Giro #17 Alegría estudiantil

Esta sería la primera vez que salgo de la humilde casa de los hermanos Strauss.

¿Cuánto tiempo ha pasado?

¿Casi un mes desde que me secuestraron del hospital? ¿Qué ha ocurrido en el mundo exterior?

—No te muevas, novato.

¿Novato? ¿Ya no solo en el hospital, sino también aquí me llamarán así?

—Oye preferiría que no me dijeras así, no tengo 5 años—debo hacer que me respeten un poco.

Estos tipos no sabes que yo fuí el exlíder.

—Pero eres mi pupilo y deberás aprender lo más que puedas para proteger a la señorita Venus—dijo Emer

Y estaba de acuerdo con él pero creo que no era para tanto. Solo quería aparentar.

Emer es un tipo simpático, tiene 36 años, pero cuando se trata de trabajo es bastante estricto. No lo conozco mucho pero sabe lo que hace y tiene bastante experiencia.

Ha cuidado de los Strauss desde que los padres de Venus fallecieron.

Y yo ya sabía un poco de defensa personal y el manejo de armas, aunque estaba un poco oxidado.

Así que Emer quiso comenzar con lo básico, despojar a un hombre de su arma.

Cada hermano tenía su propio guardaespaldas.

Kenia, esta con Neptuno.

Liz, esta con Júpiter.

Emir, esta con Tierra

Joss, esta con Saturno.

Todos fueron al sastre para confeccionar cada traje de los Strauss.

Emer, esta con Venus.

Dave, esta con Marte.

Albert, esta con Mercurio.

Vincent, esta con Urano.

Y con ellos cuatro tendré que empezar a convivir.

Hoy en la mañana conocí a Emer y a Vincent quienes ahora quieren que entrene con ellos.

Vincent, tiene 34 años y está en perfecta forma.

—Veamos qué sabes hacer Jared.—y me apuntó con el arma.

Me puse en posición y comencé a dar los primero golpes hacia enfrente para poder despojarlo del arma, Vincent se movió rápido, pero igual lo hacía yo.

Los intercambios de golpes continuaron pero el arma apuntó en mi frente, así que ya estaba muerto.

Emer se acercó y yo ya estaba empezando a sudar. Ayuda.

—Eres bueno moviéndote cuerpo a cuerpo, bastante rápido, pero desde que empezó la pelea ya estabas muerto porque no despojaste de su arma a tu enemigo. No se la pudiste quitar en ningún momento.

—Creo que perdí práctica—hablé

—No, tienes la suficiente condición, coordinación y fuerza para haber podido tirar el arma al suelo pero no lo hiciste, ¿por qué?

Creo que debo decírselo

—Comúnmente ataco directamente a mi agresor. Nunca dejo que llegue a utilizar su arma.

—¿Eso quiere decir que lo matas antes de que te ataquen a ti? ¿Me hubieras matado primero?—preguntó Vincent.

—En definitiva así es, una persona me enseñó en la Tierra. Nadie nunca han tenido la oportunidad de apuntarme con un arma excepto Venus.

Ellos quedaron un poco sorprendidos.

—No había escuchado algo así—exclamó Emer— ¿por qué Venus es la excepción?

Creo que no estaba al tanto de todo lo que hacía Venus.

—Yo soy médico, Venus me secuestro de un hospital y para hacerlo me apunto con su arma en la nuca.

—Vaya que eres suertudo. Me han dicho que ella dispara sin dudar.—comentó Vincent

—¿A qué te refieres?

—Sus hermanos no lo saben, pero Venus ha matado a muchas personas

—¿Cómo que sus hermanos no lo saben? En ocasiones es típico de la mafia que los líderes maten a sus enemigos

—Si, sus hermanos se han de imaginar que se ha manchado las manos de sangre pero nunca se han enterado directamente, al menos Urano lo intuye, ni siquiera cuando te secuestro del hospital lo supieron, al parecer.

—¿cómo es eso posible?

—Tiene mucha gente que trabaja para ella, puede que hasta sepa secretos de estado que ni siquiera sus hermanos conocen.—terminó de decir Emer.

Esto sí que no me lo esperaba.

Así que aparenta con sus hermanos, ¿por qué?

—Pero basta de charlas, hay que seguir entrenando, tendrás que aprender a quitarle el arma tu enemigo.

Accedí sin miramientos.

Volví a recordar mis tiempos donde me sentía invendible y podía matar a quien se interpusiera en mi camino.

Pero aún me faltaba practicar mucho.

Vincent y Emer me cayeron muy bien.

Y después de unas horas de entrenamiento debíamos arreglarnos para salir con las hermanas Strauss e ir de compras.

Le pedí el traje a Emer, el cual me prestó, me duché, lo probé y me quedó muy bien.

La reunión con los demás guardaespaldas es en la entrada principal con las camionetas listas, pude conocer de vista a Dave y Albert.

—Estarás conmigo Jared.—dijo Emer entregándome un auricular para comunicarnos.

Asentí.

Las chicas bajaban por las escaleras bastante emocionadas.

Cada quien fue a su respectiva camioneta.

Venus se acercó.

—Vaya, vaya, Jared, te ves muy bien de negro. ¿Te llevas bien con Emer? ¿Si o no es un encanto?

—Gracias señorita, creo que nos llevamos bastante bien.—dijo Emer.

Si, claro, no pensé lo mismo cuando me golpeaste en el entrenamiento.

Venus sonrió cuando vio mi cara de ironía.

—Será temporal, Jared. Además debo recordarte que la fiesta se aproxima, debes prepararte.

—Esta bien, Venus. —y le abrí la puerta trasera de la camioneta.

Emer me vio con sospecha cuando entró también del lado del conductor y yo en el copiloto.

—Pon la canción de Green Day, Jared.—escuchamos a Venus.

Le hice caso y reproduje la canción escuchándose fuerte dentro del auto. Emer solo se sorprendió.

A lo mejor, no acostumbraban a escuchar música en el auto.

Ver nuevamente la ciudad es muy nostálgico.

Extrañaba está sensación de libertad, de cierto modo.

Las tiendas estaban abarrotadas, las plazas y restaurantes también. Algunas cápsulas de viaje a la tierra estaban del mismo modo.

Pero Venus y sus hermanas veían y caminaban frente a cada aparador.

Después de estacionar los autos, inicio lo que sería el día más largo de mi vida.

Compran bastantes cosas y cada uno de nosotros cargamos las bolsas.

Entramos a un lugar donde venden vestidos.

Me senté por un momento para descansar los brazos.

Usar los zapatos ya me están matando.

Vi el reloj, solo han pasado dos horas.

¡Ayuda!, otra vez.

Emer y los demás parecían como si nada estuviera pasando.

Los envidio. Esos hombres nunca se cansan.

Todas se probaban vestidos diferentes.

Sin decir nada, a mi parecer el vestido que Venus tenía puesto, era el más hermoso.

Aunque quizá con otro color no estaría mal.

En realidad, con lo que sea que se pusieran de veían radiantes.

Y hasta que encontraron los vestidos que llenaban sus expectativas, pudimos irnos tres o cuatro horas después.

Ahora entiendo porque los hermanos de las chicas no vienen con ellas. 🙂

Durante el camino de regreso a la mansión, el teléfono de Venus suena.

—Claro, yo recibo los resultados en cuanto lleguen, gracias.

¿Serán los resultados de ADN? Tenía bastante curiosidad por saber, pero "la curiosidad mató al gato", así que debo esperar a que Venus quiera decirme algo respecto a ese tema.

Este día fue muy agotador.

Y debía prepararme para la fiesta que cada día estaba más cerca.

Tendría que volver a ver a gente de la que no quería saber más.

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