Giro #9 Marcha triunfal de Aida

Cada noche parecía más larga, ni siquiera sabía cuándo se hacía de día.

Ya han pasado dos semanas desde que Venus me encerró en la parte baja de su casa.

Mike es el único que ha hecho que no caiga en la locura en estos últimos días.

Venus dejó de llamarme para que cuidara de los bebés. De seguro están bien pero eso significa que ha enfocado su atención en encontrar información sobre mi.

Término de desayunar y dejo de pensar en eso.

Mantengo la mente en blanco mientras lavo los trastes, pero la serenidad no dura mucho.

Varios pasos se escuchan al bajar por las escaleras.

Me seco la manos y voy hacia la reja que me separa del mundo exterior.

Es Venus junto con el guardia que abre la reja.

Ella trae su arma en la cintura.

—Ven, iremos a ver a los bebés—dijo y dio media vuelta para regresar por donde vino.

Comúnmente, ella nunca había bajado por mi. En realidad ni siquiera vino a decir "Hola" desde que estoy aquí.

Me puse una chaqueta y salí detrás de ella. El guardia no nos siguió.

Extraño, algo debió haber pasado.

Ya conocía algunas partes de la casa, pero solo de vista.

Siempre me llevaban al segundo piso donde era el cuarto de los mellizos que había sido habilitado con incubadoras, respiradores y el equipo médico necesario para atenderlos.

—¿Cómo se encuentran?—traté de romper el silencio

—Mucho mejor, hemos redecorado la habitación. Los dí de alta hace poco.—decía mientras terminábamos de caminar y llegábamos al cuarto en el segundo piso.

—Genial, crecerán muy sanos.—y eso esperaba en verdad.

Ella abrió la puerta.

Y si que habían hecho un gran cambio. Ya no había equipo medico, ahora todo era de color blanco y amarillo, con adornos, juguetes, etc.

—Compartirán la habitación por el momento—dijo Venus entrando.

Los bebés estaban juntos en su cuna.

—Quedó fantástico—mencione viendo cada detalle.

—Si, mis hermanos lo remodelaron, tienen buen gusto. Además les hará bien a estos bebés estar en un ambiente más confortable

Asentí.

Hubo un pequeño silencio que despareció después.

—Mike y los bebés se irán un tiempo, dentro de unos meses.

Me sorprendió un poco, Mike no me había contado de eso. Se nota que sabe guardar secretos.

—Creo que es lo mejor, por seguridad—y hablaba en serio.

—Si, quiero asegurarme de que no les pase nada y crezcan fuertes. Así que a partir de hoy, ya no necesitaré tus servicios.

Nos vimos las caras para enfrentarnos.

—Lo sé, hace unos días que lo intuía. ¿Me sacarás de aquí?

—Primero, debemos hablar sobre algo.

Se dirigió a la puerta para salir y la seguí, después de mirar a los mellizos en señal de despedida.

Bajamos nuevamente y uno de los retratos que no había visto antes me volvió a llamar la atención.

Detuve el paso y Venus habló.

—Es mi madre cuando era joven.—y continúo caminando.

Karla.

La seguí hasta un gran comedor donde ocho personas estaban sentadas en la mesa, uno de ellos era Mike.

—Ellos son mis hermanos, de seguro ya los conoces—eran tantos que no sabía quién era quién. Y señalándolos fue presentando uno a uno.

Todos juntos, al igual que Venus se parecían a Karla Verdy y uno que otro hermano tenía razgos de Johan.

Interesante.

Traté de no olvidar quién era cada uno.

—Mucho gusto, soy Jared Kleiber.

—Lo sabemos—se escuchó a Urano hablar.

—Estas aquí porque hemos terminado la investigación—dijo Venus.

Ya sabía yo que eso había estado pasando. No mencioné nada.

Se escuchó un golpe con un puñado de papeles en la mesa.

Neptuno habló.

—Tu nombre está escrito en el archivo secreto de nuestro padre. ¿Quién eres en realidad?

Mi postura cambió.

Ellos ya sabían la verdad.

—¿Te sorprende que haya sido el antiguo ex jefe de la Mafia Walles?—sonreí—Todo está en el archivo secreto, no hay nada que pueda agregar.

Varios murmullos entre los hermanos se escucharon.

Neptuno cruzó los brazos

—Fuiste el primer sucesor de nuestro padre en tomar las riendas de la Mafia, ¿eso es cierto?

—Si, es un trabajo arduo pero me gustaba de cierto modo.

Mike estaba sorprendido, su respiración estaba agitada. Lo podía notar desde donde me encontraba.

Con él baje la guardia, se levantó para acercarse a mi.

—¿Es cierto? ¿Fuiste el líder?—se notaba preocupado.

No podía mentirle.

Baje la mirada.

—Si, yo dirigí la Mafia Walles hace algunos años.

—No puedo creerlo, entonces ¿por qué fingías no saber nada?

—Porque en realidad no sé mucho ahora. Cuando me fuí a la Tierra dejé todo atrás. Recuerda que yo siempre te he hablado con la verdad.

Neptuno interrumpió.

—Así que ahí estabas. En el informé dice que abandonaste la Mafia con ayuda de Jonathan. Los dos eran parte de la organización y simplemente desaparecieron del mapa. Ya no se supo nada de ustedes.

Venus me apuntó con su arma, nuevamente.

—¿Qué pretendes? ¿Jonathan es tu aliando? ¿Por qué volviste?

No me intimidó.

—Baja el arma, Venus—pidio Mike.

—Habla—ignoró la petición

Que situación tan más caótica.

—Eres muy impulsiva, deberían calmarse ustedes.—dije mirando a Neptuno.

—Cálmate Venus. Nos dirá lo que querrámos saber, es inteligente, sino nuestro padre nunca lo hubiera elegido como sucesor.

—Ahora entiendo porque no le tienes miedo a nada. Desde un inicio no fuiste normal.—terminó Venus y bajó el arma.

Reí.

Todos nos sentamos y quedé en la cabecera de la mesa con la atención puesta en mi.

—Bien, me presento. Y espero que no me envíen al sótano de nuevo.