Mansión de los Frost.

Me mudé a la gran mansión de los Frost, una mansion lujosa, con las mejores piedras preciosas del mundo adornando las paredes, con un estilo nórdico muy moderno. Tan grande que el Titanic podría caber en su extenso jardín. Cuenta con todas las comodidades que muchos añorarian, piscina gigante, campo de golf, entre otras caprichos, razón tenían los medios en catalogarlos como los segundos más ricos del país entero.

Pero eso a mi no me conmovió, ni todo el dinero del mundo puede cambiar a ese apestoso Frost, maldita suerte la mia, tendría que vivir en esa mansión de Transilvania, con ese y con su madre y por ende compartir la habitación con ese individuo.

El estrés que estoy atravesando me va enloquecer, mi madre me acaba de gritar otra ves, ahora por el teléfono, dice que por la vergüenza que les hice pasar en la boda se siente enferma, que es un trauma que no puede olvidar. Sus palabras aún retumban en mis oídos.

"Katty Amanda, ¡Estas demente!, ¿Hasta cuándo vas a seguir llevado ese disfraz horrible?, me das vergüenza".

Mi madre se puso histérica, pero yo le advertí que no dijera nada, de lo contrario me divorciaría de Daniel y el retiraría el fondo Monetario y pareció resignarse ya que resopló molesta y colgó.

Entré a la lujosa habitación y me dispuse a guardar mis cosas, ahora todo se me estaba complicando, tendria que dormir maquillada para que no me pille y eso arruinaria mi piel. ¡Sólo 3 meses y podré librarme de este infierno de matrimonio!.

Pielcita prometo compensarte bien, me dije a mí misma acariciando mis mejíllas, mientras me veia al espejo. Era una amante del cuidado de mi piel, y hacer lo que estoy haciendo era un tremendo sacrificio.

Escuché abrirse la habitación y me volví espantada para ver, era ese individuo caminando con pereza para recostarse en la cama.

"Prepárame una sopa de jengibre para el resfriado".Ordenó ese pedazo de bestia, como si fuera una empleada mientras se frotaba el entrecejo. "Apúrate".

Apreté los dientes y asentí de mala gana.

"Está bien".

Baje a la cocina y ordené a la criada preparar la sopa, estaba loco si pensaba que le iba a cocinar.

{Perspectiva de Daniel}.

Todo el día me pasé removiendo cada pedazo de mi cerebro para recordar lo sucedido en la noche de bodas. Pero era como si esa parte se habría borrado ¿A caso en verdad había actuado como un marica?, imposible, jamás había sucedido algo semejante, soy un macho alfa de lomo plateado, Seguro esa atorrante lo hizo para molestarme.

"Aquí está tu sopa".

Irrumpió esa, sacándome de mis pensamientos, estaba tan sumergido que no me di cuenta de cuando volvió.

"Déjalo ahi".

"Ok".

"Largo" Ordené después de que pusiera la sopa en el velador, su sola presencia me produce indigestión. "No te hagas ilusiones al compartir la habitación, es por mi madre para no levantar sospechas". Le recordé a esa inepta.

"Descuida, usted no me gusta en absoluto, no es de mi tipo".

Respondió con con una ligera mueca de desagrado, sacándome una risa burlona. Mi veredicto era más que cierto, ESTABA CIEGA. Obvio que no era de su tipo, ella sólo podía juntarse entre feos estúpidos.

"Retírate quiero comer tranquilo".

Ordené irritado, mostrándole la salida, su rostro me resultaba nauseabundo que no me atreví a abrir los ojos.

{Perspectiva de Katty}

Salí llena de rabia, ese imbécil me estaba sacando de quicio, tenía tantas ganas de matarlo con mis propias manos, que bueno que le agregué mucha sal a su sopa, a ver si así se le quita lo desabrido.

Dios desearía que los 3 meses se pasaran tan rápido en una sola pestañada.

Bufando para mi, bajé las escaleras y me dirigí a la sala de estar a ver la tv, la suegris no estaba y me sentia más libre, no pasó ni 5 minutos cuando ese imbécil MALOGRÓ la paz que estaba sintiendo.

"¡Amanda!".

Rugió ese hombre furioso desde el balcón y se apresuró a bajar las escaleras, con pasos agigantados vino a mi y me tomó del brazo con rudeza.

"Que te sucede Cariño" Respondí algo miedosa, sus ojos querían absorber mi alma.

"¡Inútil!, ni siquiera puedes preparar una simple sopa"

Mi sangre subió abruptamente a mi cerebro enfureciéndome, ¿Inútil? ese apestoso se atrevió a insultarme.

'¡Bastardo apestoso, entonces cocina tu mismo!'

Estuve a punto de insultar cuando escuché la voz de mi suegris acercarse, entonces rompí en llanto.

Me solte de su agarre con mucha fuerza y me tumbé en el piso muy frustrada.

"Lo siento, no fue mi intención", Lloré como grifos rotos.

En serio me merecía un Oscar por mi actuación, si que era una mente maestra.

"Querida". Su madre vino a mi luciendo angustiada y me levantó del piso para dedicarle una mirada de muerte a su hijo.

"Daniel Frost Samaniego, ¡Esto es el colmo!, ¿Cómo te atreves a lastimar a tu mujer?.

Gruñó su madre, mi plan dió al blanco, la posición en que me caí al piso fue excelente, como si el me tiraba al piso con violencia y eso alcanzó a ver su madre.

"Esto es el colmo", reclamó decepcionado ese Daniel rondando los ojos, sin dejar de verme con un odio profundo.

"Creo que llegué en un mal momento".

Una voz profunda y ronca hizo su aparición junto a un cuerpo del mismísimo dios del olimpo, trayendo consigo un equipaje.

Enfundado de un traje azul eléctrico a medida, estaba parado en la entrada de la sala.

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