¿ES EL FINAL?

Al estar ya allí, Claudia recordó que Antonio (su padre biológico) vive a unos cuantos vecindarios de allí, así que decide ir a verlo. Él era una herida que ella aún no podía sanar.

Recordaba cuando tenía trece años y estaba ilusionada con conocerlo, hasta creer que por fin iba a ser feliz, pero no fue así. Aquel día las cosas solo empeoraron y provocaron en ella un cambio radical.

Ahora ya no se preocupa por conseguir la familia que alguna vez anheló y deseó. Aquellos pensamientos únicamente se desvanecieron con el pasar del tiempo, o al menos eso quería pensar ella.

《 Ya no me importa conseguir tu cariño, ni de ti, ni de nadie. Todo ese sentimiento se quedó en la nada. Me rompió tanto que ya no hay manera de arreglarlo. Ahora solo vivo para cumplir con mi venganza. Todo esto es culpa de ello y de ti. Ellos pagarán por sus acciones 》 pensó Claudia.

Ella estaba tan distraída en sus pensamientos que no había notado que ya estaba cerca de la casa de Antonio. Cuando una risa la sacó de sus pensamientos profundos, alzó la mirada y allí estaba Antonio.

Al notarlo, Claudia se esconde en una esquina para poder observarlo. Miró como él reía con alegría desbordada, sus ojos iluminados. Cuando sin previo aviso salió Esperanza, la hija de Antonio, la cual le dio un fuerte abrazo. Ambos esperando a Micaela (esposa de Antonio) hasta que finalmente salió de la casa. Claudia miró en ellos una familia unida, llena de amor y respeto.

Sus sentimientos la delataron, se sentía triste y traicionada, porque la familia que ella siente que debió haber tenido simplemente nunca existió.

Sus lágrimas comenzaron a caer, su corazón parecía que iba a explotar. Las personas que pasaban la observaban y preguntaban si estaba bien o necesitaba alguna ayuda. Claudia únicamente respondía que no pasaba nada. Así que tan solo se fue de aquella esquina hacia un pequeño parque, donde se sentó en un columpio.

ㅡ A quien engañó, todavía sueño con la idea de que mi madre y mi padre siempre estuvieron, que tengo la mejor familia que... tengo ese amor, aquel amor que siempre me hizo falta. Mamá, eres mi ángel, ¿verdad? ㅡ se consuela ella misma.

Renato había recibido noticias acerca de Claudia. Uno de sus hombres le informó que fue vista en la ciudad de ***. Era como el día de suerte para él, dado que estaba a unos veinte minutos cerca de aquel lugar.

Así que Renato no perdió tiempo y fue a buscarla él personalmente. Después de siete años, por fin encontró el paradero de Claudia.

Al llegar a la ciudad, se dispuso a ir tras ella. Separó a sus hombres en grupos para encontrarla. Estuvo por casi una hora hasta que finalmente la vio.

Renato notó una figura conocida sentada en un columpio. Se acercó lentamente hacia ella, pero mientras lo hacía, una pareja estaba delante de ella.

Él solo se sentó a esperar que ellos se fueran para ir tras Claudia. Finalmente, aquella pareja la dejó otra vez sola. Renato había llamado a sus ayudantes para que la rodeen. Aprovechó mientras ella hablaba con aquellas personas.

Todos comenzaron a acercarse a la chica. Ella intentó correr, pero por todos lados estaba rodeada. Cuando intentó gritar, una persona por detrás le tapó la boca con un pañuelo, el cual tenía una sustancia para provocarle un desmayo.

Ella cayó al suelo y ellos actuaron rápido. Le pusieron una tela en la cara para llevársela a la camioneta. Al meterla adentro, agarraron sus manos y pies.

Aprendieron la camioneta para finalmente desaparecer sin notar que había un testigo que vio y grabó todo lo sucedido.

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