Nuestro destino.

La cabeza me dolía por el ruido que el celular hacia, sin duda no quería contestar, entonces el celular sonó de nuevo y fue contestado.

Victor: Quien habla.

Matteo: Busco a la señorita Maseratti.

Victor: Que necesita?.

Matteo: Busco a la Señorita Maseratti.

Entonces Victor extendió el celular y yo conteste sin saber que pasaba.

Luna: Bueno?.

Matteo: Buen día, espero no molestar.

Entonces yo miré mi cuerpo desnudo cubierto en las sábanas blancas.

Luna: Por su puesto que no.

Matteo: Solo quería informar que hoy partiremos a Italia, aún cuento con tu presencia?.

Luna: Por su puesto.

Matteo: Paso por ti al medio día.

Yo colgué el celular y mire a Víctor desnudo en mi cama, entonces me puse de pie y camine hasta el nano, sin decirle una sola palabra, tome una ducha y me puse ropa limpia, salí del baño y el ya no estaba, agradecía que el se hubiera ido a su habitación, así que tome mi maleta y comenze a preparar la, entonces el tocó ligeramente y entro, estaba recién bañado y con una bata de baño en su cuerpo. –Ha dónde vas?–

–Me voy a Italia al mediodía– le dije mientras continuaba metiendo la ropa en mi maleta.

–No pensabas decirme nada?– me dijo con un tono de molestia.

–En realidad pensaba ir sola–.

–Ni pienses que lo voy a permitir, no puedes ir con ese hombre sin protección.

Yo no pretendía que Víctor supiera nada, el había sido empleado de Dante al principio y aunque quería confiar en que el no hablaría tal vez no sería así.

–Sera rápido, en menos de un mes estaré de vuelta– le dije ocultando la información.

–No Maseratti, no irás sin mi– me dijo muy demandante.

–Bien, irás, pero no vas a intervenir en mis planes, solo te quiero a mi lado para mí protección.

–De acuerdo, enpacare– dijo mientras se daba la vuelta y se retiraba de mi habitación, yo de verdad pretendía que todo esto no se saliera de mis manos.

El momento llego, Víctor se encontraba metiendo las maletas en la camioneta que Russo envío por nosotros, yo me encontraba sentada pensando muchas cosas, mi corazón palpitaba muy rápido, no entendía por qué el destino me había llevado de vuelta al pasado, no entendía por qué las cosas tenían que ser así, pero estaba dispuesta a hacer mi trabajo sin complicar tanto las cosas y sin duda haciendo sufrir mucho a Dante, mi corazón estaba muy resentido, no sabía si podría perdonarlo, pero sin duda mis problemas se irían al el estar muerto, quizá eso era lo que me faltaba en la vida para poder ser feliz.

Al llegar al aeropuerto pude ver un hermoso jet, entonces los recuerdos de nuevo me invadieron, al parecer los hermanos Russo eran fanáticos de la extravagancia, ambos disfrutaban de sus vidas llenas de lujos, subimos al jet y lo primero que pude ver era lo hermoso que era, tenía 3 habitaciones pequeñas y 1 baño, parecía más un pequeño departamento que un avión, entonces el anciano del día anterior nos invitó a acomodarnos.

Massimo: Señorita Maseratti, puede tomar la habitación más grande, el jefe la mando a arreglar para usted.

Luna: Muchas gracias, eres muy amable.

Era demasiado extraño ver qué el me trataba con cariño, al parecer Matteo había puesto el plan en marcha.

Massimo: El jefe se quedará en su habitación, le dará privacidad y mañana se irán juntos en la camioneta.

Fue así como 23 horas y media después el jet estaciono y yo me encontraba dentro de la camioneta esperando por matteo, Víctor había sido llevado en la otra camioneta donde iba todo el equipaje, pues así se lo ordene; La puerta de abrió y el hombre extremadamente guapo y frío entro y se sentó a mi lado, tomo mi mano y la beso.

Matteo: Que agradable es verte.

Luna: Buen día.

Le dije intentado ser amable, pero la verdad es que no me importaba si le era agradable verme.

Matteo: Te llevaré a tu Pen Hause, en la tarde mandaré por ti, todo será sorpresa.

Luna: Muero por que llegue el momento.

Le dije en un evidente tono de sarcasmo.

Matteo: Valla, siempre pensé que yo era frío, pero veo que tú no te quedas atrás.

Luna: Seré Franca, no me importa ser amable, solo quiero hacer mi trabajo.

Matteo: No lo tomes de esa manera, solo piensa en la satisfacción de esto.

La camioneta estacionó y yo me bajé de ella, el se quedó sentado adentro y me dijo.–Te mandaré un hermoso vestido, serás la más linda del lugar–.

–Bien, te veré más tarde–. le dije mientras caminaba hacia al hotel y me encontraba con Víctor en el camino.

Victor: Que hombre más misterioso.

Luna: Más tarde lo conocerás, solo espero que no te desagrade.

Victor: Lo más probable es que si.

Subí a la habitación, era hermosa, sin duda reflejaba la Obscuridad de aquel hombre, camine hacia la habitación principal y pude notar la pequeña caja encima del colchón.

Luna: Valla, si que es rápido.

Dije, mientras tomaba aquel hermoso vestido que se encontraba dentro de la caja. Sabía que era momento de arreglarme y afrontar la realidad, así que entre a la ducha y tome un largo baño, una hora después salí y deslicé por mi cuerpo ese hermoso vestido de ceda, camine hacia el espejo y me recoji ligeramente el cabello en una media cola, me hice un maquillaje ligero y me puso unas zapatillas demasiado incómodas, tome mi bolso y metí mi arma, nada era más necesario que eso. Entonces me mire al espejo y me di cuenta que esa no era yo, solté mi cabello y camine hacia mi maleta para buscar uno de mis conjuntos habituales, y entonces el timbre sonó y sabía que Víctor se encargaría de abrir, camine hacia la sala y ahí estaba el, con un traje demasiado elegante y con una Colonia exquisita.

Victor: Luce bien jefa.

Luna: Gracias, es tarde hay que irnos.

El me cedió el paso y ambos bajamos por el elevador junto con el chófer, al llegar al estacionamiento nos montamos en la camioneta y nos dirigimos a nuestro destino.

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