Lo haré sufrir.

Narra Matteo Russo.....

Era diferente, no era absolutamente nada de lo que había imaginado, era apenas una joven mujer, tenía la voz más dulce que había escuchado y su imagen no era ni una gota de lo que había pasado en mi mente, tenía el cabello tan naranja como el color de una calabaza en halloween, sus ojos eran claros y su cara estaba repleta de pecas, su cuerpo era una explosión de tatuajes y piercings, sin duda era hermosa, pero no era para nada mi tipo.

Ahora entendía todo, ella era la mujer indicada para hacer un trabajo así, nadie imaginaria que ella lo habría echo, era tan inofensiva a la visto, pero por lo que me habían dicho era la más mala de todas.

–¿El es tu hermano gemelo?.– pregunto muy confundida, y le daba la razón, pues aún no le explicaba nada.

–Somos iguales por fuera, pero me he dado cuenta que por dentro no– le dije muy desilucionado.

–Normalmente jamás intervengo en la historia de mis víctimas, pero su historia me es de interes– Dijo la pequeña curiosa.

–Es tan sencillo, el es un maldito asesino, un hombre con el corazón y la sangre fría, no quiere a nadie más que a él. Lo digo sin ofender.– le dije con un poco de dolor en el corazón. –El le ha ocultado su verdadera vida a mi madre, a la mujer que le dió todo y lo educó de manera diferente, ¿sabes que mi madre moriría al enterarse de lo que el hace?–

–Entiendo, no hay mejor opción que el muera y tu madre no se entere.–

–Asi es, el morirá y mi madre siempre pensará que el fue un buen hombre.– le dije mientras acomodaba mi corbata.

–¿No sería mejor que hablaras con el?– me dijo la pequeña calabaza.

–Lo he intentado, pero el no quiere entender, ni si quiera su prometida lo ha echo entrar en razón.

Narra Luna Maseratti......

Demonios!! sentí mi piel erizar y mi corazón latir más rápido, apreté muy fuerte los puños y pregunté con un nudo en la garganta. –¿Su prometida?–.

–Si, el se casara muy pronto, por eso necesito que no demores tanto– me dijo.

–No puedo hacer este trabajo, lo mejor será que me valla– entonces me puse de pie y me dispuse a salir, pero al querer abrir la puerta pude sentir sus manos en mi brazo y de nuevo la piel se me erizo.

–No puedes irte, nadie más aceptaría hacer este trabajo, el es el mejor en eso y nadie puede lograr matarlo– Yo sabía que el era el mejor, el mismo me había enseñado, pero no quería volverlo a ver.

–Sueltame por favor– le dije con el nudo que aún continuaba en mi garganta.

–Te lo suplico, puedo darte el doble del dinero– dijo muy suplicante.

–Yo no quiero dinero, no lo necesito, y creeme que no hay nadie que odie más a tu hermano que yo– le dije con mucha molestia.

Entonces el me soltó lenta mente y me vio profundamente a los ojos. –El y tú se conocen–.

–Asi es, creeme que yo lo haría sin cobrarte ni un solo centavo, pero no quiero volverlo a ver en la vida, creeme, me estas haciendo un favor al matarlo– le dije con tono de frialdad.

–¿Que te ha echo?, veo que te hizo mucho daño– me dijo con un poco de preocupación.

–El me utilizo, y ese mismo día me mandó aquí, y simplemente me pidió que no lo buscara, me tiró como a un objeto y apuesto que no fui la única–.

–Maldito Dante, mil veces maldito– Dijo mientras se daba la vuelta y se apoyaba en su escritorio.

–Perdon por no poderte ayudar, desearía que solo fuera un trabajo más, pero no es posible– le dije tomando el mango de la puerta.

–No te vallas– entonces de nuevo gire hacia el y lo mire, el se acercó hacia mi y me miró de frente.

–Me disculpo en su nombre, nunca debió de dañarte– Lo dijo con una mirada de tristeza, entonces entendí el daño que Dante Russo ocasionaba en las personas.

–No debes de disculparte por los actos de tu hermano, y se que no soy la mejor persona, puedo ser incluso peor, pero sabes el debe de sufrir, no es solo darle un balazo, el necesita sentir un poco de lo que el ha ocasionado.– entonces me quedé en silencio un momento y lo mire –Lo haré pero no sin antes hacer que sufra– entonces el abrió sus ojos tan grande como dos platos.

–De verdad, es magnífico– sus palabras eran un poco terroríficas, pero entendía su punto, Dante no era bueno ni para su propia madre.

Entonces el me invitó a sentarme y juntos ideamos un magnífico plan, sin duda la mente de Matteo era mucho más brillante que la de Dante, pero no sé atrevería a tocar un arma para matar a ningún alma.

Un par de horas despues salí de ahí y un Víctor muy molesto me miró. –Que diablos paso ahí, estaba a punto de tirar la maldita puerta.

–Tranquilo, el mejor trabajo de mi vida llegó, y tengo que disfrutarlo– le dije, mientras le arrebataba las llaves del auto.–Yo manejo– camine hacia el auto y me subí, el lo hizo en el asiento del copiloto y maneje hasta el Pen Hause, al llegar no lo pude evitar, abrí la puerta y me tire encima de Víctor para besarlo.

–Espera, tranquila– me dijo entre besos.

–Se que dije que no volvería a pasar, te prometo que está es la última vez– Entonces el me tomo entre sus brazos y me monto a su cintura, me cargo hasta la habitación y me hizo suya una vez más.

El era mi mano derecha y mi guardaespaldas, pero igual era mi desahogo sexual y yo el suyo, no teníamos nada pero nos llenabamos el uno al otro, habíamos prometido que no pasaría de nuevo, pues no queriamos arruinar nuestra relación, pero era más que obvio que no volvería pasar para que el no se enamorara, pero está noche de verdad lo necesitaba.

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