Capítulo 9

*Ahora que lo recuerdo en la novela se decía que Alisa tenía magia para poder controlar la naturaleza eso me podría ser muy útil solo necesito entrenarla y tampoco me vendría mal entrenar combate y el manejo de la espada pero ¿quien sería mi maestro?. A ver, piensa, piensa, piensa ahsss no se me ocurre nadie, oh espera el capitán de los guardias en la novela se decía que le tenía aprecio a Alisa pues la familia del capitán le fueron fieles a la familia de la madre de Alisa además de tener una buena amistad con la madre de Alisa, que bueno que lo recordé*

Alisa estaba feliz puesto que ahora ya tenía a un posible maestro de combate y manejo de la espada, así que decidió ir al lugar donde entrenan los guardias del ducado

Cuando llegó pudo ver a un gran grupo de hombres entrenando con las espadas, combate cuerpo a cuerpo entre otras cosas, Alisa siguió observando hasta que pudo divisar a la única mujer en todo el campo de entrenamiento, aquella mujer tenía cabello castaño y ojos amarillos y iba vestida con el uniforme de los guardias del ducado, ella era Sara Leone, la capitana de los guardias del ducado, pues si bien no se aceptan mujeres en el ejército Sara pudo obtener el puesto de capitana gracias a su esfuerzo y dedicación además que ella fue la mejor amiga de la difunta madre de Alisa y por ende también ve a Alisa como su sobrina querida

Alisa se acercó a ella y después de dar la reverencia correspondiente le dijo

-Capitana ¿podría usted ser mi maestra para enseñarme el manejo de la espada y el combate cuerpo a cuerpo?

Dicha petición dejó sorprendida a la capitana Sara puesto que Alisa nunca se había interesado en esas cosas. Alisa era como las otras señoritas de su edad que lo único que hacían era bordar e ir a las fiestas de té, entre otras actividades muy femeninas y cosas como el aprender a pelear o a manejar la espada eran muy masculinas y pensaban que una dama no debería de hacer eso y Alisa opinaba lo mismo por lo cual Sara nunca esperó que alguna vez Alisa le haría esa petición

-Señorita puedo preguntar ¿porque desea que yo le enseñe?, pensé que a usted no le interesaba este tipo de cosas muy poco femeninas

-Eso, bueno es que para cuando cumpla mi mayoría de edad me tendré que ir del ducado y instalarme en la mansión de la frontera norte y pensé que sería bueno que aprendiera a defender, una mujer es muy vunerable y mas si esta sola

-¿Que? ¿El duque se atrevió a echarla del ducado?- pregunto indignada Sara y no era para menos ¿cómo se atrevían a echar a la hija de la propietaria original de toda la fortuna del duque?

-No, el duque no me echo yo he decidido irme no quiero estar relacionada con esta familia de víboras pero antes de irme quisiera aprender algo de defensa personal por prevención

-Si ese es el caso con gusto acepto ser su maestra señorita

-Genial pero nuestras clases podrían empezar hasta mañana ¿verdad?

-Como usted guste señorita

-Bien entonces la espero mañana maestra- dijo

Alisa para dar una reverencia y después marcharse a su mansión pues planea dormir un poco ya que hoy a sido un día muy ajetreado y todavía faltan más por venir

Mientras tanto en la habitación de la duquesa está y Lucia están tomando un poco de té mientras hablan de plan que dijo Alisa en la tarde

-Al menos esa bastarda hizo algo bueno

-Asi es madre ahora yo seré la prometida del príncipe y para mejorar Alisa al fin se irá de nuestras vidas

Esas dos mujeres son las más felices con la partida de Alisa pero no saben que sus planes en un futuro serán arruinados y que en realidad nunca llegaron lejos pues una sorpresa inesperada se les avecina

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