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El Vals De Venus

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Giro #14 Dynamiden Waltzer

Bajamos al sótano.

Estaba un poco aturdido por lo que pasó hace unos minutos, todo fue muy rápido.

Oliver habló cuando vio la reja.

—Es cierto que esté sótano es hermoso, ¿lo rentarán?

Eso me hizo reír un poco.

—Ten—dijo tendiendome un llave—se la robé a Venus cuando estaba distraída. De nada.—y sonrió.

—¿Desarrollaste esa nueva habilidad?

—Pude aprender varias cosas en estos años—dijo feliz y yo sonreí.

—Necesitaré de tu ayuda Oliver, todo el tiempo que sea posible. ¿Podrías...?—debía aliarme con alguien. En esta familia todos me odian.

—Por supuesto, siempre tendrás mi apoyo. En ese caso, ten.

Me dio un celular con una funda bastante llamativa.

—Es mi celular de repuesto, tengo otro en el coche, úsalo.

—Te lo regresaré pronto

—Eso lo dudo, conociéndote—reímos

—Muchas gracias, Oliver.—y lo decía sinceramente.

Desde que lo conozco siempre me apoyó.

Nos dimos un abrazo y se fue.

Cerré la reja del sótano y terminar con mis deberes de limpieza era lo único que podía hacer.

Pasaron unos días y comencé a analizar los sonidos de la parte de arriba.

Los fines de semana era cuando había más actividad y solo los jueves no se escuchaba ni un alma.

Quizá los hermanos tenían su propia casa, o viajaban mucho pero era raro que solo en un día no estaba ninguno de ellos.

Así que esa es mi oportunidad para salir de aquí.

Solo tomé la llave y el celular que Oliver me había dado.

Abrí la reja y salí del sótano.

De seguro había guardias por algún sitio, así que caminé cuidadosamente.

La salida principal no estaba muy lejos pero sería sencillo que me atraparan, había varias entradas por toda la casa, así que lo mejor que puedo hacer sería salir por la puerta de servicio que quizá estaría en la cocina, ¿pero donde estaría? ¿Pasando el comedor?

Traté de dirigirme para allá. Donde nos habíamos reunido los hermanos y yo.

Pero unos pasos se escucharon bajando la escalera.

Vi una puerta y rápidamente me oculté ahí.

Quizá nadie me haya visto.

Volteé para saber en dónde me había metido y era una habitación. Olía muy bien.

Todo estaba bien acomodado y había una gran cama en medio, casi como de cuento de hadas.

¿Las sábanas serán de seda?

Había un enorme ventanal con grandes cortinas.

Un televisor de pantalla plana.

Una habitación elegante pero risueña y acogedora.

Paredes color rosa pastel.

Era una habitación muy interesante.

Pero debía tratar de escapar.

¿Podría salir por el ventanal? ¿Alguna salida secreta?

Busqué y me rendí. Aquí no había nada. Era una habitación normal y corriente.

Así que me fijé en los detalles. Había CD's bastante antiguos en algunas repisas.

Todo era rock en idiomas diferentes, uno me llamó la atención.

Y en la última repisa, había discos con música de vals de todo tipo, y memorice una canción al azar de uno de los CD's.

Seguí observando donde hubiera discos. Tenía de varios géneros musicales.

Que increíble. Quien durmiera aquí tenía buena cultura musical.

—¿Sabes que invadir el cuarto de una chica es de mala educación?—era Venus.

Rayos. Tragame tierra.

Traté de guardar la compostura.

Precisamente tenía que entrar a su habitación.

No puede ser.

—¿Duermes aquí?—no la miré y seguí. viendo los discos.

—Por supuesto, odio dormir en el suelo.

Hubo un pequeño silencio y ella se acercó hasta donde estaba.

—Sabia que saldrías de tu celda en algún momento. Oliver no es idiota pero tampoco yo. Me imaginé que después de que desapareciera mi llave, me daría cuenta quien me la robo. Aunque no pensé que entrarías aquí. ¿Eres muy estúpido?

—¿No llegué tan lejos, cierto?—esta mujer me hacía reír pero no lo admitiría.

—No, que lástima.

—¿No sería conveniente poner tu habitación arriba?—le dije

—No, es una buena trampa para los imbéciles como tú

Por fin la miré a la cara y era muy hermosa.

Aunque una foto detrás de ella robó mi atención.

—¿Ella era Karla?—y me dirigí hacia la foto que reposaba en un buró.

—Si.—Venus supo a lo que me refería y ella se acercó también.

—Son mis padres antes de morir.—dijo mostrando otra foto más, que estaba por allí.

Vi las fotos.

¿Qué habrá ocurrido en el pasado?

¿Por qué pensaron que yo era Plutón?

¿Por qué mis padres se involucraron con ellos?

¿Qué habrán descubierto?

Nosotros no tenemos la culpa de lo que hubiera podido ocurrir, fuimos víctimas de ese pasado que seguimos desconociendo.

—Lo siento, Venus. No debí abrir la boca hace unos días en tu oficina. Y...siento mucho haber decidido secuestraste y aprovecharme de eso. Realmente estoy arrepentido.

—¿Debería creerle a un mafioso?

—Yo ya no soy un mafioso, tu eres quien me da miedo y me secuestró.

Ella rió discretamente

—Creo que tienes razón. La historia entre tú y yo se volvió a repetir. Me secuestraste, hice lo mismo contigo. Somos responsables de eso.

Asentí y reí también.

—Disculpame, en verdad.— hablé con sinceridad.

—Esta bien. Igual lo siento, nunca imaginé que trajeras tantos secretos contigo.—agregó Venus

—Por eso desaparecí. Tampoco yo quería enfrentarme a esto.

—Mis padres confiaban en ti

—No lo sé. Quizá.

—Mis hermanos me odiarán pero mis padres podrían tener razón. Además Mike también te dio su voto de confianza.

Sonreí.

—Platicabamos mucho en el hospital. Es un hombre con mucho que contar.

—Si, es un buen hombre, nunca ha asesinado a alguien, y era un increíble detective.

Nos alegramos por él y que podíamos tenerlo en nuestra vida.

—¿Puedo poner un disco?—hablé

—Eres muy curioso, al parecer ya fuiste a inspeccionar mis CD's

Reí emocionado.

Venus salió de la habitación y la seguí hasta la sala de estar donde había un gran equipo de sonido para reproducir todo tipo de música en cualquier formato.

—Tienes reliquias aquí

—Eran de mis padres, dame el disco

Y se lo entregué.

—¿Por qué no te parecen interesantes los bailes?—pregunté expectante

Ella lo pensó por un momento, puso el CD en el reproductor, y la música comenzó.

—Me recuerdan a mi madre

La canción 21 Guns de Green Day se escuchó en el espacio en el que estábamos.

Con valentía me acerque a ella.

—No escucho rock pero ¿podremos bailar está canción?

—Eres extraño—me miró divertida

Y se acercó también, la tomé de la cintura y ella de mis hombros.

—Noté que eres una rockera empedernida.

—Solo me gusta escuchar las canciones pero sí, quizá un poco. Me agrada ese género. Después de mis hermanos eres el único que lo sabe.—decía cerca de mi

—Es bueno saberlo—sonreí—Perdóname.—queria en verdad que me creyera.

—Esta bien, no te disculpes más o te volveré a encerrar en el sótano.

Me callé la boca.

La música continúo.

Debía hacer la paces con ella o moriría pero también me aliviaba tenerla tan cerca.

En verdad, yo era extraño.

No se que ocúrre pero es extraordinario.

La música iba a su ritmo pero nosotros bailábamos lento.

La música terminó.

Y nos separamos.

—No puedo creerlo.

—¿Los estás viendo?