Giro #7 Denubio azul

La noche ya había caído en Walles y con ello la noticia del hospital que había sido atacado por la Mafia.

"Cuatro hombres y dos recién nacidos había sido capturados" sonaba en la radio.

Pocas veces la mafia se hacía presente en un lugar. Siempre actuaban bajo la sombra.

Fuimos llevados a la mansión de los Strauss.

Era un lugar increíble, grande y majestuoso con lindos jardines.

Los vecinos saludaron a Mike, el chófer me dejó las manos libres y cargué a los mellizos, salí de la camioneta para encontrarme con Mike.

—¿En serio aquí viven?—pregunté observando los alrededores.

—Si, fue algo nuevo que Urano implementó. Vivir en una gran casa todos juntos y dónde sería también el núcleo de la Mafia Walles.—mencionó casi con orgullo.

—¿Y por qué nos trajeron aquí?

—No lo sé. Todo es orden de Venus—y nos tuvimos que conformar con esa respuesta.

Hasta que Venus llegó en una de la camionetas blindadas y se acercó a nosotros.

Abrazó a Mike.

—Estábamos muy preocupados, me alegra que estés bien, Mike—dijo aliviada.

La chica había cambiado y ya no parecía que quisiera matar a medio mundo.

Que interesante.

—No te preocupes, hija. Este muchacho me acompañó todo el tiempo en mi recuperación.—señalándome.

Por un momento había olvidado que Mike había sido operado del corazón.

—Lo sé, ya cheque tu historial, me pareció prudente ir por ti hoy, sabría que estarías mejor al igual que mis sobrinos.—y vió a los bebés en mis brazos.

—Aún no tienen nombre, los íbamos a dar en adopción

—Llegué justo a tiempo entonces—y acaricio a uno se ellos.

—Aunque no debió ser necesario el tiroteo ni los muertos—mi bocota otra vez.

Alzó la cabeza y me retó con la mirada.

—Deberías guardar ese tipo de comentarios, ya que, tú fuiste peor—dijo y sonrió complacida con su descubrimiento.

—Veo que ya leíste la investigación sobre mi.

—¿De que hablas, Venus?—preguntó Mike.

—Será mejor que hablemos adentro de la casa—propúso Venus cuando uno de los bebés comenzó a llorar.

—¿Quién es él?—pregunté al entrar a la enorme casa y ver varios retratos en las paredes.

Mike se acercó para ver el cuadro por el cual preguntaba.

—Es Johan Strauss, antes de conocer a Karla Verdy.

—¿Me seguirás contando su historia?

—Por supuesto que no. No es de tu incumbencia.—reímos y continuamos caminando.

Era un lugar enorme, grandes ventanales, puertas, pasillos, todo. Las escaleras estaban en medio del salón donde nos detuvimos.

—Mike, debes ir a tu habitación a descansar, ya está todo preparado, si necesitas algo, no dudes en llamarnos—y le entregó un celular bastante caro a Mike, quien asintió y lo guardo en la bolsa de un saco que un guardaespaldas le había dado antes de salir del hospital.

—Gracias, pero ¿qué harás con el chico? Me preocupa.

¿En serio?

—Relajate, Mike. Se quedará aquí cuidando a los bebés, quedé en deuda con él por haberte cuidado.

—Lo dejarás libre, ¿cierto?

Venus lo pensó.

—Esa era la idea pero después de ver los datos de la investigación, creo que no será posible.

—¿Por qué?—Mike no entendía nada.

—No te preocupes Mike. Estaré bien, debes descansar, te ves pálido. No arriesgué mi vida para que vinieras a morir en un lugar tan hermoso.—comenté y sonrió.

Venus asintió.

—Sé que le harás algo Venus, solo no lo mates—terminó de decir antes de irse por las escaleras.

—Debería matarte—dictaminó

—Estaré ansioso de ver mi propia muerte.

—¿Qué buscas y por qué te involucraste con mi padrino?

—Busco mi libertad como persona, atendía a Mike como cualquier paciente en el hospital hasta que llegaste tu y tú banda de mafiosos.

—No debe ser casualidad que un ex miembro de la Mafia Walles regresé de dónde se salió hace años.

Tragué saliva.

Esta mujer pudo saber mi punto débil.

—Te recuerdo que tú me secuestraste. Yo no llegue por mi voluntad a este lugar horrendo.

—Entonces, ¿por qué estabas en el mismo hospital que Jonathan? Planean algo.

—¡No!—grité y el otro bebé empezó a llorar—Cálmate bebé—lo arrulle pero no sé si lo que dije fue para el bebé o para mí.—No sabía que él estaba trabajando ahí y no planearia algo con ese idiota.

Venus tomó a un mellizo para arrullarlo.

—No confío en ti. Te traje a mi casa para tenerte vigilado, así que dormirás en el sótano resguardado por un guardia armado. Te mandaré a llamar para que mantengas actualizado el estado de los bebés. Te mataré si haces algo inusual.—y vi sus ojos verdes que confirmaban lo que había dicho.

Me mandaría al sótano como prisionero.

Maldita sea.

Ahora se sabría que formé parte de la Mafia Walles, un secreto que pude haber guardado si no hubiera salido de la Tierra.

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