Baile para el príncipe

En su habitación estaba su ropa de danza se preparó y maquilló la ropa le quedó a la perfección era justamente de su talla se preguntaba como sabía tanto de ella. Ya había terminado cuando alguien tocó a su puerta.

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Señorita Amelia la esperan en el salón. -- Escucho ella aspiró profundamente evocando las noches de baile donde era la estrella aplaudida usando un nombre artístico eran maravillosos recuerdos de las veces que danzo para pagar los estudios en el instituto culinario. Su recuerdo de aquella etapa de su vida se vieron interrumpidos cuando escuchó la puerta por segunda vez se incorporó y salió para ser escoltada al salón. Al abrirse las puertas el lujo y ostentación hicieron que sus temores se disiparan el salón estaba totalmente vacío a excepción del príncipe Yahir que se encontraba sentado en una especie de tronco podían apreciarse las incrustaciones en oro y esmeraldas.

Amelia no lograba comprender, estaba mentalmente preparada para bailar ante un gran número de espectadores y en cambio encontró un salón con solo un espectador que la miraba con ojos de deseo desconfianza e intriga. Al Verlo hay solo y observándola podía sentir como recorrió con sus ojos cada parte de su cuerpo con cautela y ávido deseo el estaba muy atractivo y elegante en su esmoquin, su cabello negro peinado a la perfección, su mirada intimidante y posesiva' con esa formidable apariencia le costaría trabajo lograr concentrarse en el baile. Quedaron solos en ese salón para celebraciones dentro del majestuoso yate su corazón comenzó a latir más rápido a ver que el príncipe se acercaba a ella podía sentir cada latido resonando fuerte a medida que se acercaba.

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Yahir: Te ves muy hermosa la ropa que envié a escoger para ti te queda como una segunda piel. Esta noche quiero verte bailar y si es de mi agrado voy a darte lo que me pidas.

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La ropa de danza que llevaba puesta la hacía ver deslumbrante y muy hermosa su voluptuosa figura en ese vestido de danza hacia resaltar su belleza. Era claro que el príncipe estaba haciendo un gran esfuerzo para no tocarla su deseo por tomarla iba creciendo conforme la veía. Odiaba la forma en la que Amelia despertaba su deseo sexual y Primitivo. Ella emitió una pregunta con voz casi inaudible.

Amelia: ¿donde están los invitados porque esta solo usted en el salón?

Yahir: no tolero la idea de que todos te miren al bailar quiero que lo hagas solo para mí. No voy a compartirte con nadie más.

Amelia: no soy de su propiedad recuerde que trabajo para usted que le da derecho a tratarme de esa forma? que gana con humillarme? usted puede tener incluso la mujer que quiera es más....

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Sus palabras se vieron cortadas por el movimiento que el príncipe hizo con su mano

Yahir: no te hice venir para hablar te ordeno que bailes para mí ¡¡AHORA !!!

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Cuando la música se escuchó ella inició su baile con movimientos sensuales la mirada del príncipe era intensa tomaba de su copa mientras la seguía con sus ojos llenos de deseo; ella era consciente de su mirada y se propuso darle su mejor espectáculo con la promesa de conseguir que le concediera lo que le pidiera estaba decidida a conseguir su libertad. Pero el príncipe tenía otros planes para ella. Cuando ella concluyó el baile el príncipe se acercó aplaudiendo.

Yahir: ¡bravo!!! eres sencillamente maravillosa es claro que ningún hombre es inmune a tus encantos es fácil para ti hacerles caer en tus redes. ¿Ahora comprendes porque quise que bailaras solo para mí? y como lo prometí me dirás que quieres que te conseda?

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Ella no lo pensó dos veces y le dijo que le permitira marcharse. Pero la ira inundó al príncipe y ordenó que la llevaran a su habitación.

En su habitación Amelia dejó salir sus lágrimas se sintió frustrada el príncipe no había cumplido su palabra no entendía por qué la trataba de esa forma? no logro conciliar el sueño ideando en su mente una forma de escapar.

Verla bailar era todo lo que se había imaginado el movimiento de sus caderas al ritmo de la música era todo un derroche de sensualidad, el deseo por ella era desbordante, fue un detonante para su virilidad al punto de tener que desahogar su deseo en los brazos de Darla esa noche quien aprovechó el momento para su conveniencia. El entro en la habitación de Darla lanzándose sobre ella y arrancando sus ropas fue sexo de frustración teniendo Amelia en su mente. Darla lo recibió gustosa y satisfecha de que ubiera ido a buscarla. Busco ávidamente su virilidad que encontró firme y poderosa su erección era enorme y palpitante pero cuando el príncipe sintió que lo tocaba se detuvo alejándose para salir de la habitación dejándola a una Darla inquieta y llena de preguntas....

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Darla: ¿ yahir cariño que sucede? porque te detienes? déjame hacerte feliz esta noche...

Quizo detenerlo pero fue en vano se fue con la misma impetuosidad con la que entró sin decir una palabra. Estaba molesto no lograría estar con otra mujer que no fuera Amelia. El deseo por ella lo estaba enloqueciendo quería tomarla aunque fuera a la fuerza. Fue a su habitación y le ordenó a los guardias que se fueran.

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