Capítulo 8

Los tres habían ido a un restaurante popular entre las personas con pocos ingresos, pues aunque

poseen mucho dinero prefieren no darse

demasiados lujos y solo los suficientes

Cuando entraron se encontraron con muchas

personas conocidas y mientras pasaban cerca de ellos se saludaban ente si

En realidad si se miraba de otra perspectiva se podría decir que era una escena de una reunión familiar

Los tres se sentaron en su mesa y al poco tiempo llegó una chica de cabello corto color negro con ojos del mismo color y piel blanca

Ella era Emeli Rodríguez, una chica huérfana que trabajaba en el restaurante y era gran amiga de Lía, Dante y Abasi, aunque uno de entre aquellos dos chicos la miraba más que una amiga

- Hola a todos, ¿que desean ordenar el día de hoy?- pregunto amable y animadamente Emilia

- Ummm, creo que yo pediré una orden de tacos, los tacos del tío Fran son deliciosos que del solo pensarlos se me hace agua la boca - dijo Dante con una expresión de que ya se estaba saboreando aquellos tacos

- Jajaja, está bien una orden de tacos, y ¿ustedes? - pregunto Emilia a Lía y Abasi mientras anotaba el pedido de Dante

- Yo quiero una hamburguesa de carne por favor- dijo Lía

- Una hamburguesas de carne, ¿y tú, Abasi? - dijo Emilia dirigiendo su mirada al chico, quien desde que había llegado no quitaba su mirada de Emilia

- Emm, Abasi, ¡Abasi! - dijo Emilia moviendo su mano frente a Abasi quien se había quedado embobado mirando a la chica y cuando se dio cuenta de ese hecho se sonrojó como un tomate

- ¿Eh?, ah, si, si yo quiero un...un... ¡una mariscada!, si, si es...eso qui...quiero - dijo el pobre Abasi nervioso

- Una mariscada - repitió Emilia mientras anotaba el pedido

- ¡Chico!, ¡si sigues así nunca lograrás conquistarla! - gritó un hombre entre los 40 años que había visto la escena de aquellos dos

- ¿Eh?, ¿qu...que?, n...no es...

- El tío Ramón tiene la razón muchacho, si quieres ganar el corazón de nuestra Emilia tienes que poner todas tus ganas en la conquista - dijo una señora ya mayor

Tanto Emilia como Abasi se habían sonrojado hasta los pies por las palabras de aquellas dos personas

- Ya abuela Tita, déjalos ya verás que todo fluirá conforme pase el tiempo, y cuando menos te lo

esperes ya estarán esperando a su segundo hijo - dijo Lía con una sonrisa algo burluna dirijida hacia aquellos dos chicos

- ¡Tía Lia! - exclamó Abasi con un sonrojo mucho más fuerte que antes, pero Lia solo se rió de su reacción al igual que todas las personas que estaban presentes

- Y...yo i...iré a tra...traer sus pe...pedidos - dijo Emilia quien había permanecido en silencio todo ese tiempo y después salió corriendo hacia la cocina

- Ya ven lo que hacen, la espantaron, si siguen así Abasi nunca logrará un avance con ella - dijo Dante con una cara seria y con los brazos cruzados

- ¡¡Dante, ¿tu también?!!

Todo el ruido que hacía en ese lugar era solo risas y relatos de los últimos días en los que no se vieron para poder ponerse al día, incluso personas que por primera vez visitaban el restaurante se terminaron uniendo al cálido ambiente, cualquiera que viera esa escena pensaría que era una hermosa reunión familiar

Lia se había alejado un poco de aquella escena para poder verlos de lejos, y sonrió, pues se sentía en casa, se sentía en familia y reta algo que en su ida pasada nunca pudo sentir, pues con su familia nunca tuvieron ese tipo de interacciones, solamente se reunían para hablar de negocios nada más, pero ahora era diferente, ahora tenía una familia, pues aunque no compartían un lazo sanguíneo, un apellido o raspos físico, eran familia

- Lia, muchacha, ¿qué haces agua tan lejos?, vente con nosotros - dijo una señora cerca de los 60 años

- Jajaja, ya voy tía Ana, ya voy - dijo Lia acercándose a la reunión improvisada que tenían en ese restaurante

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