la sala de estar las tres mujeres intrigantes comen fruta mientras retozan en los sillones, al ver a Luna fruncen el seño y la miran con fastidio.

Espero que vuelvas pronto para que me atiendas, mis amigas se irán pronto y voy a necesitarte _ Carolyn le mostraba a Luna una sonrisa de satisfacción.

Luna la miró de reojo y asintió luego se dirigió a la puerta, al llegar vio a Krathos parado más allá de la puerta terminando de fumarse un cigarrillo, no lo hacía a menudo, solo cuando estaba inquieto y esa tarde había destrozado su paciencia.

Luna pasó por su lado dirigiéndose al auto, no lo miro ella solo quería salir de ese lugar, Krathos al verla pasar botó la colilla para alcanzarla, pero Luna se adelantó y abrió la puerta del copiloto entrando rápidamente.

El asistente Theodor estaba sorprendido, no sabia como reaccionar, Krathos por otro lado, se dio cuenta que estaba luchando en vano, al fin y al cabo era mejor si se mantienen distanciados ya que el futuro sería aún peor, se sentó en el asiento trasero y le indico a su asistente que partiera, el destino es la vieja casa de los Yenko.