Giro #4 Vino, mujeres y canciones

—Por qué te metiste en esto?

—Por cuidar a unos bebés, aunque yo debería preguntarte eso también.

Hablar con Jonathan era algo complicado y estar con él en el mismo lugar juntos era mucho peor.

—Mi madre es socia de la Mafia Walles, no se me podría ocurrir otra cosa del porqué me llevaron.

—¿Tú madre se volvió socia?—pregunte un poco curioso

—Si, dirige el buffet de abogados más reconocidos del planeta Walles.

—¿Cómo logró quedarse con el puesto? Más mujeres se incorporan en este negocio, es impresionante

—Después de lo que ocurrió con tus padres, le asignaron el cargo.

—James, ¿murió?—pregunté confundido

—¿En verdad no te enteraste?

—No

—Se suicidó diez días después de que ocurriera lo de Sara

—No pronuncies su nombre, imbécil

—En fin, mi madre no tuvo otra opción que aceptar el negocio con la mafia para financiar el buffet

La familia de Jonathan siempre me pareció sospechosa.

—Y crees que ese sea el motivo? Por tu madre?

—No encuentro otra explicación—dirigiendome la mirada—¿Sabías que ese hombre era el padre de Venus?

Cambió el tema rápidamente

—No tenía idea, ni siquiera sabía quién era la chica—no sabía mucho de la Mafia Walles en general

—¿Crees que hablen de...?

—Cállate—lo asesine con la mirada, las ganas de matarlo me parecían increíbles.

—Solo decía

—Manten la boca cerrada

—No me des órdenes, idiota—bufó

—Aunque debo decir que me emocionó—me atreví a decir y suspiré

—A mi también, estar en un quirófano para mi es muy diferente a estar en medio de un tiroteo. Es adrenalina y ya no la había sentido desde hace tiempo

Entendí bastante lo último

—Y, esos mellizos? De quienes son?—volvió a hablar Jonathan

—Haces muchas preguntas, guarda silencio

—No me agrada el silencio en esta "jaula" horrenda, además, Venus hizo todo ese alboroto y mató a tanta gente por venir por su padre y esos bebés, debe haber un motivo para tomarse tantas molestias

Jonathan no pierde su intuición

Nos habían metido en camionetas blindadas totalmente equipadas pero cualquier espacio cerrado para Jonathan era como una jaula.

—Creo que tienes razón, pero igual no sé mucho. Pronto serían dados en adopción, la madre era una niña y no se sabe nada del padre porque fue violada.

—La Mafia debió de tener algo que ver con eso.

—Si Venus tuvo que venir personalmente a resolver ese asunto, lo más probable es que si.

Y Jonathan por fin guardó silencio.

Era un día soleado en el planeta Walles y podía notar por el vidrio de la camioneta que nos dirigíamos al centro de cápsulas para viajar a la Tierra.

¿Que pretende esta mujer?

Las calles estaban tranquilas y dejaron de verse las casas y edificios de la ciudad para ver grandes campos y pastizales que rodeaban el centro de mando de las cápsulas que ayudaban a transladar a los ciudadanos del planeta Tierra al planeta Walles y viceversa.

Cinco camionetas venían detrás de nosotros.

Y Jonathan y yo estábamos atados de pies y manos, podíamos huir pero las probabilidades de escapar con vida eran bajas, así que ni él intentó hacer algo y mucho menos yo.

No tardamos mucho en llegar a las cápsulas, así que abrieron nuestras puertas, cortaron las ataduras de los pies y nos sacaron dos tipos grandes y musculosos a la fuerza de la camioneta.

Todos se habían detenido y de una de las camionetas salió Venus con lindos tacones y un arma.

Bastante a la moda.

Caminó hasta nosotros y con un buen manejo del arma, quitó el seguro y apuntó a Jonathan.

—Tu madre ha muerto—dijo y fijo su mirada en su presa.

Su voz me transmitía confianza, no creó que mienta. En ese caso Jonathan estaba en lo cierto, aunque él no dijo nada ni hizo algún gesto.

—¿Sabes dónde está tu padre?

Él no quitó la mirada

—No

—De acuerdo, si no dirás nada te quedarás con nosotros

—¿Qué quieren de mi?

—Tu madre es una ladrona y traicionera. Ya recuperé a mi padre, así que me pagarás lo que tú madre me robó

—La conozco bien, presiento que no te robo poco dinero, pero tampoco yo tengo para pagarlo—Jonathan siempre con la boca grande para hablar

—Lo sé pero eres inteligente, no volverás a Walles hasta que saldes la deuda y serás parte del equipo médico de la Mafia en la Tierra.

—¡No regresaré a tu maldita Mafia de mierda!—dijo enojado.

—En ese caso te morirás aquí y ahora.—dijo Venus sin miramientos.

—¡Espera! ¿No hay otra manera de...?—él suspiró.

—No, eres un cobarde, pensé que serías más divertido.—comentó Venus decepcionada mientras bajaba el arma.

—Solo velo por mi seguridad pero si acepto tendría una condición.

Ella sonrió.

—¿De que se trata?

—Sin espacios cerrados

Venus lo miró y aceptó la condición.

Ella ordenó que lo llevarán a la cápsula para llevarlo a la Tierra y volvió a apuntarme con el arma.

—Te agradan las armas?—otra vez hablo sin pensar, maldita sea.

—Por supuesto y siempre doy en el blanco.

—No lo dudo—y fijé la vista en su bonito cabello blanco que ya no traía un sombrero encima.

—¿Quién eres?—

—Deberías saberlo

—Aun no lo sé. Tengo la investigación sobre ti pero quise esperar a que me lo dijeras

Reí. Esta chica es inesperada.

—Manejas la mafia de una manera muy particular

Ella alzó una ceja.

—Eres interesante y eso me divierte, pocas veces me encuentro con alguien como tú

—No imagino porqué—y mire sus ojos color verde. Bastante llamativos.

—Bien, Jared Kleiber Maazel, aún no sé mucho de ti, así que, mientras cuidarás de mis sobrinos, escuché que eres un novato, ¿es cierto?

—En el hospital sí pero soy muy buen médico.

—Así que no ejerces pero ¿eres médico?

—Ejercí en la Tierra algún tiempo, pero no quería hacerlo en Walles, hace poco que me mudé aquí, quería saber y conocer este planeta.

—Mentiste en tu entrevista—dijo bajando el arma

—Un poco, yo pensé que no sabías de mí

—Solo leí el archivo de tu entrevista, fue difícil encontrarlo pero no imposible.—y ordenó al hombre detrás de mí que me llevarán con los bebés que estaban en otra camioneta.

—Tu trabajó será cuidarlos, yo te ayudaré.—ordenó

—¿Eres médico?

—Si

—Entonces...ahh, esta bien.

No había otra opción.

Tendría que regresar a la Mafia Walles.

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