Hilos Rojos De La Muerte
No olvidó el día en que morí. Fue en Noruega, el país de donde soy originario, hace ya unos cientos de años. En ese entonces yo tenía unos 6 años y desde ese día mi apariencia no ha cambiado.
Recuerdo el frío y el cansancio, mi padre era leñador y yo como único hijo varón debía acompañarlo para aprender el oficio.
Recuerdo que apenas podía levantar la pesada hacha, y que me tomó todo el día talar un solo árbol pequeño, mientras que mi padre en el mismo tiempo había talado siete árboles de enormes troncos mientras se tomaba 3 botellas de ron.
Me envió temprano a casa para que me bañara pero no sin antes darme la peor paliza de mi corta vida. Me dejó tan mal que mi madre lloró al verme, ella dulcemente me ayudó a bañarme y curó todas mis heridas. Más tarde pagó el precio de hacerlo.
Mi padre llegó algunas horas después, yo me encontraba dormido cuando escuché el grito de mi madre.
_MAMÁ_ grité desesperado cuando ví como la torturaba con un látigo de sauce.
_PADRE, DÉJALA EN PAZ_ volví a gritar mientras intentaba detener su brazo con todas mis fuerzas.
_SUELTAME MOCOSO DE PORQUERÍA_ me contestó mientras me arrojaba por los aires con todas sus fuerzas también. En ese segundo que pase suspendido en el aire, anticipé el dolor del impacto con la pared, cerré mis ojos sabiendo que dolería mucho, pero cuando finalmente impacté con ella, no sentí nada, realmente no dolió en absoluto. Me levanté pronto para suplicarle que deje en paz a mi madre y extrañamente lo hizo. Se quedó de pie mirando la pared con un rostro pálido. Mi mamá se tapó la boca en silencio hasta que de rodillas en el suelo soltó el grito más desgarrador que he escuchado en mi existencia.
_ENGEL, MI ENGEL_ trate de acercarme a ella pero por mucho que lo intenté no pude ni siquiera tocarla, mi cuerpo se había vuelto intangible como el aire, finalmente voltee hacia la pared y me encontré con un manchón de sangre a una considerable altura y mi propio cuerpo en el suelo.
Mi padre me había lanzado tan fuerte que el impacto rompió mi cráneo sin darme tiempo a sentir dolor.
Después de eso mi padre me cargó, el me enterró con sus propias manos, mi madre paso arrodillada sin moverse del lugar donde morí durante siete días y siete noches enteras, sin dormir ni comer.
Mi padre dejó el alcohol y se ocupó de la salud de mi madre, cambió por completo, se volvió un esposo dulce y atento. Cada noche después de que mi madre quedará dormida al fin, caminaba en el frío hasta mi tumba y me pedía perdón.
Yo solo podía observarlos, me daba mucha pena su dolor como para dejarlos, pero tampoco podía hacer nada, así que mi alma se convirtió en espíritu y quedé deambulando en este mundo.
Dos años después de mi muerte las heridas parecían haber cicatrizado, mi madre plantó un jardín de brezos púrpuras en mi honor y mi padre comenzó a ir a mi tumba para contarme de su día en el trabajo con más entusiasmo y ya no solo a disculparse.
Las heridas sanaban, los años pasaron, pero las costumbres y los hábitos salieron a flote con el tiempo. Cuatro años después de mi muerte mi madre volvió a quedar embarazada, y mi padre volvió a beber.
Fui testigo de como lentamente volvía a sus costumbres violentas, mientras yo solo podía permanecer junto a mi madre como un espectro intangible, hasta que conocí a cierto espíritu.
Estaba en el mercado junto a mi madre cuando lo vi atormentando a una señora, le cambiaba las cosas de lugar y le tiraba objetos. Me acerqué a él, su aspecto era extraño, su rostro era más pálido que el mío, su cabello negro y sus ojos oscuros.
_Señor, ¿cómo es que puede tomar objetos? lo he intentado mucho pero desde mi muerte me he vuelto como aire.
_Niño, ¿Cuánto tiempo llevas muerto?- tenia un acento extraño, uno que jamás había escuchado hasta entonces.
_ cuatro años, señor.
_La asusto porque necesito su miedo para seguir existiendo, el alma está echa de energía, y esa energía debe ser alimentada para existir sin un cuerpo, probablemente aquella señora peliroja sea tu madre, se te parece bastante, ella te alimenta con su amor, yo me alimento del miedo. A medida que vas obteniendo más energía, vas a poder hacer más cosas como estas.- el hombre estiró la bolsa de la señora dejando caer todo su contenido la señora pego un grito del susto y se agachó a recoger las cosas nuevamente.
No tenía tiempo para recolectar energía, pero quería asustar a mi padre al tal grado que huya dejando en paz a mi madre y a mi hermanito en camino.
_Mi nombre es Engel Hapelfull- le dije estirando la mano para estrecharla con la suya, el solo miro mi mano y agachó su cabeza levemente haciendo una pequeña reverencia.
_ Es un placer Hapelful chan, yo soy Shugo Tenshi.
Le pedí al señor Shugo que me ayudara con mi padre, y accedió gustoso, me enseñó a asustar personas casualmente y a mover cosas pequeñas. Me contó que provenía de un país muy lejano pero que aprendió el idioma escuchando. El llevaba muerto 500 años por lo que había viajado mucho en ese tiempo y había aprendido varios idiomas. También sabía meterse en los sueños de las personas para asustarlas más, me contó que el punto más alto de poder para un espíritu se obtiene causando la muerte de los humanos, pero que esa era una línea que no quería cruzar ya que los espíritus que cruzaban la linea se convierten en espíritus malignos que se diferencian de los demás por tener ojos rojos.
En fin, el plan resultó ser un éxito, mi padre huyó despavorido luego de unos meses de escarmiento. Mi madre muy embarazada consiguió trabajar en el mercado y el señor Shugo siguió su camino, me ofreció acompañarlo, pero yo quería quedarme más tiempo con mi madre.
El tiempo siguió pasando y mi madre supo sobreponerse a las adversidades con mi hermanito al cual llamó Andre Engel en mi honor. En el mercado conoció a un buen hombre, con quien formó un nuevo hogar, ese hombre fue para mi hermanito un padre tierno y amoroso, a pesar de mi muerte estoy agradecido de poder ser testigo de los años de felicidad que coronaron la vida de mi amada madre, hasta su muerte por vejez fue una mujer muy feliz, tanto que su alma descansó en paz de inmediato y no pude verla después de su muerte. Lloré su perdida junto mi hermano Andre, aunque él no pudo verme, solo después de eso pude seguir mi camino, y comencé a deambular por el mundo como el señor Shugo.
Estuve dando vueltas durante algunos siglos. Al principio no me gustaba la idea de asustar a las personas, luego me di cuenta que podía ayudar personas si solo asustaba a personas como mi padre. Aún así a veces sentía que debería parar y dejar de existir, aferrarme a una existencia eterna sin sentido es triste y solitario. O al menos eso pensaba antes de conocerlo.
Buscaba a mi próxima víctima cuando de la nada él tomó mi mano.
_¿Estas bien?_ preguntó con una voz dulce e inocente, su mano era cálida, no había sentido la calidez desde mi muerte, no lo entendía, ese niño no era un espíritu, lo podía ver en sus mejillas rosadas, estaba vivo.
_¿Me hablas a mi? ¿Puedes verme?
_si, ¿Por qué no te vería? Pareces perdido, sin destino ni propósito. ¿Quieres jugar conmigo?
Jaló de mi mano y corrió hasta una plaza, allí había muchos niños jugando, todos incluyendo el que sostenía mi mano tendrían más o menos la edad que yo tenía al morir.
_Soy Angel Frost, ¿Jugamos a las traes?-yo jamás había jugado con otro niño, cuando vivía debía trabajar con mi padre, porque éramos muy pobres y después de mi muerte aún tuve cosas que hacer.
_No se jugar_ mi cabeza no procesaba el echo de que yo estuviera más sorprendido que él. Entonces otro niño se acercó y lo empujó tirándolo al suelo y haciendo que suelte mi mano.
_¿Otra vez hablando sólo, Angel Raro?_ el otro niño no parecía mucho más grande, pero si muy violento, la verdad nunca había lastimado a un niño pero realmente quise hacerlo en ese momento.
El niño en el suelo me miró sonriendo.
_Lo siento, me distraje_ intentó levantarse pero lo volvió a empujar.
_¿Me estás ignorando Ángel Raro?_
Estuve apunto de intervenir cuando llegó un adulto y sacó al matón del lugar.
_ Angel, ¿Qué ocurrió ahora?
_No lo sé yo solo jugaba con mi nuevo amigo_ me señaló y me sonrió un momento, pero su sonrisa decayó antes de volver a hablar.
_Aun no me dijiste tu nombre.
_Hay Ángel, tu y tus amigos imaginarios, debes encontrar una forma de conectar con la realidad, y hacer amigos de verdad_ el adulto besó su frente con ternura y volvió a alejarse.
_Entonces no existes, creí que de verdad podía ayudarte y ser amigos, te veías tan solo como yo.
No sé si fué porque me agradó sentir el calor de su mano, o si tal vez ví en él una oportunidad de sentirme vivo, de compartir con alguien, una oportunidad de jugar y vivir en muerte la infancia que no tuve en vida, pero luego de verlo unos segundos decidí que quería permanecer a su lado. Estaba por tomarle la mano cuando él sonrió como si hubiese escuchado mis pensamientos.
_Te vas a quedar conmigo, soy feliz._ su sonrisa era hermosa, daba una sensación de calma y calidez.
_Me llamo Engel Hapelfull.
_Engel…. Engi ¿Puedo decirte Engi?
_ Dime como quieras.
Me explicó como jugar y corrimos toda la tarde, lo seguí a su casa, sus padres lo veían con decepción en los ojos, para ellos su hijo era un lunático. Un niño solitario que podía ver espíritus, todos los vivos lo consideraban loco.
Yo fuí su primer amigo, y el fué el mío.
Jugamos día y noche durante meses hasta que un viejo conocido apareció como tormenta de arena en mi oasis .
_ Hapelfull chan, tanto tiempo sin vernos_ la voz del señor Shugo en la calle me alejó sin querer de Angel.
Quedé sorprendido al verlo, sus ojos estaban teñidos de rojo, él me dijo que esa cualidad era característica de los espíritus malignos que habían cruzado la línea. El señor Shugo había matado humanos.
_Señor Shugo, me da gusto verlo.
En ese momento escuché el grito de la mamá de Angel. Él se había soltado para volver por mi. Tomó mi mano y miró al señor Shugo.
_Lo lamento mi amigo y yo tenemos que irnos_ le dijo sonriendo mientras me llevaba de un tirón.
_Engi ¿Lo conocías?_me susurro preocupado mientras su mamá lo regañaba.
_ Si, de hace unos siglos, una vez me ayudó.
_ Es peligroso, estaba buscando a quien matar.
Esa misma noche el señor Shugo apareció en la casa de Ángel.
_Lo siento mucho Hapelfull Chan- fue lo que me dijo antes que una luz segadora envolviera el lugar.
Cuando la luz desapareció el señor Shugo se fué, y Ángel despertó.
_Engi
_Dime
_Engi ¿Dónde estás? ¿Por qué tanto silencio? ¿Los hilos, que pasó con los hilos? Engi… ¿Engel? ENGEL_ Angel estaba en estado de pánico, y yo sumergido en la peor furia que abrazó mi corazón desde que mi padre volvió a beber.
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Comments
Mis Alejandros 1724
primer capítulo yo así 🥺
2022-07-04
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